El fundador de Inti-Illimani, grupo musical chileno famoso por sus canciones de resistencia habla con La Stampa

En unos días se celebrará el 50º aniversario del golpe de Estado en Chile, en el que las fuerzas armadas lideradas por el general en jefe del Ejército, Augusto Pinochet, con el apoyo y protección de los servicios secretos norteamericanos, la CIA y el Gobierno de los Estados Unidos, derrocaron al gobierno socialista de Salvador Allende, muerto durante el asedio al palacio presidencial de Santiago de Chile. Golpe de Estado ejecutado gracias a la complicidad de altos funcionarios corruptos, militares y ciudadanos que, el 11 de setiembre de 1973 traicionaron a su patria, dando vida a una de las dictaduras más atroces, feroces y sangrientas de la historia de América Latina. A partir de ese momento se suspendió la democracia en Chile, dejando espacio al régimen de Pinochet.

"Estaba en Roma. Recuerdo que estábamos en la cúpula de San Pedro, cuando vino corriendo un chico de la FIGC, subió corriendo los 800 escalones para decirnos que había habido un golpe de Estado en Chile, que habían bombardeado La Moneda. Fue algo que estaba completamente fuera de nuestro entendimiento y nuestra imaginación". Desde ese día "hemos vivido 15 años de exilio. Fue como si nos hubieran cortado las raíces, de una vez y para siempre". Así se expresó Jorge Coulón Larrañaga, miembro fundador del famoso grupo musical chileno Inti-Illimani, famoso en todo el mundo por sus canciones populares con las que luchó, entre otras cosas, con el régimen dictatorial de Pinochet. En entrevista con Giovanna De Stefani, en el diario La Stampa, el artista recorre los años de la dictadura chilena hasta el actual gobierno de Gabriel Boric. En 1973, él y su grupo emprendieron su primera gira por Europa, que comenzó en Italia. En ese momento, los artistas que salían del país recibían un pasaporte oficial del gobierno que les facilitaba el tránsito y las visas. Una especie de "tradición antigua, quizás de los años 20", comentó Larrañaga. Un documento especial que, tras el golpe, "nos resultó incómodo. Luego fuimos a la embajada de Chile en Roma a renovarlo, pero fue imposible: nos dijeron que estábamos en la lista de los que no podían regresar a Chile, nos obligaron a exiliarnos, no fue una elección nuestra".

Posteriormente, gracias a la presión de la comunidad internacional sobre el régimen totalitario, "finalmente nos dieron pasaportes al igual que a todos los que estaban en el exilio. Pero en la primera página había una 'L' gigante que significaba "restringido", es decir, no era válido para regresar a Chile". 

La conversación luego giró hacia la situación política chilena actual. El presidente Boric, en los últimos días en el documento público de presentación del plan de búsqueda de presos desaparecidos, aludió a la "vil" muerte (suicidio) del brigadier Hernán Chacòn Soto, condenado, entre otros, a 15 años de prisión por el magnicidio del artista chileno Víctor Jara. Una gran polémica se generó en los salones parlamentarios, pero, según Larrañaga, Boric "el presidente tuvo el coraje de decir lo que dijo". "Por supuesto, inmediatamente se alzaron voces críticas diciendo que no tenía respeto. ¿Pero de dónde venía este comentario? -dijo el artista-. De aquellos que nunca tuvieron ningún respeto por Allende, ni por los miles de víctimas. Y es verdad, estos soldados, que hablan tanto del honor, de la patria, primero eludieron toda responsabilidad. Pinochet fue absolutamente cobarde, negando todo, culpando a los demás. Es un momento complicado, por esto digo que fue valiente para decir lo que dijo porque no es fácil hacerlo en este momento".

Según el artista, "el poder ahora no está en el gobierno. Y quizás nunca estuvo en el gobierno, el poder real. Es una materia oscura hecha de poder, de mafia y de servicios secretos: ahí es donde se concentra el poder. Ahora más que nunca". El próximo 11 de setiembre, Jorge Coulón Larrañaga estará nuevamente "en el concierto frente al Estadio Nacional -concluyó-. Cantaremos 'El pueblo, unido, jamás será vencido' (famosa canción de resistencia chilena de Inti-Illimani, ndr), porque es un clásico y además inédito con la letra del último discurso de Salvador Allende. Luego haremos canciones de Víctor Jara, y algunas nuevas, claro: ¡porque estamos vivos!".