Unos noventa magistrados habían salido al campo contra la decisión de Cafiero De Raho, firmando una carta abierta.

"Se anticipó a temas de investigación", había acusado el fiscal nacional. "Ha traicionado la confianza de su equipo y de los fiscales involucrados en las investigaciones".

Di Matteo se defendió ante el CSM, reiterando que había hablado de temas que se conocen desde hace años: el descubrimiento, junto al cráter de Capaci, de una nota escrita por un agente del servicio secreto, y luego también de un guante con ADN femenino. En televisión, el magistrado recordó la desaparición del diario de Falcone de una computadora del Ministerio de Justicia y reiteró la hipótesis de que personas pertenecientes a Gladio tuvieron un papel en la fase de ejecución de la masacre del 23 de mayo de 1992. "Cuestiones conocidas desde años". El caso terminó dividiendo también al CSM. Pero ahora, esa orden de expulsión ya no existe. Fue revocada un año y medio después. Por otra parte, debido a esa disposición, Di Matteo había decidido dejar la Dirección Nacional Antimafia.

La reincorporación, al menos sobre el papel, de Nino Di Matteo en el grupo que investiga las masacres fue considerada un hecho importante por el presidente de la Comisión Parlamentaria Antimafia: "Por último -escribe Nicola Morra en Facebook- es el debido reconocimiento al valor del hombre sobre todo y del investigador en segundo lugar. Un gran hombre, un gran italiano que nunca se ha limitado en buscar la verdad y en hacer justicia contra Cosa Nostra, contra todas las mafias, contra las relaciones entre las mafias y la política".

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*Foto de Portada: www.antimafiaduemila.com