Jueves 28 Marzo 2024

Extinguieron su mirada, sus manos. Esas manos que trabajaban la herrería, que estaban construyendo una “ruca” para por fin tener su hogar.

Lo mataron porque era el reflejo de una sociedad enferma y sádica, que pide sangre a costa de poder seguir su propio camino,. A costa de su egoísmo.

Lo mataron porque comenzaba a desintoxicarse de un sistema denigrante, criminal, donde los pibes trabajan para los policías en los barrios marginales haciendo de carnada y drogados, como pasa en el barrio Nahuel Hue, Bariloche.

Lo mataron porque los pibes de 21 años tienen que estudiar o trabajar, y a nadie le gustan los pibes que andan en la calle protestando.

Lo mataron porque cargó todo su duro existir y rompió con todos los esquemas para encontrarse a sí mismo como Mapuche.

Lo mataron mil veces. Sí, porque ya no podrá terminar su casa en ese lugar especial, con la Comunidad, ni tocar la trutruca, ni construir un mundo mejor en el territorio, junto a su tía, su prima, su gente. Rafa ya no puede reflejar esperanza en los ojos de la madre de su mejor amigo, asesinado. Ya no podrá decir “quiero vivir acá”, solo pudo decir “quiero morir acá”.

A dos años de su asesinato, uno de sus asesinos, Javier Pintos sigue impune. El Gobierno se encargó de darle protección y trasladarlo a otra localidad con casa, y nueva vida para el Prefecto. Se pasea por la calle libremente. Patricia Bullrich lo tomó de la mano y felicitó porque “hizo lo que tenía que hacer” aquella tarde en Villa Mascardi.

En mayo de 2019 la carátula judicial pasó de ser “NN sobre muerte dudosa”, a ser “homicidio agravado” ¿Y qué pasó con los asesinos?

Hace un mes, la Cámara Federal de Casación Penal apartó a los jueces que habían concluido que no existió un enfrentamiento, sino que los prefectos persiguieron a los mapuches, y que habían procesado a integrantes del Grupo Albatros que dispararon contra los mapuches el 25 de Noviembre de 2017.

En junio de este año habían procesado y detenido al prefecto Javier Pintos, pero la Cámara Federal siguiendo la versión del Ministerio de Seguridad, ordenó anular el procesamiento del Albatros que disparó mortalmente a Rafael Nahuel, porque consideró que actuó en “legítima defensa”.

La legítima defensa en que se ampara el Ministerio de Seguridad, y sus Fuerzas Especiales fue contra un grupo violento de la RAM que en las actas policiales de aquel día aseguraban que “tenían armas de grueso calibre ya que arrancaban ramas gruesas de cuajo”. Esas armas nunca aparecieron, solo herramientas (martillos, destornilladores, moto sierras, clavos, cuchillos, etc.), piedras, palos y un par de escopetas viejas inservibles. Los Albatros en escasos 10 a 15 minutos hicieron alrededor de 120 disparos, con pistolas 9 mm, subfusiles MP5 y pistolas Beretta. Quien más disparó fue el Prefecto Javier Pintos.

La balacera dejó dos heridos y causó la muerte de Rafa muerto. La bala 9mm ingresó por el glúteo y atravesó intestinos, hígado, diafragma, pulmones y se alojó en el tórax. La autopsia extrajo el proyectil intacto para permitir el peritaje, que concluyó que el proyectil era del arma portada por Pintos.

Los compañeros que estaban con Rafa y bajaron su cuerpo ya sin vida, Fausto Jones Huala y Lautaro González, fueron detenidos.

La orden de allanamiento a la Lof Lafken WinkulMapu, en Villa Mascardi la dio el Juez Villanueva, quien también ordenó (obviando todo tipo de garantía Constitucional), con el visto bueno del Secretario de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, se disponga de personal de la Policía de Investigaciones para elaborar un informe “Confidencial” del estado de situación tras el asesinato de Rafael Nahuel, además de intensificar el patrullaje de Prefectura Naval en el Lugar.

El mismo Juez que dio luz verde a la cacería del Lonko Facundo Jones Huala y dictó su extradición a Chile, aquel que también tiene su participación en la Lof Cushamen incluso en la represión que termina con la desaparición y muerte de Santiago Maldonado. Bullrich, el Gobernador Weretilneck, Noceti, y el Juez Villanueva siempre en la misma línea.

De hecho la justicia rionegrina bajo el Gobierno criminal y expresamente racista de Mauricio Macri, se movió bastante rápida y hermética. Villanueva dispuso luego ser el encargado de llevar la investigación sobre la causa Rafael Nahuel. Es quien ordenó el operativo donde asesinaron a Rafael Nahuel, y él mismo luego el encargado de investigar el asesinato como si fuera un guion de Truman capote.

Duele y da rabia ver una sociedad totalmente enferma, que le da igual si matan a los pibes con tal de que no interrumpan su cotidianeidad. “Pegale un tiro en la frente a ese hijo de puta y déjame pasar”, decía un barilochense en la fila de autos mientras la prefectura y gendarmería cortaban el paso en Villa Mascardi, según relata Pablo Curlo, un operador turístico que declaró en la causa, y fue un testigo clave, dato que aparece en el libro “Silenciar la muerte” del periodista Santiago Rey.

Hoy APDH, que querella la causa, luego de conocer el fallo manifestaron que “El fallo es escandaloso, está en línea con otro anterior de esta misma sala que instaló la doctrina de los mapuches como enemigos internos. Lo hacen en sintonía con el discurso del Ministerio de Seguridad y sospechosamente a cuatro días de las elecciones", junto a Moira Millán, la referente Mapuche de Mujeres por el Buen Vivir, hicieron una denuncia penal hacia la Cúpula del Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, exponiendo un plan criminal contra las Comunidades Mapuches.

El ultra desgastado discurso de la violenta RAM se cayó hace tiempo. Cientos de teléfonos fueron intervenidos y decenas de causas contra referentes mapuches fueron desestimadas.

"En el contexto latinoamericano actual, la clara actitud racista y persecutoria del gobierno de Mauricio Macri, la ministra y sus cómplices, reprimiendo y mintiendo en función de sus intereses y de sus amigos, contra el pueblo mapuche, el invento de causas, el invento del terrorismo RAM, la muerte de Santiago y el asesinato de Rafael, todo esto queda claro como parte del plan Cóndor II. Pero encontró siempre a la APDH enfrentando, denunciando por todas las vías y poniendo el cuerpo de sus militantes, como lo hacemos desde hace 44 años contra el terrorismo de Estado"dijo Norma Ríos, copresidenta de APDH.

El asesinato de Rafael Nahuel hizo que en la Argentina nos diéramos cuenta de que el enemigo interno es real pero no son los Mapuches, ni los organismos de Derechos Humanos, ni los jóvenes que reclaman o la sociedad en general. El enemigo interno se sacó la máscara con cada gota de sangre derramada. Ese enemigo interno que tanto nos hablaban los medios alineados al establishment son aquellos que tienen poder político y lo usan para dividir a los ciudadanos.

Porque en la división basan su poder, ya que no importa la bandera partidaria que posean o los rostros que se vean en las pantallas. El enemigo interno es aquel que elegimos en una pseudo democracia que nos subyuga destruyendo el futuro para las generaciones venideras. Hoy Latinoamérica está revelándose contra ese enemigo con la fuerza de los jóvenes o como entendía Rafa al adentrarse en la cosmovisión de sus ancestros. Hoy, para los pueblos Originarios como los Mapuches, los espíritus de los antiguos guerreros encarnados en las nuevas generaciones están luchando por la tierra y eso ya no se puede detener.

A los asesinos de Rafael Nahuel, desde el Gobierno de Mauricio Macri, el Ministerio de la mentira y la muerte de Patricia Bullrich, el Juez Villanueva, y todos los responsables incluido el Prefecto Pintos, les recordaremos que son asesinos, y lo escribiremos hasta el cansancio. Los artistas seguirán haciendo canciones, poesía, obras de teatro, y murales en todas las calles hasta que se haga justicia por Rafael Nahuel.

Somos miles, millones que nunca olvidaremos sus nombres, porque están manchados en sangre por la eternidad.

Y de ahí nadie escapa.

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Foto de portada: www.enestosdias.com.ar