Según el jurado, Light Design se ha hecho con el galardón por su “pasión y dedicación” para evitar el uso de kerosene en los países en vías desarrollo, ya que desemboca en problemas de salud y polución.
“Nos ha impresionado su sencilla y efectiva campaña de márketing que le ha permitido vender estas linternas duraderas, asequibles y no contaminantes a más de un millón de personas de 32 países”, precisó el jurado en el momento de entregar el premio.
Junto a Light Design, competían la empresa nicaragüense Tecnosol, la brasileña Creluz, la keniata Sky Link Innovators, Rural Energy Foundation -que abarca varios países del África subsahariana- y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam.
LAS OTRAS PROPUESTAS
Tecnosol se estableció hace 12 años en Nicaragua para instalar paneles solares en las comunidades rurales del país, donde hay más de medio millón de personas sin acceso a la electricidad.
La empresa ha vendido ya 40.000 instalaciones energéticas que han beneficiado a más de 240.000 personas, que ya pueden desempeñar labores productivas durante la noche como “estudiar, coser, cocinar o levantarse antes de que amanezca para ordeñar las vacas”, contó su presidente y director general, Vladimir Delagneau Barquero.
El otro proyecto latinoamericano finalista era el de la cooperativa brasileña Creluz, que desde 1999 ha instalado ya seis generadores hidroeléctricos en los ríos de la región de Río Grande del Sur, que proporcionan energía “más barata, sin fugas y sostenible, ahorran 7 millones de toneladas de CO2 al año y proporcionan electricidad a 80.000 personas”.
Según contó el director de Creluz, Valdair Pedro, con los beneficios obtenidos la empresa está desarrollando programas de conservación medioambiental y de apoyo a la comunidades locales, a las que les imponen tarifas en función de su capacidad económica.
El proyecto de Rural Energy Foundation también se basa en la promoción de la energía solar, a través de la instalación de paneles solares en las comunidades rurales sin acceso a la electricidad.
Los dos proyectos restantes se basan en la promoción del biogas como fuente de energía. El desarrollado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Vietnam consiste en el aprovechamiento de los residuos orgánicos para producir esta fuente de energía.
Por su parte, Sky Link Innovators (Kenia) se ha ocupado de fomentar la utilización de biogás para cocinar y evitar así la deforestación de este país, azotado por la tala masiva de árboles para obtener combustible de la madera.
En los últimos diez años los ganadores de los Premios Ashden han mejorado la vida de 23 millones de personas en todo el mundo, y todos juntos ahorran anualmente tres millones de toneladas de CO2, según afirmaron los organizadores de este certamen.
Solo los finalistas de este año han conseguido ahorrar más de 250.000 toneladas de CO2 en los últimos doce meses.