RIINA: “MATAMOS A LOS NIÑOS COMO EN SARAJEVO”
Por Giorgio Bongiovanni - 20 de Enero de 2014
La noticia publicada en todos los periódicos italianos sobre el homicidio a manos de la ‘Ndrangheta de un niño de tres años, Nicola Campolongo llamado “Cocò”, cuyo cuerpo fue encontrado carbonizado junto a los de su abuelo, que estaba bajo libertad vigilada por asociación para delinquir de tipo mafioso) y de la joven compañera del mismo, es la prueba de que las mafias, desde siempre, matan a los niños y los sacrifican en el altar de su dios del mal. Jamás ha existido una mafia “buena”, una mafia “de otros tiempos” que tuviera respeto por las mujeres y por los niños. El mismo Totò Riina decía, al preparar una bomba: “En Sarajevo mueren muchos niños ¿porqué nos tenemos que preocupar justo nosotros aquí en Corleone?”. Es así como cae otro mito.
Giuseppe Di Matteo, de 11 años, hijo de Santino Di Matteo, un colaborador de justicia por el atentado de Capaci, fue estrangulado y luego disuelto en el ácido el 11 de Enero de 1996, después de más de dos años de haber permanecido secuestrado, con la intención de convencer a su padre de volver a las filas de Cosa Nostra. Paolino Riccobono, 13 años, el 19 de Enero de 1961 fue alcanzado por dos proyectiles en la espalda. La familia, de un barrio de Palermo, estaba involucrada en una venganza entre mafiosos. Giuseppe Letizia, 13 años, un pastorcillo corleonés, murió el 11 de Marzo de 1948 por una inyección letal en el hospital de su ciudad por obra de Michele Navarra, médico municipal y jefe mafioso de Corleone. La noche anterior había visto en los campos aledaños a los secuestradores del sindicalista Placido Rizzotto.
En 1976 Giovanni La Greca y Riccardo Cristaldi, 15 años, Lorenzo Pace de 14 y Benedetto Zuccaio de 13, fueron llevados a un caserío en medio del campo. Dos días después fueron estrangulados en ese lugar y tirados a un pozo. Eran culpables de haberle robado la bolsa a la madre de Benedetto Santapaola, el boss mafioso de Catania.
En 2009 Domenico “Dodo” Gabriele, de 11 años de Crotone, resultó herido mientras jugaba al fútbol con sus amigos al quedar en medio de un tiroteo para matar a Gabriele Marrazzo de 35 años. Durante el fuego cruzado el hombre murió en el acto, mientras que otras nueve personas resultaron heridas, entre las cuales “Dodo”, quien murió 3 meses más tarde.
Nadia y Caterina Nencioni, de 8 años y de 2 meses respectivamente, son dos de las víctimas del atentado de Calle de los Georgofili, en Florencia, del 27 de Mayo de 1993. Un comando mafioso había llenado un Fiat Fiorino con 250 kg de trotil en las cercanías de la “Torre dei Pulci”, entre la “Galleria degli Uffizi” y el “Arno”.
Giuseppe y Salvatore Asta, gemelos de 6 años, volaron por los aires en la mañana del 2 de Abril de 1985 junto a su madre, Barbara Rizzo. El coche en el que viajaban pasaba cerca del coche del Procurador Carlo Palermo, para quien había sido preparado un coche bomba.
Letterio Nettuno, de 15 años, de Reggio Calabria, el 5 de Enero de 1991 fue secuestrado y asesinado por haber formado parte, en calidad de “campana”, en el intento de homicidio del joyero Giovanni Picara, cuñado del boss Giacomo Latella.
Claudio Domino, de 10 años, el 7 de Octubre de 1986 fue acorralado por un killer en motocicleta y que le disparó en la cara. Posteriormente se descubrió que había asistido a la entrega de un cargamento de droga.
En el verano de 1992, al día siguiente del homicidio del jefe mafioso de Alcamo, Vincenzo Milazzo, su compañera Antonella Bonomo, que estaba embarazada, fue estrangulada.
Andrea Savoca, de 4 años, el 26 de Julio de 1991 se encontraba en el coche con su padre, Giuseppe Savoca, quien era secuestrador de camiones. El niño estaba en brazos de su padre cuando fue asesinado por una “afrenta”. Ambos fueron alcanzados por las balas mientras que Massimiliano, otro hijo de Giuseppe de apenas 2 años, que se encontraba en el asiento trasero salió ileso.
En el Evangelio está escrito: “Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar” (Mateo 18, 6). La mafia que asesina a los niños es otro, irreversible, acto de acusación para todos aquellos personajes criminales cercanos a la mafia, al político que pide votos al boss mafioso, junto a todos aquellos que hacen negocios con los mafiosos y que prosperan en todos los niveles: el banquero, el masón, el religioso, el ministro, el empresario, el policía, el carabiniere, el financiero, los hombres de las instituciones y de los servicios secretos, hombres que en los años ’90 hacían pactos con los corleoneses, el ciudadano que no denuncia el “pizzo” (coima mafiosa) y toda esa sociedad civil (aún presente en gran medida en Sicilia y en el resto de Italia) que calla por miedo... Ellos también son cómplices de los asesinos de los niños. Si no son culpables para el Código Penal, de todos modos son 
condenables por el Código humano y moral, y por la justicia Divina de la que no podrán escapar. Que el sacrificio de “Cocò”, precedido por decenas de otras pequeñas víctimas de la violencia criminal, sirva de grave advertencia y de severa amenaza a aquellos que hoy llaman a las puertas de los mafiosos para hacer negocios o para pedir apoyo y protección. Estos hombres se ensucian con el delito de deicidio, porque cada niño asesinado es un delito en contra de Dios.
http://www.antimafiaduemila.com/2014012047349/giorgio-bongiovanni/riina-uccidiamo-i-bambini-come-a-sarajevo.html
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