Viernes 29 Marzo 2024

scajolaSCAJOLA: EL ENFERMO IMAGINARIO
Por Giorgio Bongiovanni - 14 de Junio de 2014
Si, ésta también es una “enfermedad”, hablo del enamoramiento que trasciende en la infatuación, en una palabra perder la cabeza por una mujer. Esto es lo que le ha ocurrido al diputado Claudio Scajola y os explicamos el porqué.
Ayer el Tribunal de Revisión ha decidido concederle el arresto domiciliario a Claudio Scajola, que, como es sabido, ha sido arrestado el pasado 8 de Mayo con una orden de la Fiscalía Distrectual de Distrito Antimafia de Reggio Calabria.

La grave acusación planteada por el Fiscal en Jefe Federico Cafiero De Raho y por el Fiscal Giuseppe Lombardo en contra del ex Ministro del Interior es de “(haber facilitado incumplimiento de condena)”, a favor del ex diputado del partido “Forza Italia” Amedeo Matacena (condenado a 5 años por sus contactos con la 'Ndrangheta) con el agravante de concurso externo en asociación mafiosa (aunque hasta el momento el agravante no ha sido reconocido por el Juez de Investigaciones preliminares, decisión contra la cual los Fiscales han apelado y se discutirá el próximo 19 de Junio).
Con astucia y extraordinaria habilidad los abogados de Scajola han logrado convencer al Juez del Tribunal de Revisión para que le concedieran a su cliente la prisión preventiva pero no en una celda sino con la posibilidad de cumplir la pena en arresto domiciliario.
Los motivos planteados por los abogados del ex Palamentario parecerían ser los siguientes: Scajola se había enamorado a tal punto de Chiara Rizzo (esposa de Matacena) que era propenso a dar cualquier tipo de ayuda que la misma le pidiera. Hasta incluso buscar referentes en el extranjero en donde el marido de la señora Rizzo habría podido encontrar hospitalidad para poder permanecer prófugo. Una historia que tiene aspectos patético-románticos y que me hace recordar una extraordinaria comedia teatral similar a las armadas por los mafiosos para evitar que los condenaran a duras penas, a celdas de aislamiento, y demás (en ese entonces no existía el régimen carcelario del 41 bis, n.d.r.). Escenas en la que seguramente no se manchaba el honor del género femenino involucrando a las mujeres en su farsa, como en este caso, sino en las que jefes mafiosos del calibre de los Inzerillo y de los Corleoneses se ponían en ridículo fingiendo que estaban  locos y enfermos para poder pedir instancias a los jueces del Tribunal de Revisión.
Un claro ejemplo es el caso del arrepentido Tommano Buscetta cuando él mismo le contó al Juez Giovanni Falcone que había tomado, antes de colaborar con la justicia, pastillas para contaminar la orina y para hacer creer que estaba enfermo de los riñones.
Así como la historia contada varias veces por el arrepentido Gaspare Mutolo, quien se presentó ante el mismo Juez Falcone, renqueando y con muletas, y cuando el magistrado le preguntó: “¿Son de verdad necesarias esas muletas?” Inmediatamente se puso en pie y terminó con esa puesta en escena.
O bien, recordemos al mafioso Gerlando Alberti, pionero de Cosa Nostra en Milán, a quien lo llamaban “U Paccarè” que durante su detención fingía estar loco para aliviar su posición.
Incluso hoy, por ejemplo, se realizan controles para comprender si realmente el estado mental del hermano de Nitto Santapaola, Nino “u pazzo” está alterado o bien ésta también es una actuación.
En resumen, una de las estrategias de Cosa Nostra para evitar ciertas penas siempre ha sido la de fingir una enfermedad, en cambio en el caso de Scajola hay una novedad absoluta, la extraordinaria fuerza del amor, en la que en realidad nos cuesta creer, más que nada porque conocemos a los protagonistas que siempre han estado relacionados con el poder y concentrados en sus negocios, según nuestro juicio, desconocen el sentimiento del amor en perjuicio de sus intereses.
Queridos mafiosos, tenéis que aprender, para obtener algún beneficio para vosotros o para algún amigo político vuestro, intentad decir que os habéis enamorado de la esposa de uno de ellos y que por amor y sentido de protección hacia dicha mujer habéis protegido y favorecido a su marido. No se trata de favorecimiento mafioso o de compra de votos, sino simplemente de una excesiva atención a la mujer amada. Si hacéis así enterneceréis el corazón de algún Juez del Tribunal de vigilancia o del Tribunal de Revisión. ¡Os deseamos buena suerte ¿quién sabe? os podría ocurrir lo mismo que a Scajola!
http://www.antimafiaduemila.com/2014061450001/giorgio-bongiovanni/il-malato-immaginario.html