Viernes 29 Marzo 2024
Con esas palabras y aún atemorizado, José Adán Barragán, un vigilante de las edificaciones del centro financiero de Bogotá, relata los momentos de pánico que se vivieron la mañana de ayer en ese sector, después de un atentado que las autoridades lo atribuyen a las FARC. 
El testigo cuida una de las más de 1 116 edificaciones que fueron afectadas por la onda expansiva de un coche bomba. El artefacto estalló a las 05:30 de ayer, cuando en el cielo bogotano había algunas sombras y todavía el movimiento de personas es reducido por esta zona. 
El vehículo fue estacionado justo en los exteriores del edificio donde funcionan la cadena radial Caracol, la agencia de noticias EFE y la oficina del Consulado del Ecuador. Todos las ventanas de los edificios y viviendas ubicados en la intersección de la emblemática av. Séptima y Calle 67 quedaron destruidas. 
La sucursal de un banco que está detrás de la estación de bus donde se ubicó la bomba quedó reducida a escombros. Apenas se llegaba al sitio se observaban miles de trozos de vidrios esparcidos por las calles y veredas, mientras que con el paso de los minutos el tránsito colapsó a causa del acordonamiento. 
Las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona mostraron que un hombre estacionó en plena avenida un automóvil gris, que días atrás había sido robado en el sur de la urbe. En la secuencia visual se observa la silueta del hombre alejarse rápidamente y a acto seguido el carro estalla. Los restos del coche aún estaban humeantes cuando llegó el presidente Juan Manuel Santos a inspeccionar la magnitud del atentado, que dejó nueve personas con heridas leves, pero cuantiosos destrozos materiales. 
El atentado se produjo solo cinco días luego de que Santos asumiera las riendas del país. Mientras el Presidente pedía calma al país y prometía no bajar la guardia en materia de seguridad, el personal de la Unidad Antiexplosivos de la Policía y del DAS entregaba su primer informe sobre los materiales empleados. Se trató de anfo, una sustancia que resulta de la mezcla de nitrato de amonio y combustible. 
De acuerdo con autoridades, esos componentes son fáciles de conseguir y tienen una alta capacidad de destrucción. De hecho, han sido utilizados en atentados perpetrados en otras latitudes por organizaciones consideradas terroristas, como la banda vasca ETA en España o el grupo rebelde IRA, en Irlanda. 
Los autores del atentado de ayer emplearon 50 kg de anfo, suficientes para encender las alertas sobre las medidas de seguridad en Bogotá y el temor entre su población. Mientras los habitantes de la zona limpiaban los ventanales de las casas y los oficinistas esperaban que los uniformados despejaran el área, José Barragán aún lucía perturbado y con malestar en sus pulmones por el polvo aspirado. “Se siente temor, ahora saldré a la calle con miedo de cualquier carro que esté estacionado”. 
A menos de 50 metros de distancia está Mauricio Dueñas, colombiano y fotógrafo de EFE, quien captó las primeras imágenes de las secuelas del ataque. 
Junto a él trabajan otros 60 comunicadores, que se encargan de las noticias de Colombia, así como de la edición de texto y video de las informaciones que se producen en América Latina. Ninguno de ellos ni las instalaciones de la agencia resultaron afectados, aunque él no puede ocultar temor por lo sucedido. “No siento inseguridad, pero sí algo de miedo”, dice Dueñas. 
El Consulado ecuatoriano tampoco sufrió daños. Queda en el piso 11, pero está ubicado en el extremo opuesto de la avenida Séptima. Poco después del estallido, Andrés Terán, encargado de Negocios de la Embajada, envió a su escolta a evaluar los daños y cuidar las instalaciones.
Santiago Zeas Corresponsal en Bogotá 
El Comercio.com - colombia |  viernes 13/08/2010 
http://www.elcomercio.com/2010-08-13/Noticias/Mundo/Noticia-Principal/EC100813P9BOMBACOLOMBIA.aspx