Viernes 29 Marzo 2024

benettonAllanamiento ilegal y represión en Pu Lof de Cushamen; policías se llevan caballos

Por Jean Georges Almendras-3 de febrero de 2018

Inventos. Inventos descarados .Todo es válido, y más aún cuando se tienen las herramientas para inventar situaciones, escenarios, protagonistas, héroes y terroristas, o ladrones. En este caso fueron ladrones. Y no ladrones comunes. Fueron ladrones mapuches. Mapuches que robaron ovejas y toros. Delincuentes mapuches robando en los sagrados territorios de Benetton. Territorios asolados por el terrorismo de los pueblos originarios. Pueblos que son un lastre ancestral. Un lastre ancestral que va contra los más sagrados intereses de los poderosos terratenientes del imperio de los blancos, allá en la Patagonia. Allá en la provincia de Chubut. En la Argentina de hoy. Aclaremos, antes de cualquier mal entendido: una Argentina democrática. Que nos quede bien grabado ese detalle.

Otra vez la malicia les salió por todos los poros a los hacendados serviles a los Benetton, en los territorios que circundan a la comunidad Pu Lof en Resistencia en el departamento Cushamen. Fue el viernes 2 de febrero, a la seis de la mañana.

Otra vez las sombras de la muerte fueron cercando el puesto de guardia de la comunidad Pu Lof. Sombras dantescas que en segundos se transformaron en sombras represoras, con formas humanas bien definidas. Con uniformes y violencias bien definidas.

-¡¡ Arriba las manos y al suelo¡ -la clásica orden. Las palabras del terrorismo de Estado. Aclarémoslo: palabras dichas en democracia.

Otra vez las mismas escenas: prepotencia bajo todas sus formas. Mapuches maniatados con precintos de plástico, sin permiso para ir al baño. Mapuches insultados. Mapuches humillados. El frío calando los huesos. La incertidumbre y el terror. Y aunque curtidos esos hombres por tanto sufrimiento, el miedo igual les dije presente en su intimidad. Y es válido. No es para cualquiera, soportarlo sin chistar.

Los intrusos, que vienen con los respaldos “legales” son represores. Algunos con los uniformes de la Gendarmería Nacional otros no. Represores, al fin. Y aunque no fueron ellos, los que seis meses atrás tomaron parte de la desaparición forzada seguida de muerte, de Santiago Maldonado, son igualmente represores, que podrían repetir perfectamente la tragedia, amparados en la soledad del amanecer patagónico. Y aunque no son ellos, los que tomaron participación en el ataque a los mapuches de la comunidad Lafken Wimpul Mapu en Villa Mascardi, en Bariloche, el 25 de noviembre del año pasado, causando la muerte (de un tiro por la espalda) al joven mapuche Rafael Nahuel, son igualmente represores, que podrían perfectamente repetir la tragedia, amparados en la soledad del amanecer patagónico.

¿Represores que actúan por iniciativa propia? En este caso no, aunque también hay de esa laya. En este caso el contexto es otro. Es el contexto de la represión por encargo del poder. ¿Del poder político? No esta vez, aunque lo político sigue siendo el marco para el desarrollo de las operaciones. ¿Del poder económico? Sí esta vez, y con demoledora saña.

La noticia ganó los caminos y las calles de la ciudad de Esquel; ganó las calles del resto de las ciudades argentinas, y las calles de los centros urbanos allende las fronteras argentinas. La noticia hoy recorre el mundo. ¿Qué noticia? Una que indigna. Una que nos deja perplejos. Una que nos infunde rebelión. Y una protesta generalizada, por el descaro y la maledicencia con que se prefabrican los enemigos.

Resulta que el allanamiento fue ordenado por la jueza Graciela Rodriguez y el fiscal Carlos Díaz Meyer luego de la denuncia de la estancia de los Benetton por un supuesto caso de abigeato (robo de animales). Un allanamiento que contó con la friolera de casi 400 efectivos, los cuales se dividieron operativamente: un grupo con diez vehículos, en la ruta 40, para cortar el paso de transportes y personas. Y el resto para irrumpir en las tierras, reducir mapuches y llevarse los caballos de los integrantes de la comunidad. Caballos que utilizan para sus actividades en el campo y para movilizarse. Caballos que no son producto de hurto, pero que la autoridad procura que así sea, porque la autoridad económica así lo ha pautado. Porque es la ley del más fuerte.

Leyes y pautas detestables, porque tienen un motivo muy fuerte. Fuerte y dañino. Fuerte y dañino como el capitalismo mismo. Un capitalismo que hace estragos, entre los más desposeídos, entre los pueblos originarios y también entre nosotros que no somos pueblos originarios.

Todo esto ocurre, seis meses después, de que Santiago Maldonado ofrendara su vida a una causa noble, en la Pu Lof Cushamen. Todo esto ocurre a poco más de dos meses, de que Rafael Nahuel ofrendara su vida en Villa Mascardi, en Bariloche.

Otra vez los violentos de uniformes; los uniformados de una democracia malograda e hipócrita. Otra vez esos violentos, rodeando el área a allanar e impidiendo la presencia de testigos: abogados, periodistas, representantes de organizaciones de Derechos Humanos y residentes ocasionales de la zona.

Otra vez violencias. Otra vez casas revisadas por manos pesadas. Manos que no contemplan pertenencias, ropas, ollas, bolsas. Manos que no contemplan personas, porque parecerían estar tratando con animales. Manos que se ensañan con hombres y mujeres, y hasta con niños, cuando los hay.

Una de esas mujeres que fue golpeada, fue Vanesa Millañanco. Y fue tal el destrato físico que sufrió que fue necesario retirarla del lugar, derivándola a un hospital de la zona. Luego recuperó la libertad. Y escribió a su comunidad y al mundo:

“Hoy fue un día de esos bien difíciles, que lamentablemente, pero con dignidad, tenemos que afrontar como pueblo mapuche en lucha por simplemente querer recuperar nuestro territorio ancestral, por luchar para que nuestros niños algún día puedan correr libremente por el campo. Una vez más el estado opresor arrasó con nuestra lof y realizó un mega despliegue allanamiento, donde no se respetan los derechos individuales ni colectivos. Pero estamos vivos y de pie, nuestra lucha continuará aunque a muchos no les guste o quieran mirar hacia otro lado. Los pueblos originarios están vivos. !¡Libertad al Lonko Facundo Jones Huala, preso político mapuche¡¡ ¡¡No a su extradición¡¡ ¡¡Justicia por Santiago y Rafael¡¡”

Los periodistas de medios que no están literalmente comidos por los intereses del Estado y por los terratenientes de turno, informaron certeramente de todos estos hechos, al cabo de los cuales desde la Pu Lof misma los mapuches denunciaron que tras el allanamiento los policías “se llevaron los caballos pertenecientes a la comunidad. Esos animales fueron retirados en un camión perteneciente a la Compañía Tierras del Sud” y que los oficiales “volcaron datos falsos en las actas, como por ejemplo que el allanamiento concluyó a las 11:45 siendo que finalizó poco antes de las 9 y 30 hrs”

¿Quién fue el verdadero mandante de este operativo? Las informaciones periodísticas coinciden que fue el Grupo Benetton a través de su mano derecha en la región: Ronald Mc Donald, administrador general de la estancia El Maitén, que en los hechos –y literalmente- representa una porción importante del poder real en la comarca andina.

Trascendió también que la denuncia judicial del citado administrador, señala que entre fines del 2017 y el mes de enero de este año, fueron robados del campo de los Benetton, un toro y 41 ovejas. Se consigna en la denuncia, que el capataz de la estancia acusa directamente del abigeato a los miembros del grupo mapuche de Cushamen, tanto a los comuneros de la Pu Lof como a los de la Vuelta del Río, que se encuentran cercanos.

¿Por qué los efectivos actuantes se llevaron los caballos de la comunidad mapuche, impunemente? Nunca se hallaron rastros de ovejas y de toro alguno. No se encontraron armas que supuestamente iban a ser utilizadas por los comuneros, para defenderse, según las informaciones de un espía de los Benetton, que previamente hizo tareas de inteligencia en la zona. Los integrantes de la comunidad no ofrecieron resistencia alguna a los policías participantes del operativo de allanamiento. No se registraron violencias contra los uniformados. Y una vez más la comunidad fue violentada por representantes del Estado, porque la Justicia avaló cada uno de sus pasos, en tierras mapuches.

Y desde esas tierras, como tantas otras veces, los mapuches lanzaron su protesta al mundo. Su denuncia. Una denuncia sin restricciones:

“Fue un allanamiento totalmente ilegal. No se contó con testigos del procedimiento, es decir que las fuerzas represivas hicieron lo que quisieron durante el tiempo que estuvieron dentro de Pu Lof y no descartamos que puedan generar algún tipo de montaje para culpara los miembros de la comunidad a través de implantar falsas pruebas. Ya es sabido que las órdenes las da el Ministerio de Seguridad de la Nación, dirigido por Patricia Bullrich, la cual junto a todo el Gobierno nacional a la cabeza del presidente Mauricio Macri han lanzado una verdadera cacería contra el pueblo Mapuche y una campaña mediática de difamación verdaderamente sin escrúpulos",

Inventos. Inventos descarados. Ahora los acusaron de abigeos. Todo para distorsionar una identidad y la verdad histórica de que esas tierras no tienen el sello de Benetton, aunque así lo parezca.

Inventos. Inventos descarados. Enemigos internos inventados, para sacarse del medio a los pueblos originarios, que no hacen otra cosa que ser un gran obstáculo para las hidroeléctricas, para las mineras.

No son pocos los integrantes de las organizaciones defensoras de los derechos humanos que apuntan hacia esas conclusiones. Algunos de ellos son de APDH: almas militantes y nobles a la causa mapuche, que han compartido con las comunidades: penurias, incertidumbres y las luchas diarias, desde antes y después del caso Maldonado.

Pensando en las luchas; en esas luchas que parecen distantes, porque no estamos ahí junto a ellos, en tierras de Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en la provincia de Chubut, no se nos ocurre otra cosa que apostar a la difusión pública (y a la denuncia) de cada uno de estos abusos. Estos abusos del autoritarismo y de la dictadura solapada que está haciendo estragos a la Argentina de hoy, y dentro de ella a los pueblos originarios.

No debemos olvidarnos de lo que les ocurre a ellos en esos lugares. Ni dejar de preguntarnos, por ejemplo: ¿Qué estábamos haciendo a las seis de la mañana del viernes 2 de febrero mientras las fuerzas policiales irrumpían en las precarias viviendas de esas comunidades, como en los tiempos de dictadura, que con celeridad de un rayo demonizaban a sus perseguidos para justificar sus atropellos?

¿Qué estábamos haciendo? No creo que estuviéramos a merced de los violentos del Estado argentino. Pero ellos sí.

Ellos estaban a merced de esos que inventan descaradamente. De esos que inventan demonios. De esos que inventan enemigos. Sin parar.

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*Foto de Portada: www.infonews.com