sobre el nuevo escándalo que está cubriendo las páginas de los periódicos y medios de comunicación de todo el mundo, degradando nuevamente a la Italia, como si fuese posible hacerlo aún más, todavía más bajo del fondo. El caso Casoria y la menor de edad que le llama «papi» desde mayo pasado ya no es más un caso aislado; ya tenemos la certeza: el hombre frecuenta a menores de edad, les paga, las mima y las usa. De esta forma, como dice el monseñor Fisichella se crea «el contexto» perfecto del chantaje a un jefe de gobierno.
Berlusconi ostenta la religión cristiana y muchos curas pagados declaran que es un benefactor (¡claro, reciben dinero de él!), mientras éste tiene una debilidad por las menores, carne joven para inmolar sobre el altar de su arrogancia machista y degenerada, es un dragón sediento de sacrificios de jóvenes vírgenes que podrían ser sus bisnietas. Berlusconi ha sancionado una ley en contra de los inmigrantes que sin permiso de residencia deben ser repatriados y no importa si incluso pierden la vida. Ahora él salva de las «garras» de la policía que ejerce una ley hecha por él mismo y por sus socios Fini/Bossi/Maroni, pidiendo que sea liberada una chica marroquí porque es la «nieta de Mubarak», sabiendo que está mintiendo, como es costumbre del hombre que es la mentira personificada.
Señores cardenales, señor obispo  «Contesto»:
Éste es el hombre que vosotros habéis apoyado y hecho ganar las elecciones. Éste es el hombre que los señores cardenales Bertone y Ruini han invitado a comer o cenar, el primero para no dejarlo caer en el parlamento, después de que echara a Fini; el segundo para acordar la estrategia para hacer ganar a la Polverini en la región del Lazio y hacer perder a Emma Bonino. Por ahora el cardenal Bagnasco queda como un espectador confundido, a quien no le queda más que el desayuno o la merienda. Éste es el hombre que los católicos de Comunión y Liberación defienden a capa y espada como liberal, católico, jefe de gobierno y hombre con gran nivel de ética. Nunca ha sido tan clara y evidente la mistificación, si el mismo cardenal Scola por no condenar los comportamientos inmorales del hombre en el Meeting de Rimini, se las toma con los «moralistas» que luego serían quienes defienden la dignidad de los cargos institucionales y la dignidad de la religión católica junto con la dignidad de un Estado laico y decente.
Se diría que habéis hecho una elección de campo, estar del lado de un hombre enfermo, perturbado mentalmente, que frecuenta menores de edad por hábito, que defrauda al fisco, que corrompe a jueces y testigos, que compra sentencias, senadores y diputados, que jura y perjura en nombre de sus hijos, que hace leyes en contra de toda decencia, a favor suyo y de sus amigos y que la Doctrina Social de la Iglesia condena. Ya son más de 40 las leyes «ad personam» que ha promulgado para sí y para sus acólitos. Es el hombre que siempre ha hecho negocios con la mafia, que es chantajeado por la criminalidad organizada y por las prostitutas, que ha llevado al Parlamento a mafiosos y a gente de la ‘Ndrangheta para pagar “pizzo” (extorsión) e impuestos, que ha hecho elegir a sus mujercitas llevándolas incluso hasta el gobierno y no solo, hasta el Parlamento Italiano y Europeo, que blasfema públicamente suscitando carcajadas penosas. Éste es el hombre que el Papa, en pleno verano candente de inmoralidad con prostitutas pagadas y droga que circulaba en sus villas, acepta recibirlo en Fiumicino, acordando un encuentro «casual» y corre a su encuentro con los brazos abiertos diciendo: «¡Que gusto de verle!». ¡Que gusto! Tendría que haberle reprendido en público delante a las televisiones y decirle que dejara de hacer el estúpido y de ser de ejemplo para sus hijos y para Italia que le paga para que gobierne, si es capaz, y no para que vaya con menores.
¿Cómo os sentís en compañía suya? ¿Cómo podéis hablar de un proyecto educativo? ¿Cómo podéis hablar de ética y de moral, de comportamientos civilizados y de coherencia religiosa? ¿Cómo podéis hablarle a los jóvenes e indicarles modelos de ideales y de política como servicio? Habéis invitado a los católicos a elegir la política como misión civil ¿pero cómo podéis hacerlo si vuestro referente político es Casini que ha hecho nombrar Senador a Cuffaro para que no lo arresten por concurso externo en asociación mafiosa? ¿Cómo podéis ser pastores si dejáis a las 99 ovejas no por ir a buscar la única perdida, sino para perderos vosotros mismos detrás del perdido y embustero, acompañándolo en su viaje de perdición política, civil y moral?
Señores cardenales y Monseñor  «Contesto»:
Sois vosotros quienes habéis causado la quiebra del 8 x mil (parte de entradas fiscales destinadas a confesiones religiosas) y ahora pagan las consecuencias aquellos que servían a los pobres y a los marginados que vosotros veis sólo en vuestras visitas ocasionales. ¿Acaso no será el momento de que pidáis perdón al pueblo italiano y a la Iglesia entera y os convirtáis al Evangelio, repudiando el connubio inmoral con el hombre Berlusconi que engorda bajo vuestro apoyo y se siente inmortal porque tiene «el apoyo de la Iglesia»? ¿Acaso no será el tiempo de rechazar cualquier oferta de leyes, de dinero, de privilegios porque son inmundos moralmente y pecaminosos religiosamente? ¿Cómo podéis educar a los jóvenes si aceptáis ingresos del lavado de dinero y de la prostitución? ¿Acaso no es tiempo, dadas las condiciones en las que habéis dejado también vosotros como cómplices, a la Iglesia y a la Nación, os jubilaréis por indignidad, carencia de discernimiento y falta total de espíritu profético?
Si seguís perseverando diabólicamente, como habéis hecho hasta ahora hay algo que es seguro: vosotros gritáis con vuestras obras que no sois creyentes y que Dios es un accesorio que usáis para engañar a la gente y apoyar a los corruptos. Pero como yo creo y conmigo una miríada de personas humildes y verdaderas, os intimamos y os rogamos que «cambiéis la mente y que os convirtáis al Evangelio del Señor Jesús». De lo contrario os habéis excomulgado por si solos.

Publicada por Paolo Farinella, cura, el día sábado 30 de octubre de 2010 a las 16:49 hs