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 fot1-153.2014.31NEGOCIACIÓN ESTADO-MAFIA: ¡JUEGO SUCIO!
Negociación Estado- mafia: piden trasladar el proceso a otra sede
Por Giorgio Bongiovanni y Lorenzo Baldo - 7 de Marzo de 2014
Atónito. Es así como uno queda frente a la instancia de remisión procesal enviada a la Casación por el general de carabinieri Mario Mori. La solicitud – totalmente explícita – es la de trasladar a otra sede el proceso sobre la negociación Estado-mafia en el que se encuentran indagados el mismo ex comandante del ROS (Grupo Operativo Especial), algunos de sus colegas del Arma de los Carabinieri, ex Ministros, ex exponentes políticos, colaboradores de justicia y boss mafiosos de alto calibre.

La estrategia de la defensa es como mínimo sibilina: manipular para su conveniencia el verdadero clima de tensión que gira alrededor del juicio y del Fiscal Nino Di Matteo. El objetivo es al mismo tiempo hipócrita y totalmente evidente: provocar la suspensión del proceso y sobre todo lograr que se traslade el debate, de manera tal que tenga que comenzar desde cero.
Es así como uno detrás de otro se citan artículos de periódicos, servicios televisivos, entrevistas, actas de reuniones institucionales, transcripciones de reuniones públicas, etc., con la intención de demostrar la veracidad de los “riesgos para la incolumidad pública” ligados a la condena a muerte de parte de Totò Riina para el Fiscal Di Matteo (y por consiguiente los relativos riesgos que corre el proceso en sí). “Cada audiencia – se lee en la instancia – cuenta, como promedio, con la participación de alrededor de un centenar de personas que, considerando dichas amenazas están expuestas al grave riesgo de atentados y de acciones violentas. Teniendo en cuenta todo esto - y al objeto de la exclusiva tutela del orden y de la incolumidad y seguridad pública – podría ser oportuno disponer la suspensión del proceso a la espera de la decisión de esta Excma Corte Suprema”.
En una escalada de manipulaciones la instancia de Mori concentra los varios “condicionamientos” con respecto al proceso que se han sucedido en estos meses. Bajo la lupa de los abogados del ex oficial del ROS está también la participación del Fiscal General de Palermo, Roberto Scarpinato, en la manifestación organizada por el periódico “Il Fatto Quotidiano” en apoyo al pool de Palermo, ocurrida el 12 de Enero. En dicha oportunidad Scarpinato había hablado del “fuera de escena” que le preocupaba a Riina, es decir, de ese “juego grande” del que la mafia siempre había formado parte. Para los abogados de Mori las palabras de Scarpinato “suenan como un intento, que proviene ab externo, de legitimar la investigación y de condicionar el juicio” ya que su consideración “no puede no influir en el mismo porque es indebida” ya que proviene “de quien no es parte procesal”.
Hasta el último de los jueces de un remoto despacho judicial se daría cuenta de la vacuidad (y de la gravedad), de afirmaciones similares. Que en cambio prosiguen a través de lo que se define como “la mejor confirmación”, de las afirmaciones anteriores: un artículo de prensa, escrito por Giovanni Bianconi en el periódico “Corriere della Sera”. “Las amenazas de Riina, según lo que sostiene más de un Fiscal, han sido utilizadas incluso mediáticamente para legitimar nuevamente un proceso que se vio comprometido en el momento que fue absuelto el general Mario Mori por la fallida captura de Bernardo Provenzano en 1995”.
Al reproducir fielmente el encomillado del artículo publicado el pasado 18 de Enero, los abogados de Mori subrayan que “el periodista ha citado expresamente fuentes provenientes de la Fiscalía de la República y, por lo tanto, creíbles, según las cuales ‘las amenazas... han sido utilizadas... para dar nueva legitimidad a un juicio...’” Todo esto para demostrar que “el clima, en Palermo, no es sereno sino que está condicionado”, ya que “el periodista del ‘Corriere della Sera’ no ha utilizado el tiempo verbal con el modo ‘condicional’ sino que ha escrito ‘han sido utilizadas’, por lo tanto ha dado por sentado y por ocurrido (o de todos modos por intentado) lo escrito anteriormente”.
Cosa de psicoanálisis. El documento continúa con varios corta y pega de transcripciones de entrevistas realizadas al Fiscal Nino Di Matteo. En una de ellas (concedida al noticiero TG3 el pasado 23 de Enero, al margen una audiencia del proceso sobre la negociación) el mismo magistrado había respondido a la pregunta del cronista en mérito a la relación existente entre la condena a muerte lanzada por Totò Riina y el desarrollo del juicio sobre la negociación. Di Matteo destacó el aumento de las amenazas en su contra y de sus colegas Vittorio Teresi, Roberto Tartaglia y Francesco Del Bene, señalando que las interceptaciones de Riina representaban nada más que “la punta del iceberg”. Por lo tanto el periodista del TG3 daba por terminado el servicio recordando que el mismo Di Matteo había anunciado poco antes, durante la audiencia, la presentación de otra interceptación de una conversación entre Totò Riina y el boss de la región de la Puglia, Alberto Lorusso, cuyo contenido, según el cronista, sería “extremadamente delicado” ya que “Riina estaría hablando sobre Bernardo Provenzano y sobre su rol”.
Para los abogados de Mario Mori, ex director del SISDE (Servicio de Información y Seguridad Democrática), “no se puede negar que objetivamente eso constituye un nuevo condicionamiento para los Jueces (con la toga y aquellos populares) quienes, como todo ciudadano italiano, leen los periódicos, escuchan los noticieros y consciente o hasta incluso inconscientemente (pero obligatoriamente) relacionan la anunciada presentación de dicha grabación y su contenido ‘extremadamente delicado’.”
En el documento los abogados de Mori insisten en afirmar que la referencia al “rol de Provenzano aumenta y agrava el condicionamiento” en todo sentido, ya que, según el aparato acusador, el general Mori y otros sujetos habrían “sellado un acuerdo” precisamente con Bernardo Provenzano “por mandato de otros y con el auxilio de otros sujetos para obtener el cese de la estrategia terrorista”. En el expediente también se subraya que este “nuevo condicionamiento” es tal “precisamente en virtud del hecho que se suma a una situación ambiental poco serena”; por lo tanto las mismas palabras de Nino Di Matteo, según los abogados, certificarían “un actual, inmanente, concreto e inevitable peligro para el orden público”.
En resumen, para la defensa de Mori, estamos ante “un clima ambiental mefítico” y por lo tanto “para nada conforme a la celebración del presente proceso judicial”. Un delirio. En una frenética sucesión de encomillados de declaraciones del Fiscal Di Matteo (así como también del Fiscal de Palermo, Francesco Messineo, del Senador Giuseppe Lumia, de Salvatore Borsellino etc.) se llega incluso a manipular las recientes manifestaciones antimafia en apoyo al pool de Palermo, de modo tal de avalar la tesis defensiva, para luego completar la obra con el golpe final. “El pronóstico sobre el hecho de que el peligro disminuiría al trasladar el juicio a otra sede – se lee en el documento – tiene que hacerse sin lugar a dudas ex-ante, pero solo ex-post se podrá tener una relativa certeza”.
En otras palabras: solo después de haber trasladado a otra sede el proceso se podrá saber si, de esta forma, disminuyeron los riesgos para la incolumidad pública, así como para la de Nino Di Matteo. Pero mientras tanto el juicio tendría que comenzar desde cero. Por su parte a los abogados de Mori les interesa mucho dejar en claro que las “ordenes de muerte” dirigidas a los magistrados que tienen a su cargo el juicio sobre la negociación “ya han salido de la cárcel y han alcanzado a los posibles destinatarios de dichos mensajes terroristas”; frente a esto la remisión “constituye el único medio seguro para eliminar el peligro vigente y para salvaguardar tanto la incolumidad de los Fiscales como la pública”. Y así es como se llega al cúlmine de esta manipulación con una teatral declaración de preocupación al fin de “salvaguardar” la incolumidad del Fiscal y la pública.
Pero los abogados de Mori ¿creen realmente poder tergiversar a tal punto la realidad de los hechos? Más allá de las recientes condenas a muerte lanzadas por Riina la salvaguarda de Nino Di Matteo sigue siendo puesta en peligro gracias también a una sistemática campaña mediática enriquecida por las injerencias de altas personalidades institucionales, exponentes políticos, magistrados, historiadores, sociólogos, juristas e intelectuales varios), que comenzó hace algunos años y que sin lugar a dudas se ha basado además en las actitudes procesales de la defensa de Mori y compañía...
Estamos frente a un colegio defensivo que nunca antes se había preocupado por los riesgos que estaba corriendo el magistrado, ni mucho menos por los que corría el juicio o la comunidad misma. ¿Cómo se explica entonces esta repentina “aprensión”? Hasta los observadores más ingenuos comprenderían que detrás de esta manipulación se oculta el avieso objetivo de borrar años de investigaciones, frenando un juicio en curso. Pero si el proceso tuviera que recomenzar ya sea en Caltanissetta, o en Bolzano ¿realmente disminuirían los riesgos para el Fiscal, para la Corte y para la así llamada “incolumidad pública”? Siguiendo el sentido común y la lógica, la respuesta es: No. Pero en esta instancia de remisión no existen ninguno de los dos. Como es sabido Cosa Nostra no olvida. Ni mucho menos los protagonistas del “juego grande” que, si consideran peligroso un proceso judicial (y si consideran que puede ser útil desestabilizar el orden público), cuentan con todos los medios para detenerlo: desde la deslegitimación de aquellos que instruyeron el caso, hasta la eliminación física de los mismos. Es evidente que bloquear un juicio tan delicado como el que se está celebrando frente a la Corte de Palermo forma parte de los intereses de todos los que no quieren que la verdad sobre el bienio terrorista ‘92/’93 salga a la luz. Que luego todo esto sea disfrazado de “preocupación” aparente es algo absolutamente miserable y refleja la decadencia moral y cultural de este País. ¿O acaso habría que hablar de complicidad? La decisión de manipular la verdadera preocupación de la parte sana de este País con respecto a los riesgos que corre el Fiscal Di Matteo (y por consiguiente el juicio sobre la Negociación) corresponde a una estrategia que ya fue utilizada en el pasado: eliminar al enemigo con sus propias manos. Seguramente el traslado de este proceso judicial no será seguramente lo que constituya “el único medio seguro para eliminar el peligro vigente y para salvaguardar tanto la incolumidad de los Fiscales como la pública”. Todo lo contrario: si así fuera Di Matteo y sus colegas se verían expuestos aún más y se volverían mucho más vulnerables.
Para eliminar este peligro serían suficientes las siguientes “utopías”: un Presidente de la República que se precie como un verdadero garante de la Constitución, proclive a derrotar a la mafia y deseoso de buscar la verdad sobre los atentados en Italia; una clase política completa que se sume a esta búsqueda; una magistratura compacta que apoye a sus colegas que trabajan en este frente; una abogacía leal; un efectivo funcionamiento del art. 41 bis (regimen de cárcel dura); así como un sistema mediático incorruptible. Política de ficción Mientras tanto se le pide a la Casación que examine la solicitud de los abogados de Mori. La esperanza es que haya un Juez, en Roma, que le devuelva al remitente lo que a todos los efectos es una aberración del derecho. El deseo – de toda la parte sana de este País – es que haya un Juez capaz de comprender la importancia histórica de este proceso judicial, un Juez que sepa reconocer la bajeza de la ambigüedad de esta instancia de remisión. Que sobre todo sea capaz de proteger la incolumidad de Nino Di Matteo simplemente aplicando la ley. Que no es la de destruir con una firma una investigación que apunta a hacer luz sobre el chantaje político-mafioso que desde hace décadas oprime a nuestra Democracia. Ese mismo Juez, en Roma, tendrá que tener en cuenta el reclamo de justicia y verdad de todos los familiares de las víctimas de la mafia unido al de la sociedad civil. Una exigencia de la verdad que no merecería este “juego sucio” a costa de la muerte de hombres justos.
Que es exactamente lo que está haciendo el mismo Mori, fiel servidor (así como ex comandante) de esos Servicios Secretos que desde siempre han sido instrumentos del poder. Incluso tratándose de una solicitud “legítima”, su instancia de remisión (sumada a la de los otros dos imputados, es oficiales del ROS Giuseppe De Donno y Antonio Subranni) de hecho representa el intento de condicionar a los Jueces de la Corte Suprema por medio de mentiras y mistificaciones. Un “sórdido” juego que la Corte de Casación tendrá que anular inmediatamente. Antes de que desencadene consecuencias inevitables.
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