Por Jean Georges Almendras-26 de mayo de 2018Seis meses. Seis meses de impunidad.
Impune, según el diccionario, quiere decir que queda sin castigo. Que queda impune. Impune con todas las letras.
Un joven mapuche de 22 años de nombre Rafael Nahuel, que estaba en Villa Mascardi, en Bariloche, aquel 25 de noviembre de 2017 fue asesinado de un balazo. El proyectil le alcanzo por la espalda cuando él buscaba refugio en la parte alta de un cerro a un costado de la ruta 40.
Ese día personal del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina venía desalojando a tiro limpio a los mapuches que se encontraban en el cerro de Parques Nacionales. Orden judicial mediante, el cometido era avanzar sobre los integrantes de la comunidad, y literalmente barrerlos, desalojarlos, sin importar cómo.
Hasta la fecha no está claro dentro de qué contexto o parámetro del operativo uno de los oficiales del grupo Albatros dio la orden de cargar contra los mapuches abriendo fuego.
Lo único que se supo, o mejor dicho, trascendió desde filas de los uniformados es que no hubo más remedio que apelar a las armas porque desde las alturas los mapuches hacían uso de las suyas.
Todas mentiras del sistema represor para justificar un crimen inaudito. Un crimen anunciado. Un crimen oprobioso.
Todas mentiras, hasta la fecha.
Porque ya van seis meses que la impunidad es un pesado manto que sigue encubriendo a los responsables del crimen: los efectivos del Albatros, que aunque ya está demasiado claro que fueron ellos exclusivamente los que dispararon con sus armas y no los mapuches, porque en realidad no las portaban, hasta el momento todo sigue igual.
Desde las entrañas del poder se siguen dilatando las investigaciones y se siguen enturbiando las aguas: recientemente la Cámara Federal de Casación dispuso revocar la excarcelación de Fausto Jones Huala y de Lautaro González, los dos jóvenes que bajaron el cuerpo malherido de Rafael Nahuel.
Fue bajarlo del cerro procurando ayuda para que de inmediato quedaran detenidos, imputados de usurpación. Unos días después los liberaron por orden del Juez Villanueva porque los abogados de los mapuches y de APDH se movilizaron. Pero ahora, a estos dos jóvenes se les revocó la excarcelación.
Dos jóvenes que en cualquier momento serán detenidos y privados de su libertad, bajo las garras de la autoridad, porque son “usurpadores de tierras” ¿y hasta que se dilucide cómo ocurrieron los hechos?. No es justo.
Los dos jóvenes aguardan el curso de los acontecimientos, con la conciencia limpia.
En una reciente entrevista que Fausto Jones Huala, concedió al periodista Santiago Rey de En Estos Días (un sitio web regional) el joven mapuche (que a su vez es hermano del Lonko Facundo Jones Huala) fue por demás clarificador en sus expresiones.
“La cárcel está dentro de las posibilidades. Yo sigo mi vida normal. La verdad que no me preocupa. Está dentro de las posibilidades. Si llega a tocar, me tocará nomás, y seguirá la lucha mapuche. No estoy escondido debajo de la cama”.
Desde diferentes ámbitos la lucha de los mapuches por recuperar sus tierras y liberarse del opresor, se hace sentir. Y esa lucha trasciende fronteras dentro de Argentina y fuera de la Argentina.
Los argumentos jurídicos sobran. La abogada Sonia Ivanoff es la voz cantante y la portavoz de los derechos de los mapuches porque los representa en cada una de las circunstancias que se van generando.
Y las organizaciones de DDHH y defensoras de la causa mapuche con sus abogados siguen por el mismo camino, batallando ante las hostilidades y las provocaciones. Otro tanto hacen los periodistas de medios alternativos y no tan alternativos, porque no todos los colegas estrechan filas con el terrorismo mediático. Y por eso se está, apoyando a una causa, en términos de informar los hechos y no distorsionarlos. Y Antimafia Dos Mil estuvo y está en esa línea.
Recientemente estuvimos con el redactor y amigo José Guzmán y los jóvenes de Our Voice Romina y Renzo, en un Bariloche convulsionado por el juicio al Lonko Facundo Jones Huala. Y allí fuimos testigos directos de una represión descomunal contra los mapuches en las puertas mismas del Juzgado Federal. Allí, mapuches (mujeres y niños) y periodistas libres y del estableishment debimos correr de los gases y de las balas de las fuerzas de seguridad. Una constante en la lucha de este pueblo perseguido y avasallado, por el hombre blanco, por el jurista blanco y por el político blanco.
El periodismo libre no cesa de informar que la persecución de la cual es objeto el pueblo mapuche en la Argentina de hoy, es una persecución encarnizada desde donde se la mire, en los últimos tres años, coincidentemente con el ascenso a los sitiales del poder, de los esbirros de Mauricio Macri.
Un macrismo que descaradamente ha hecho ostentación de sus herramientas del poder para diezmar a estas comunidades, porque ha quedado más que constatado que esas comunidades reclamando sus territorios y sus derechos, no hacen otra cosa que perjudicar proyectos y emprendimientos económicos.
Un macrismo que ostenta, sin disimulo, una política genocida y racista. Una política criminal. Una política criminal reflejada en la persecución a los mapuches, en la represión a los sectores más pobres, en la aplicación de la doctrina Chocobar y de la intolerancia respecto a las protestas sociales en Buenos Aires y en ciudades del interior de la Argentina.
Tanto es así, que para su entendimiento, hoy en día en la Argentina ser mapuche es sinónimo de “peligrosidad”. Es sinónimo de “terrorismo”. El macrismo ha instalado en la Argentina la idea de que el mapuche es el “enemigo interno”. Una idea que se ha extendido por todo el territorio con fuerza de dogma y de doctrina. Una idea con fuerza de premisa. Una premisa que es utilizada a diestra y siniestra.
Una premisa que fue la base de las represiones contra las comunidades mapuches de la provincia de Chubut. Una premisa que fue la base de las criminalizaciones de los mapuches de la Patagonia y de Bariloche. Una premisa que fue el cimiento de la captura y posterior resolución de extradición a Chile del Lonko Facundo Jones Huala. Y una premisa que fue la llave que abrió la puerta de la muerte de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel con cuatro meses de diferencia.; y la puerta de una seguidilla de arbitrariedades a cargo de hombres y de mujeres del sistema judicial y del gobierno directamente, tendientes nítidamente, a que los asesinos materiales e ideológicos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel permanezcan a sobrada distancia de las prisiones a las que deberían ser destinados.
Un cúmulo de mentiras se ha lanzado desde la Casa Rosada a la opinión pública. Una lluvia de mentiras y de falsedades se ha desperdigado por todo el territorio argentino y fuera de sus fronteras por periodistas (con nombre y apellido) atados y casados con las difamaciones del macrismo y del gobierno, trabajando en medios de comunicación serviles al poder. Un periodismo del estableischment.
Un verdadero muro de infamias se han montado y se siguen montando alrededor de la familia Maldonado a la cual se la ha atentado descarada y cínicamente espiándola con la luz verde de los cobardes de la Casa Rosada y de los jueces y fiscales corruptos, relacionados con la causa.
Una verdadera muralla de infamias se ha montado y se siguen montando sobre los mapuches y sobre todos aquellos que de una u otra forma se involucran con su causa. Una causa que para ciertos personajes y ciertos intereses de la vida nacional (y del sistema político) es prácticamente un enemigo interno al que se debe erradicar, marginar, criminalizar, encerrar y finalmente matar. Matar, porque solo así la sociedad sana de la Argentina podrá crecer, desarrollarse y enriquecerse.
Los pueblos originarios de la Argentina de hoy padecen una persecución que se asemeja y se identifica literalmente con la sanguinaria colonización de los imperios en tierras africanas, de épocas que suponíamos ya distantes.
Pero no es así. Esas mentes criminales que cortaban manos, que daban a un animal más valor que a un ser humano , que cercenaban derechos y que flagelaban y sangraban cotidianamente a las tribus africanas, y que asesinaban impunemente, están presentes, en la Argentina de hoy.
Presentes con ropajes, lenguaje, cultura, fachadas y sutilezas democráticas, y dialécticas de los tiempos modernos. Pero están presentes, llevando la palabra del imperio en sus labios y con la porra del tormento en sus manos, cuando no con el plomo de sus armas en manos de sus fuerzas de seguridad, que no son otra cosa que fuerzas de inseguridad y hacedores de muerte y de terror.
Hay muchos que no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta de esta realidad.
Pero, también hay muchos que saber perfectamente cómo y qué profundidades tiene este panorama, y por esa razón denuncian, luchan y piden justicia. Dan su sólido testimonio a los medios, a los seis meses de impunidad en el caso de Rafael Nahuel.
“A seis meses del asesinato de Rafael Nahuel seguimos pidiendo justicia. Este mensaje es para su familia, que no baje los brazos y siga luchando, la justicia es lenta y a ves injusta pero es la única herramienta que tenemos, pero tarde o temprano los responsables van a pagar. Verdad y Justicia por Rafael Nahuel y Santiago Maldonado” dijo Sergio Maldonado, hermano mayor de Santiago Maldonado.
“Cada día repudio el cobarde asesinato por la espalda de Rafael, un luchador mapuche que defiende la riqueza de su tierra. Que se haga justicia por él como símbolo para toda esa comunidad” dijo Nora Cortiñas, Abuela de Plaza de Mayo línea fundadora.
“Rafael Nahuel es un ser querido que partió pero estará siempre en la mente y los corazones del pueblo. Repudiamos la represión y la búsqueda de mapuches por un crimen que no cometieron, al contrario hay una política represiva contra los pueblos originarios por parte de un gobierno que trata de revivir la política de los dos demonios cuando acá hubo un genocidio” dijo el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Oportunamente, al cumplirse cinco meses del asesinato de Rafael Nahuel el diputado nacional Horacio Pietragalla Corti presentó un proyecto para que la Comisión de Derechos Humanos se constituya en la ciudad de San Carlos de Bariloche, y dijo” la estrategia del Gobierno nacional fue convertir en sospechosos a quienes son sus víctimas: se buscó instalar que el joven asesinado por la espalda también había disparado, en el marco de un enfrentamiento”
Y luego agregó: “la causa judicial en manos del juez Gustavo Villanueva, avanza muy lentamente. Recién a los casi 4 meses de sucedidos los hechos, los integrantes del grupo Albatros fueron citados a declarar ante el juez, y que de los 15 integrantes citados como testigos, sólo se presentaron dos. Los dos albatros afirmaron no haber escuchado tiros la tarde del 25 de noviembre en Villa Mascardi, donde ocurrió la muerte de Rafael y donde se levantaron decenas de vainas de proyectiles 9 mm durante una inspección ocular que se hizo el 7 de diciembre pasado. Debido a la gravedad de los hechos y a la permanente difusión de información falsa por parte del gobierno y de los medios de comunicación, entendemos que es de suma importancia constituir la comisión de Derechos Humanos en Bariloche para recabar información y visibilizar esta causa”
Seis meses. Seis meses de impunidad.
Cuando a los jóvenes mapuches Fausto Jones Huala y Lautaro González se les revocó la excarcelación la abogada Ivanoff presentó dos recursos pidiendo la nulidad de la sentencia y recusando a los jueces que la emitieron. En su recusación argumentó que los magistrados de la Cámara, Eduardo Rafael Riggi y Liliana Elena Catucci mostraron “parcialidad manifiesta” y que la sentencia tiene “un claro sesgo de discriminación por pertenencia étnica” al considerar un agravante la relación de los acusados con el Movimiento Mapuche Autónomo y suponer que se encuentran en “estado de beligerancia”
De acuerdo a lo informado a los medios periodísticos locales la abogada Ivanoff entendió que la sentencia de la Cámara se basó en supuestos que tienden a instalar la doctrina de un enemigo interno, que la “estigmatización al momento de resolver es palmaria” y que “no hay relación entre la sentencia y los hechos imputados en la causa”
María Isabel Huala, el pasado día lunes 21 de mayo se hizo presente en el juzgado Federal de Bariloche y allí en la vía pública leyó a los periodistas presentes el documento de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) donde se repudiaba enérgicamente la decisión de la Cámara Federal, respecto a Fausto Jones Huala y Lautaro González.
La madre de Fausto Jones Huala dijo además:”Utilizar como argumento, para anular la libertad de estos hermanos mapuches, un enfrentamiento armado, que no está probado, contradice el principio de inocencia”.
Desde la prisión de la ciudad de Esquel en la que se encuentra privado de su libertad, el Lonko Facundo Jones Huala fue más directo, fiel a su estilo.
“El peñi Rafa va a quedar en la historia para siempre. No hay que olvidar al peñi Rafael. Va a quedar en la historia como alguien de los que ayudó a la lucha, consciente de eso. El peñi Rafael Nahuel es más que en un mártir. Ha entrado en la categoría de esos héroes del pasado. De esos héroes que luchaban contra los españoles, los argentinos y los chilenos. Tenemos que engrandecer esa figura del peñi . En las comunidades tiene que set un día de lucha, de memoria. Estamos en un proceso histórico importante y depende de lo que vayamos hacer ahora lo que heredarán nuestros hijos. Los que tenemos que cambiar la historia somos nosotros. Esperar que ellos la cambien es bastante cobarde y egoísta. Nosotros tenemos que cambiar la historia, seguir el camino del peñi Rafael y darles dignidad a nuestros hijos. Enseñarles la lucha, y su cultura que es muy sabia y muy rica. No olvidemos al peñi Rafael. Sigamos en esta lucha que es anti capitalista, anti imperialista, revolucionaria y en nuestro caso ancestral. Fuerza a la sociedad no mapuche que en este caso está sufriendo lo que nosotros estamos sufriendo hace años con todos los gobiernos. Lamentablemente se ha socializado la represión. Nosotros si podemos aportar a otros pueblos es esa dignidad a esa lucha”.
Seis meses. Seis meses de impunidad, en el caso Rafael Nahuel
Diez meses. Diez meses de impunidad en el caso de Santiago Maldonado.
¿Por qué?
Porque la gran mayoría de los hombres blancos sentados en los sillones del poder, todavía tienen el alma negra y porque otros hombres, también de alma negra, los encubren y los apañan, impunemente.
Impunemente, ayer y hoy.
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