Martes 19 Marzo 2024
prisiondomiciliariaPor Jean Georges Almendras-14 de julio de 2018

Rechazaron la excarcelación del Lonko Facundo Jones Huala.

Concedieron su prisión domiciliaria.

¿Una decisión política? Puede ser. Pero en el fondo ha sido una resolución que valida tácitamente que la lucha y los alegatos del propio Lonko y de sus abogados no fueron planteos en vano y lo que es más, no estaban fuera de contexto. Y el contexto es un contexto de confrontación. Es un contexto de frontalidades y de verdades.

Hoy en pleno siglo XXI todavía debemos ser testigos de persecuciones de neto corte colonialista. Persecuciones y doctrinas racistas enquistadas en las filas de un gobierno que se dice y se jacta de ser democrático. ¿Democrático?

Y la prisión del Lonko Facundo Jones Huala es la demostración más flagrante de que la sociedad argentina –que lo permite- y el gobierno argentino, es hipócrita y es ruin. Porque admite una arbitrariedad de tal porte. Y a la luz del sol, porque se sabe impune. Y porque se sabe apañado por los medios de comunicación que circundan al poder, serviles a sus fines y a sus objetivos.

Pero en medio de todo eso, sea por política o por estrategia, sobrevino una resolución, si se quiere coherente entre tanta incoherencia y tanta arbitrariedad.

La Cámara de Casación Federal fue la que convalidó el rechazo a la  excarcelación del Lonko pero fue también la que le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria, ordenando que Facundo Jones Huala, detenido en la Unidad penitenciaria 14 de la ciudad de Esquel, abandone ese establecimiento para ser derivado a su domicilio.

En definitiva, con esa resolución, los integrantes de la Sala II de la Cámara de Casación Federal hicieron lugar (pero parcialmente) al recurso presentado por la defensa de  Jones Huala, actuando de conformidad con lo planteado por el Fiscal Javier De Luca, quien se había pronunciado en favor de la prisión domiciliaria, trascendiendo que el rechazo de la excarcelación seguirá su curso de apelación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Se pudo saber que no todos los jueces que integran la Sala II apoyaron el beneficio del arresto domiciliario. En tal sentido trascendió que los camaristas Alejandro Slokar y  Ana María Fugueroa se expidieron a  favor, no así el camarista Eduardo Riggi.

La prensa argentina divulgó que el acuerdo fue prácticamente liderado por Slokar, quien se basó en la obligatoriedad del dictamen fiscal favorable, a la vez que consideró imperativo y superior a las leyes en Convenio 169 OIT sobre pueblos indígenas y tribales que literalmente establece “deberá darse la preferencia a tipos de sanción distintos del encarcelamiento. Se supo que el camarista utilizó como fundamento la declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, que alude a que el beneficio de la domiciliaria se fundó en obligaciones internacionales propias del derecho de los pueblos originarios.

Sin perjuicio de esta buena nueva de prisión domiciliaria para el Lonko Facundo Jones Huala, el hecho de que deba estar privado de su libertad a la espera de una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, respecto a su extradición a Chile, no deja de ser un tema preocupante e irregular, o mejor dicho, ilegal e inconstitucional por donde se lo mire.

A propósito, en La Izquierda Diario se publicó que la abogada de Jones Huala Elisabeth Gómez Alcorta aludiendo a la decisión judicial se expresó via Twitter en los siguientes términos: “La (in) justicia decide mantener preso ilegalmente a Facundo Jones Huala”.

El Lonko Facundo Jones Huala vive su prisión domiciliaria.

No por ello las comunidades mapuches ahora bajarán sus brazos. Por el contrario. Los brazos mapuches estarán más estrechamente enlazados para protegerlo y para denunciar que esa prisión aún siendo domiciliaria es arbitraria. Y para luchar por su excarcelación. Y para que esa extradición no se concrete, porque es esencialmente ilegal.

El Lonko facundo Jones Huala es un preso político. Un prisionero integrante de un pueblo originario.

Y como tal, padece el martirio de los colonialistas de este siglo y de estos días.

Una vergüenza para nuestra sociedad moderna. Una vergüenza con todas las letras.

Una situación que además de vergonzosa es inmoral.

La inmoralidad del hombre blanco que se dice civilizado.

--------------------------
*Foto de Portada: www.resumenlatinoamericano.com