Frente a un escenario político nacional e internacional en evolución, donde el riesgo para las dos mafias era volver a ser simples organizaciones criminales, entran en juego "mentes refinadísimas" que, según explica Lombardo, "estaban, y están todavía hoy, por encima de los más altos grados de las filas mafiosas. Usando el lenguaje de Carminati en 'Mafia Capital' son los sujetos que conocen, sólo ellos, el supramundo y el inframundo; los sujetos del medio".

"La imagen es la de un reloj de arena o una doble pirámide invertida –agregó- los altos jefes mafiosos del nivel de Graviano y Filippone están entre los pocos que saben cómo se organizan las grandes mafias hacia abajo, pero también saben cómo está compuesto el supramundo, el cual sólo ellos integran y que se vuelve mafioso sólo por su presencia".

En la reconstrucción del magistrado, fue precisamente el supramundo el que impulsó la visión autonomista. Luego, debido a las elecciones administrativas de 1993, el escenario cambia. Por esta razón, la atención se desplaza a "una actividad puesta en marcha desde hace ya algún tiempo, para generar un movimiento político que pueda ocupar el lugar que había permitido que la DC fuera el centro de gravedad del sistema".

Ese "cambio de rumbo", contrariamente a lo que se podría pensar, no fue el resultado de un descubrimiento repentino, sino, como lo recuerda el arrepentido Tullio Cannella, fue el resultado de un "proyecto paralelo al que se llevó a los niveles medio-bajo de Cosa Nostra y que le confiara Leoluca Bagarella. Un proyecto reconducido a Bernardo Provenzano".

"Esta es la 'política falsa' que siempre se ha utilizado para proteger celosamente los verdaderos objetivos -agregó Lombardo- con un discurso que se llevó adelante para confundir: señalar hacia los movimientos autonomistas, las Ligas del Sur y Licio Gelli (una de las mentes refinadísimas) que tuvieron relaciones históricas con los componentes de la mafia, pero también relaciones firmes con otros componentes fundamentales: el masónico, por el papel que había tenido en el GOI, y el de la derecha subversiva, representada por Stefano Delle Chiaie".

Al final, sin embargo, la dirección que se tomó fue diferente y llevó al apoyo de Forza Italia, un proyecto que, según dijo Giuseppe Graviano en su "flujo de conciencia", existía mucho antes de diciembre de 1993.

Dentro de los sistemas criminales

Al revisar la investigación "Sistemas Criminales" (cerrada y archivada, ndr) Lombardo destacó aquellos elementos que revelaron la existencia de un "plan para subvertir el orden establecido" implementado por una asociación que se remonta a los años 1990-1991 y en el que confluían varias entidades criminales: Cosa Nostra y el equipo corleonés, partes de la masonería 'desviada' y de la subversión negra, a su vez vinculadas a Cosa Nostra y otros consorcios mafiosos como la 'Ndrangheta, y partes de las instituciones que giraban en torno a los aparatos de seguridad".

Un mundo que cambia

Por este motivo, durante la acusación, Lombardo quiso reconstruir todas las fases del proyecto separatista, con el nacimiento de las Ligas que tuvieron un gran intercambio entre varios componentes criminales.

Entre los primeros en hablar de ese proyecto estuvo Leonardo Messina, quien, en un informe de fecha 4 de febrero de 1993, contó lo que le había informado Aldo Miccichè, "que la Liga del Norte, no tanto gracias a Bossi que era un títere, sino aMiglio, el verdadero ideólogo, era en realidad un brazo de la DC detrás del cual se ocultaban Andreotti y las fuerzas empresariales del Norte que estaban interesadas en dividir a Italia en varios Estados".

"¿Serán las mismas fuerzas empresariales del Norte de las que habló Graviano? -preguntó Lombardo en forma provocativa mientras el jefe mafioso tomaba notas desde la prisión de Terni- lo cierto es que Andreotti no se había rendido. Él entendió que la marca de la DC y el escudo con la cruz estaban quemados. Con la santa paz que los apoyos del Vaticano le habían garantizado a ese movimiento político".

Y esa sería la razón por la que se habría puesto a disposición para recorrer nuevos caminos, hasta el punto de evaluar esa división en tres macroáreas que Miglio llevó a cabo con convicción.

"A Gelli le gustó la hipótesis, Miglio, para Andreotti, es un hombre con el que se puede hablar. Es él quien contará, en una entrevista con Il Giornale, sobre esa discusión frente a una chimenea apagada para explicar qué papel podría tener la Liga del Norte".

En esa entrevista, increíblemente, Migliohasta se mostró receptivo a una especie de constitucionalización del papel de las mafias y específicamente dijo que estaba a favor del "mantenimiento de la mafia y de la 'Ndrangheta". "¿Qué significaba eso? ¿Querían darles el control del territorio, la gestión de los contratos?", se preguntó Lombardo con ironía. Y luego: "O las enumera a todas o dice genéricamente mafias. Esto significa que las referencias eran específicas y no genéricas".

Las reuniones de Enna

Messina también informó sobre lo sucedido en agosto de 1991, es decir "que en la provincia de Enna se reunieron Riina, Madonia, Santapaola y Provenzano. Permanecieron en el área de Enna, no en forma continua, hasta febrero de 1992, después del resultado del Maxiproceso. El objetivo era discutir un proyecto político que tuviera como objetivo la creaciónde un Estado independiente en Sicilia; el proyecto había sido ideado por la masonería. Quiero especificar -dijo el colaborador de justicia de la época- que Cosa Nostra, 'Ndrangheta y la masonería eran parte de un sistema criminal integrado". Filippo Malvagna, un antiguo hombre de honor de la familia catanesa Pulvacchetti-Santapaola, también habló de las reuniones en el campo de Enna, y contó la famosa frase que el Jefe de Jefes, Totò Riina, diría: "Es preciso hacer la guerra para luego hacer la paz".

Las reuniones se celebraron tanto en Sicilia como en Calabria en el distrito de Nicotera, Parghelia y Badia. Es aquí donde los "siete" principales exponentes de las familias de Calabria entran definitivamente en escena, dando su aceptación y compromiso con la estrategia de masacres.

Un proyecto perfectamente compartido por la 'Ndrangheta. Lo dice alguien más que declaró durante el proceso, Pasquale Nucera. Ya a principios de los noventa, les contó a los magistrados sobre una reunión en Polsi, en septiembre de 1991, a la que también asistieron el jefe Francesco Nirta y Giovanni De Stefano "que era amigo de Milosevic", quien también dijo que había otras personas, otros políticos y que en esa ocasión se habló de fundar el "Partido de los Hombres" para "reemplazar a la DC".

Que 1991 es el momento clave para enmarcar toda la masacre y la campaña política también es evidente a partir de otros elementos como, por ejemplo, el asesinato del juez Antonio Scopelliti. "Para comprender el período, necesitamos hacer una lectura mucho más amplia y compleja– siguió diciendo Lombardo –El hecho histórico es que en octubre de 1991 Cosa Nostra ya sabe que el Maxiproceso saldrá mal. Y así será el 30 de enero de 1992. El reemplazo de la vieja clase política no es fácil. Es un momento histórico donde existe el riesgo de volver a ser, sin el aparato, una pandilla criminal que ya no puede afectar ni condicionar la vida de la Nación. Antes de tomar decisiones definitivas, por lo tanto, era necesario tener garantías y certezas definitivas, que llegarían a fines de 1993 con las declaraciones de Spatuzza sobre ese Graviano que tiene prisa por consumar el 'golpe de gracia'".

Luego, la acusación del fiscal Lombardo volvió sobre las declaraciones de varios colaboradores de justicia, como Salvatore Annacondia, Gianfranco Modeo y Marino Pulito, quienes introdujeron otros temas relativos a Gelli (siempre él) y los sujetos cercanos al Venerable, con "contactos directos destinados a ajustar los procesos y administrar paquetes de votos para ser asignados a esas alineaciones funcionales, o consideradas como tales, para un proyecto político más amplio".

Para explicar que los componentes políticos extraparlamentarios eran de alguna manera "pegamento, por fuera del control del partido" y de los cuales "la derecha subversiva era el componente principal", Lombardo recordó sentencias con cosa juzgada como la de la masacre de Bolonia, señalando aquellos elementos que de alguna manera conducen a un verdadero paralelismo entre el plan político de estragos, que tuvo lugar entre 1990 y 1994, y el programa ya vivido, en ciertos círculos, en años anteriores. Ese plan va desde la expansión de la ideología política, pasando por un interés más económico, la amenaza de la conquista del poder por el Partido Comunista Italiano, hasta el ataque a las fuerzas del orden y la necesidad de cultivar relaciones con el Estado italiano.

Lo cierto es que en algún momento las masacres pasarían de una fase de aceleración a una de "espera". ¿Una señal de que se había alcanzado un nuevo equilibrio?

Varios colaboradores de justicia contaron lo sucedido entre Cosa Nostra y la'Ndrangheta, que llevaron a cabo una estrategia común. Un eje que, según la reconstrucción de la acusación, verá moverse a los Graviano en forma particular. Y, en el frente de Calabria, ese sector estaba estrechamente relacionado con la familia Molé-Piromalli que, junto con los De Stefano, habían ganado la guerra de la mafia. Dos familias centrales para ese directorio de siete que dijeron "Sí" a la estrategia de terror y ataque frontal al Estado. O, para decirlo en palabras de Riina, "hacer la guerra para luego hacer la paz".