Miércoles 24 Abril 2024

balaPor Jean Georges Almendras-31 de enero de 2018

¿Tiene un nombre y tiene un apellido quien accionó el gatillo del arma reglamentaria del grupo Albatros, cuyo proyectil acabó con la vida del joven mapuche Rafael Nahuel, en Bariloche, el 25 de noviembre de 2017?. Lo tiene. Una bala no se dispara mágicamente, aunque mágicamente los ideólogos de ese atropello letal, hicieran todo a su alcance para desvirtuar los hechos, llegando inclusive a pregonar que los mapuches aquel día estaban con armas de fuego y que con ellas balearon a las fuerzas del orden. Fuerzas del orden que en realidad fueron resistidas por integrantes de una comunidad mapuche, portando como únicas armas: la desesperada unidad frente a sus perseguidores, la conciencia de que todos viven un sentimiento de lucha legítima (y para nada codiciosa) y la fortaleza para enfrentarse (en desigualdad de condiciones) a una acción represiva a cargo de hombres de uniforme fuertemente armados. Una acción represiva descaradamente promovida por una detestable persecución racista y desmedida, que se inscribe en una política discriminatoria impuesta, de un tiempo a esta parte, por los señores y las señoras que conforman el gobierno de Mauricio Macri.

Que la verdad pueda salir a la luz pública es un asunto más que deseable. Y que la verdad pueda quedar en la nada, bajo el manto de la impunidad, no deja de ser tampoco una probabilidad, pero para nada deseable, al menos para nosotros.

Lo cierto es, que en el correr de las últimas horas trascendió la noticia de que la bala 9 mm que fue extraída del cuerpo del joven mapuche fallecido habrá de ser comparada con los proyectiles disparados por las armas de los integrantes de la Prefectura Naval participantes del operativo. Una tarea de neto corte pericial.

Silvia Bufalini, licenciada de criminalística que actúa en este caso como perito de la querella (representando al CELS) dice: “cada bala tiene características propias determinadas por el paso por el caño del arma, debemos determinar cuál es coincidente. La figura técnica es darle entidad al proyectil que se le extrajo a Rafael. Darle entidad a un proyectil tiene implicancias (la determinación de la responsabilidad del disparo) que hacen que haya que ser muy minuciosos y exige mucha seguridad”

Los hechos de la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi, de la región de Bariloche, son hechos recurrentes promovidos por personas sentadas en sillas del poder económico, político y gubernamental, que no han hecho otra cosa que dar forma a uno de los peores y más denigrantes males de nuestro tiempo, en la sociedad argentina: la persecución de los pueblos originarios.

Una persecución, impulsada además mediáticamente, desde muy definidos medios de prensa. Una persecución que cobró días de espanto, y en la que la muerte y la represión, abrazadas con el fervor de un odio ancestral incentivado y disparado desde los ámbitos más recalcitrantes y reaccionarios de un gobierno intolerante, significaron lágrimas para numerosas familias de la comunidad mapuche y de quienes no siendo mapuches apoyaron su causa y se comprometieron seriamente en la defensa de los derechos humanos.

La antesala trágica del asesinato del joven veinteañero Rafael Nahuel, fue la muerte del artesano y tatuador Santiago Maldonado. Se dio así una macabra acción de las fuerzas del orden, como si todo hubiera sido sincronizado maquiavélicamente desde la sede rosada del gobierno central, con el saldo de dos vidas perdidas. Dos vidas que se nos escaparon de las manos, porque los uniformados que deberían proteger a los argentinos, en realidad son los que se destacaron mediáticamente, por atacarlos. Por atacarlos dentro de una sociedad que suponemos libre, tolerante y democrática. Que suponemos, digo, porque entiendo que en los hechos esa libertad no es tal, ni tampoco la tolerancia ni la democracia.

¿Hay expectativa por lo que pueda surgir de la pericia a la que hacemos referencia, en el caso Rafael Nahuel? Desde nuestro punto de vista, más vale tener expectativas en ese sentido. Todavía creemos en la justicia, aunque ya, con todo lo que hemos venido viendo en torno al caso Maldonado, la credibilidad respecto a lo que se hace desde las sedes judiciales y las sedes fiscales, deja mucho que desear.

Como decía la licenciada, ser minucioso en la pericia es vital. Compartimos con ella y entendemos que los resultados de una minuciosa pericia debe ser más que vital para que la verdad vea la luz pública, y para que la credibilidad en la justicia regrese a su cauce normal. Pero lo minucioso, en una pericia, va de la mano de la ética con la que se lleve adelante la operación de cotejo de los proyectiles.

Todo ha sido planificado para que las cosas se hagan como se deben hacer. Al menos así lo suponemos todos. Como suponemos que las investigaciones se desarrollaron, se desarrollan y se desarrollarán en un marco de legalidad, honestidad y transparencia.

La información que brinda la licenciada a los medios de prensa argentinos da cuenta que, durante los meses de diciembre y enero se realizaron en el Tiro Federal de Bariloche los disparos de las armas secuestradas a los 22 prefectos involucrados y que de allí surgieron los proyectiles testigos, necesarios para la comparación,

Desde ese momento y hasta que se dé a conocer el resultado de la pericia que nos ocupa, el caso del mapuche Nahuel, asesinado por la espalda de un disparo de arma de fuego, proveniente del sector donde estaban operando las fuerzas del grupo Albatros de la Prefectura Naval, se encuentra literalmente en su etapa de paréntesis curvo. Un paréntesis curvo que es una llave dar claridad al episodio y para poder imponer la verdad sobre la impunidad. Esa impunidad que desafortunadamente parece que va consolidándose (paso a paso) sobre el caso del joven Maldonado, cuyas investigaciones ahora apuntan a buscar delito entre los mapuches que fueron perseguidos en la Lof Cushamen, en flagrante tendencia (obviamente, tendencia promovida desde filas del Estado, que les presentó denuncia por falso testimonio) a que toda eventual responsabilidad de la Gendarmería Nacional, en el caso, debe ser pulverizada, literalmente.

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*Foto de Portada: www.diariopopular.com