georges almendrasFiesta, arte y denuncia, con jóvenes de otros grupos: Plaza Colón de Montevideo
Por Jean Georges Almendras-25 de octubre de 2020

Bajo un sol radiante, la Plaza Vidiella, del barrio Colón de Montevideo, la capital del Uruguay, vivió la metamorfosis. La transformación que impone la militancia de los movimientos sociales que defienden no solo la tierra (la madre tierra) (la pacha mama) sino las soberanías violentadas (saqueadas) por los poderosos intereses del capitalismo empresarial y extrativista, flagelo del que Uruguay no está exento. Bajo un sol radiante, en la emblemática plaza de esa zona de Montevideo, se armaron las mesas (y los tolderíos) en donde jóvenes y no tan jóvenes colocaron panfletos y materiales para informar a la ciudadanía sobre los desastres que ocasionará el tren contaminante de UPM, no solo a su paso por el barrio Colón sino por dos más no muy distantes, dentro de Montevideo: Sayago y Capurro. Bajo un sol radiante y abrazador, jóvenes y no tan jóvenes, a puro pulmón y a pura conciencia hicieron de la tarde sabatina del 24 de octubre, una fiesta donde artistas de diferentes rubros se expresaron para llamar la atención de la barriada. Pero la barriada siguió con su rutina y los jóvenes y no tan jóvenes, no se amilanaron y gritaron sus denuncias y sus alertas, en medio del bullicio de un intenso tránsito sobre la Avenida Eugenio Garzón, como si sus voces y sus informaciones fueron voces gritando en el desierto del cemento, de un punto comercial emblemático de la zona de Colón. Pero esas voces gritando en el desierto, no fueron en vano, porque la denuncia siempre trae consigo sorpresas. Esas sorpresas que nos hablan de la indiferencia de unos, fruto de la artera astucia de quienes, propiciando emprendimientos contaminantes (como la pastera UPM 2, en el Uruguay) no hacen otra cosa que engañar a un pueblo brindándoles informaciones sesgadas sobre la verdad de los hechos, y en este caso del verdadero impacto del tren a su servicio, en tres barrios montevideanos. Informaciones que llevan a que la población se descanse en la abulia de la cotidianidad y se mantenga al margen de las luchas, convencida (equivocadamente) de que sus gobernantes y el empresariado a su servicio, buscan y promueven el confort popular, lo que de hecho no sucede: porque UPM es un acto criminal que ha endulzado a los uruguayos, pero felizmente no a todos.

Y precisamente, los uruguayos que no nos hemos dejado seducir por esos emprendimientos nefastos, fuimos los que estuvimos allí en Plaza Colón, junto a los jóvenes del Movimiento Our Voice y otros luchadores de otros grupos y colectivos de la sociedad uruguaya, que saben perfectamente lo que significa UPM en el Uruguay y lo que significa gritar, que al poder de turno (y a los que se enriquecen amparados por una legalidad non santa) les importa un bledo beneficiar al colectivo social y al pueblo, porque los intereses serviles al capitalismo están primero que nada.

La plaza Colón se inundó de ritmos de tambores y de sonidos de las tradiciones charrúas, de guitarras, y de canciones; y de jóvenes con camisetas de Our Voice; y hubo intervenciones de hombres y de mujeres que desde hace tiempo hablan, donde pueden (y como pueden) de las malignidades del tren de UPM y del emprendimiento contaminante de la 2da pastera finlandesa en el Uruguay. Música y voces a todo volumen, hicieron de su presencia una fuerte y estrepitosa denuncia, literalmente pública. Uno de los moderadores fue uno de nuestros jóvenes de Our Voice: Diego Grachot.

Una y otra vez se gritaron verdades: “Que UPM 2 llega al Uruguay con regalos para todos: un contrato firmado inconstitucional; un tren (que no es de pasajeros como se fue pregonando por ahí) exclusivo para uso de la empresa, con más de 1000 expropiaciones y afectando la salud de todos; un deterioro del agua por sus efluentes y la desertificación de los suelos por el modelo de monocultivo de eucaliptos”.

Corre la tarde y corre la fiesta. Y lo que es un día de calor sofocante, es un día de denuncia, donde hay un cometido común entre los participantes y entre los pocos que se acercan a ver, informarse y degustar alimentos que se venden a precios populares, porque hay que hacer “finanzas”, porque no hay lucro, ni tampoco hay hobby, porque lo que hay es pura militancia. Es pura conciencia. La conciencia ciudadana, que supera a la inconciencia gubernamental, que optó por venderse a los poderosos intereses económicos, con el pretexto de generar fuentes de trabajo y mejoras en el campo de la inversión estatal. ¿A qué precio? Al precio de perder soberanías y la salud de una población; al precio de engañar descaradamente a un país.

Un afiche que se reparte dice: “Jornada con las vecinas y vecinos. ¿Qué tren queremos en el barrio? Con celulosa, ácido sulfúrico y soda cáustica, o con pasajeros, cereales y materiales no contaminantes”. En una pancarta gigante ubicada sobre la estatua de Vidiella, del centro mismo de la plaza, leemos: “No al tren de UPM atravesando nuestros barrios”. En una cuerda atada de árbol a árbol, penden dibujos y afiches que apoyan la lucha contra el tren de UPM.

Siguen los ritmos bajo el sol radiante: nuestros jóvenes de Our Voice ofrecen su arte. Cantan el rap acústico “Realidad”: Tati , Giorgio David y Juan Manuel. Y hay más canciones. Hay hip hop y hay una banda punk. Jóvenes que denuncian a su forma y a su estilo, verdades. Las verdades que se oyen en las voces de los jóvenes que hacen arte sin restricciones, ni mordazas. Y solo por eso, y por su estilo, sus voces molestan. Molestan al poder. Molestan al empresario. Molestan al gobernante. Molestan al represor.

Una de las voceras de Our Voice toma la palabra. Es Fátima, que hace pública una proclama. Más bien una denuncia.

“Dicen que UPM 2 viene a quedarse. Viene a quedarse con mi casa, tu casa, y la de tantas vecinas y vecinos, ya que hoy por hoy la empresa finlandesa las necesita para cerrar sus negocios. ¿Quién defiende nuestro derecho a vivir en nuestro hogar? ¿El Estado? Lamentablemente no, el Estado es solo la garantía de esta empresa, y claramente no entramos en esa ecuación financiera”.

“Dicen que UPM 2 viene con fuerza… viene con la fuerza de un tren con muchos kilómetros de largo y de costos millonarios. Costos que no eran los previstos, así como no lo eran los plazos y los terrenos. Las expropiaciones calculadas ahora se multiplicaron y más de 1.000 terrenos son para UPM. Este “error de cálculo” y un atraso de ocho meses están generando una deuda que todavía no sabemos quién la asumirá, ¿O sí? Una vez más será el pueblo”.

“Dicen que UPM trae trabajo. Pero no podemos llamar trabajo a la explotación sexual, y a la trata de mujeres y niñas. Los puestos de trabajo prometidos durarán lo que tarda la construcción de la infraestructura ¿Y después? No traerá soluciones reales al problema del desempleo”.

“Dicen que UPM trae cultura. Pero es una "cultura" empresarial, que invade espacios en nuestra educación pública. Otra forma más de intervenir nuestra soberanía y nuestros gobiernos, sean del partido que sean, la venden”.

“¡Gracias a UPM hoy las leyes avanzan! El Gobierno hizo un gran trabajo al lograr que se votara la Ley de Urgente Consideración, donde entre tantos disparates agrava aún más la criminalización de la protesta, coartando nuestros derechos y libertades, donde se reprime la posibilidad de manifestarse como sucedió en setiembre del año pasado. Se otorgan a sí mismos la potestad de llevarnos detenidas y detenidos si nos manifestamos en un espacio público, porque UPM puso como condición la paz social y sindical”.

“Parecería que buscáran prohibir aquellas manifestaciones y cortes de ruta que se hicieron en contra de la instalación de la primer planta y en tantas otras luchas. Parecería que la creación de nuevos decretos y leyes represivas fueran para garantizar los intereses de un modelo extractivista”.

“Así que, parecería que el Estado está poniendo una vez más por encima nuestro a una industria de grandes capitales extranjeros, que se retira de su propio país y viene a colonizar el nuestro, con promesas que sabemos que no son ciertas. Con nuevos espejitos de colores como los que hace algunos siglos trajeron para engañarnos”.

“Entonces hoy, no nos dejemos engañar, no aceptemos todo sin cuestionar. Permitir que se instalen en nuestro país empresas extranjeras, basadas en modelos productivos altamente contaminantes y grandes inversiones, que les marcan a nuestros gobernantes qué hacer y cómo, que ponen condiciones y obtienen grandes ganancias a costa de sus ciudadanas y ciudadanos, es un atentado a nuestra soberanía, y profundiza el modelo capitalista-extractivista, que genera diferencias sociales y por lo tanto pobreza y marginalidad. No seamos cómplice”.

“¡No al tren de carga! ¡No a la venta y explotación de la tierra!! No más contratos a espaldas del pueblo! ¡Fuera UPM y su tren!”

Bajo el sol radiante, en plaza Colón, no vi a colegas de la gran prensa, en cobertura; no los vi, porque en las secretarías de redacción de informativos de televisión y diarios no existió la intervención contra el tren de UPM, en plaza Colón. Porque no interesa dar espacio a quienes van a contra pelo. A quienes denuncian un emprendimiento de alcance inversor de la talla y el porte de UPM.

Bajo el sol radiante, en plaza Colón, solo vi a colegas de medios alternativos. Uno de ellos procedente del balneario Salinas. Y hemos estado nosotros: Antimafia Dos Mil y los comunicadores de las redes sociales de Our Voice.

Bajo el sol radiante, en plaza Colón, solo vi a otros activistas, identificados en la lucha contra UPM y en favor del medio ambiente. Y gente como uno, participando, alentando. Pero no vi a todo un barrio abrazado a esta causa a favor de la vida.

Bajo el sol radiante, en plaza Colón, solo vi denuncia: la denuncia libre, confrontando al poder, pacíficamente y a través del arte. Del arte de jóvenes y de no tan jóvenes. Del arte de Our Voice y del arte de otros jóvenes.

En plaza Colón se hizo el aguante, y se gritó “No al tren de UPM 2” con la energía de los jóvenes de hoy, que desbordan de sed de justicia y de un mundo mejor. Las voces de los jóvenes, que son nuestra voz.

Las voces, que los gobernantes y los poderosos, desechan gratuitamente, porque son las voces de los jóvenes que no están subordinados a ellos.

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Galería de fotos (imágenes de Romina Torres)