Jueves 28 Marzo 2024

Pero ver todos esos hechos juntos, puestos uno detrás del otro, como un rosario, en una síntesis apretada sin respiro, me ha hecho daño y ha hecho que me avergüenze. El cardenal Nicora, en evidente estado de incomodidad vergonzosa, ha tratado de poner un parche haciendo pasar el mensaje de que en el fondo, la Iglesia es una «cuestión de fe». ¡¡¡Y vaya si lo es señor Cardenal!!! Sólo que usted tendría que haber recordado cuando, en representación de la Iglesia italiana en 1984, formó parte de la comisión del tratado que es el verdadero pecado original de los hechos de los crímenes que han implicado, comenzando por las altas esferas vaticanas, una parte del personal eclesiástico en todo tipo de malas acciones, de crímenes e incluso de delitos.
Claro, la Iglesia es de Cristo, pero si quien la administra no tiene ética, pero crea intrigas con la mafia, corruptos y especuladores; echa a la calle a los pobres para especular con los alquileres; ¿cómo es posible sostener todavía que la Iglesia es de Cristo? Los pastores, custodios de los pobres, se han convertido en lobos rapaces, de hecho, cómplices de hombres satánicos, disfrazados de «buenos hombres» del Papa, para delinquir mejor y pecar dentro y fuera del recinto del templo. Los hombres de la Iglesia (¿o sólo empleados ateos?) han tomado las cosas santas y las han dado a los chanchos, convirtiéndose ellos mismos en chanchos, cómplices y responsables de buena parte del ateísmo de hoy. El Vaticano II sin medios términos afirma que «en el génesis del ateísmo pueden contribuir y no poco, los creyentes en la medida en la cual, por haber descuidado la educación de la propia fe, o por una presentación engañosa de la doctrina, o incluso por los defectos de la propia vida religiosa, moral y social, antes que nada se debe decir que ocultan y no que manifiestan el rostro genuino de Dios y de la religión» (Gaudium et Spes, n. 19).
Mientras pasaban las imágenes y comentarios de Report pensé en mi experiencia personal. Por mi libertad de pensamiento y de testimonio de una teología no homologada con la romana, como incluso por la independencia de mi conciencia, soy mantenido al margen de la iglesia local desde hace más de 30 años, segregado como un delincuente peligroso y poco fiable. Me he arrodillado siempre por obediencia, jamás incliné la espalda por oportunismo, interés o canje, pagando sin lamentos el precio de la verdad. Todavía hoy espero un resarcimiento moral, del cual el mismo Bagnasco es consciente. Nadie, ni el Papa me pueden hacer un comentario desde el punto de vista doctrinal, porque soy coherente con la enseñanza tradicional de la Iglesia y desafío a quien sea a decir que mi modo de pensar y de ser no sea católico. De hecho soy párroco de una parroquia que no tiene parroquianos ni territorio. La jerarquía católica no quiere curas pensantes, pero prefiere fornicar con los “buenos hombres” inmorales; tener negociados con los mafiosos; apoyar a los presidentes del consejo y a los partidos inmundos de cualquier lado que vayan; hacerles hacer carrera a los prelados ateos y pedófilos, incluso maestros de ceremonias de los Papas, con tal de que acepten «tener la cabeza moldeable» (palabras del Cardenal Siri). El cismo atraviesa a la Iglesia y la gente con la jerarquía reniega incluso a Jesús Cristo. Es imposible confiarse de los prestidigitadores que usan a Dios por su presumida vanidad, amando vestidos de faraones egipcios del siglo VI A.C. ¡pretendiendo incluso representar a Dios! No saben que ya han recibido su recompensa de paganos y el repudio de Dios.
por Paolo Farinella, cura.10 de Junio de 2010