El presidente Barack Obama ha asegurado en un discurso en Washington que ha llegado el momento de que se acaben las luchas partidistas en el Congreso y de que se dé vía libre a una reforma de la ley de inmigración en Estados Unidos que pavimente el camino hacia "el estatus legal" de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.
En su primer discurso importante sobre tan controvertido tema desde que asumió la presidencia en 2009, Obama ha declarado que sin el apoyo de demócratas y republicanos la tarea es imposible. "El sistema está roto y todos los sabemos. La reforma ha sido víctima hasta ahora de los intereses políticos", ha dicho el mandatario.
Ante las próximas elecciones de mitad de mandato de noviembre y la posibilidad de estar perdiendo el apoyo de los hispanos, la Casa Blanca trata de pisar el acelerador tras ser acusada de ralentizar un asunto capital para muchos votantes y no haber tomado ninguna medida de calado.
La inmigración ilegal está más de actualidad que nunca en Estados Unidos. A final de mes empezará a aplicarse una ley en Arizona que permite que la policía solicite prueba de su estatus de residencia a cualquier persona que considere oportuno, abriendo lo que se ha denominado "la caza del emigrante ilegal". Leyes como la de Arizona permiten el racismo, ha declarado el presidente. "Violan los derechos de los ciudadanos al someterlos a registros e interrogatorios por el criterio de su apariencia".
Haciendo un repaso por la historia y asegurando que este es un país construido por emigrantes, Obama se ha peguntado: "¿Por qué acosar a gente que simplemente intenta labrarse un porvenir?". La ley de Arizona , en opinión del mandatario, solo lleva a un mayor incremento de la inmigración ilegal
Obama ha querido dejar claro que la nación "tiene el derecho y la obligación de ejercer un control sobre la frontera". "Los 11 millones de inmigrantes (sin papeles) que han quebrantado la ley deben pagar por ello", ha informado. "Pero como deben de pagar quienes les contratan sabiendo que son ilegales", ha proseguido. "Mejoraremos el control policial sin necesidad de cambiar las leyes", ha relatado Obama, en una referencia más a Arizona. La Secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, "reforzará las fronteras con más agentes y más campañas de control".
El plan anunciado hoy por Obama es muy similar al que el presidente George W. Bush, el fallecido senador Ted Kennedy o el aspirante republicano a la presidencia John McCain defendieron en su momento. "Esos inmigrantes ilegales deben registrarse, pagar sus impuestos, pagar una multa y superar esas pruebas para poder llegar a conseguir la ciudadanía", ha dicho Obama. Y "aprender inglés".