Martes 19 Marzo 2024
En otra jornada sangrienta al menos 46 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas en un doble atentado suicida. Dos kamikazes vestidos con el uniforme del Ejército hicieron explotar sus cinturones contra miembros del ‘Sahwa’ (palabra en árabe que significa ‘despertar’ o ‘resurgimiento’), la milicia creada y financiada por Estados Unidos a finales de 2006 para combatir a Al Qaida.  
El primer ataque tuvo lugar en Radwaniya, localidad situada 25 kilómetros al suroeste de Bagdad, donde decenas de ex milicianos esperaban en cola el turno para recibir su sueldo ante una oficina del ministerio de Defensa. 43 personas perdieron la vida, entre ellas seis soldados y tres civiles, según los medios locales. El segundo ataque se produjo en la provincia de Anbar, donde nacieron estas milicias, y al menos tres personas murieron tras la irrupción del suicida en las dependencias donde se encontraban reunidos miembros de estos grupos.  
Venganza de Al Qaida  
Aunque ninguna organización ha reivindicado la acción, las autoridades locales apuntan a Al Qaida en Irak como la posible autora de este acto de venganza contra los que a comienzos de la invasión fueron sus compañeros de lucha contra las fuerzas americanas. El general David Petraeus, actual responsable de las fuerzas internacionales en Afganistán, fue el ideólogo de estas milicias que se formaron a base de comprar a miembros de la resistencia y líderes tribales que tras la caída de Sadam Husein y la aparición de las milicias chiíes decidieron aliarse con Al Qaida, grupo de su misma confesión suní. Decenas de miles de milicianos empezaron a recibir sueldos de los americanos en todo el país a cambio de su colaboración hasta que a comienzos de 2009 se transfirió esta competencia al gobierno de Nuri Al Maliki y empezaron los problemas.  
En los últimos meses sus sueldos se han reducido a una tercera parte y las autoridades sólo han incluido a una pequeña parte en las fuerzas armadas ya que “no existe una confianza absoluta en ellos debido a su pasado insurgente”, confiesan los oficiales en Bagdad cuando se les interroga al respecto. Las fuerzas regulares han ocupado progresivamente su espacio y apenas se ve milicia en las ciudades del país, pero el descontento por las promesas incumplidas y la indefensión –están en el punto de mira de Al Qaida y de las milicias chiíes- han hecho que crezca el descontento entre los antiguos combatientes.  
Es el segundo ataque directo que reciben los ex milicianos desde que a comienzos de abril veinticuatro de ellos perdieran la vida en otra acción suicida en Hilla, cien kilómetros al sur de Bagdad. El vacío de poder actual en Irak, que sigue sin gobierno tras las elecciones de 7 de marzo, está aumentando la tensión entre los distintos grupos que se disputan el control. Muqtada Al Sader viajó a Damasco el sábado para reunirse con el presidente sirio Bashar Al Assad, que celebró su décimo aniversario al frente de Siria recibiendo al clérigo chií, cuyo partido político es una de las principales fuerzas de Irak, y enviando a Occidente un mensaje del papel que puede jugar su país en la estabilidad definitiva del vecino iraquí.
REUTERS - Día 18/07/2010 - 20.19h