Viernes 29 Marzo 2024

certezasPor Jean Georges Almendras-24 de noviembre de 2017

¿Nos tendremos que resignar a aceptar la verdad oficial (luego de la etapa médico legal) de que Santiago Maldonado murió ahogado y de que su cuerpo ya sin vida permaneció siempre en las aguas del río Chubut hasta el momento de su hallazgo?

¿Nos tendremos que resignar a ésta perversa realidad impuesta por el aparato judicial y estatal, en torno a un caso de altísimo impacto emocional e ideológico en la ciudadanía argentina y en la región?

¿Nos tendremos que arrodillar una vez más a la impunidad impuesta desde un sistema político contaminado y que no titubea en atropellar a la vida humana y a la verdad?

Tal como estaba previsto, en la ciudad de Buenos Aires, el pasado 24 de noviembre se llevó a cabo la reunión de los 55 peritos que analizaron los resultados complementarios de la autopsia del cuerpo de Santiago Maldonado, en las instalaciones de la Morgue Judicial del Cuerpo Médico Forense.

El Juez Gustavo Lleral lanzó a los cuatro vientos, que los estudios realizados concluyeron en que Maldonado “murió por ahogamiento, es decir por sumersión, en las aguas del río Chubut, coadyuvado este ahogamiento por hipotermia. Se estableció en base a métodos científicos internacionales que el cuerpo permaneció bajo el agua por un período establecido en más de 53 días, en más de 60 días y en más de 73 días de acuerdo a métodos científicos utilizados y aceptados internacionalmente. El cuerpo permaneció siempre abajo del agua y no en otro medio. La causa se va a seguir tramitando y hay que realizar una reconstrucción histórica. En esto hay que tener paciencia porque la prueba se sigue recolectando”

La novedad causó hondo malestar en el seno de la familia Maldonado. La novedad nos causa irritación e indignación, y nos hace pensar, inexorablemente, que el poder político en la República argentina sigue -descaradamente, morbosamente y cínicamente- inclinando la balanza en favor de un encubrimiento inmoral, de un hecho a las claras turbio y que involucra a una fuerza de seguridad del gobierno de Macri. Un encubrimiento, de una muerte planificada y de una muerte anunciada: porque desde el momento en que desde las filas del gobierno se comenzaron a instruir y promover hostilidades contra la comunidad mapuche de la Pu Lof Cushamen, con apoyo mediático, era de esperar que en algún momento se iba a desencadenar una tragedia. Primero fueron represiones seguidas de demonizaciones dirigidas contra los integrantes de la comunidad mapuche, luego, fueron agresiones en acciones represivas y una persecución perversa contra el Lonko Facundo Jones Huala (que sigue preso y aguardando el juicio relativo a su eventual extradición), y finalmente la gran represión que derivó en la desaparición forzada seguida de muerte, de Santiago Maldonado, el día 1ero de agosto de este 2017.

Desde ese momento a la fecha, el dramático episodio de la familia Maldonado recorrió el mundo y el apoyo hacia sus reclamos y su pedido de justicia se expandió por muchos países a pasos agigantados.

Pero los airados y masivos reclamos de coherencia al Estado argentino fueron a saco roto, especialmente tras el hallazgo del cuerpo del joven artesano, desatándose una tensa controversia respecto a las circunstancias de su muerte y a la forma en que apareció su cuerpo.

La familia Maldonado y las organizaciones de derechos humanos reclamaron a la Justicia una investigación imparcial, independiente, efectiva y exhaustiva; y puntualizaron desde un primer momento que no correspondía admitir desde filas del Estado argentino, que el mismo Estado se investigase, siendo el Estado uno de los principales, o mejor dicho, el único sospechoso.

El Juez Gustavo Lleral no dio lugar a la intervención de técnicos independientes en la fase de la autopsia y dejó transcurrir el tiempo hasta que se supiese oficialmente el informe de los 55 técnicos. Por lo tanto, ahora que se conoce este informe, el sacudón resulta ser de una magnitud increíble y no hay palabras para describirlo, ni mucho menos para calificarlo.

Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado, dijo públicamente “se pudo determinar que desde el momento de la sumersión de Santiago siempre permaneció sumergido en el mismo hábitat, en el mismo río” lo que no significa necesariamente “en el mismo lugar” en el que se encontró a Santiago“

“Con la información que se nos dio hoy no podemos concluir ni como ni cuando falleció Santiago. Seguimos sosteniendo la hipótesis principal que es desaparición forzada seguida de muerte, hasta que tengamos todas las pruebas que le hemos solicitado al juez que lleve adelante, con una investigación imparcial e independiente”.

Trascendió además, que la semana próxima se tomarán testimonios a personas de la comunidad mapuche que manifestaron haber estado entre el 31 de julio y el 1ero de agosto con Santiago y que aseguran haber escuchado disparos y haber corrido hacia el río e incluso refuerzan el testimonio de Matías Santana en cuanto a que Santiago fue golpeado y detenido por los gendarmes.

Inmediatamente después de conocerse el resultado oficial de los peritos que tomaron intervención en la autopsia, la familia Maldonado dio a conocer un comunicado en el que consignan tres certezas muy bien definidas.

Una: que el 1ero de agosto hubo una salvaje represión por parte de una fuerza de seguridad estatal conducida y apoyada por las autoridades políticas

Dos: que se produjeron desvíos y entorpecimientos en la causa de parte de la Justicia Federal de Chubut y el Poder Ejecutivo Nacional.

Tres: que es necesario contar con el apoyo de investigadores especializados e independientes para lograr conocer la verdad, obtener justicia y evitar la impunidad en el caso de la muerte de Santiago.

¿Nos tendremos que resignar a aceptar la verdad oficial? ¿Hasta cuándo seguiremos siendo testigos de una falacia de ésta envergadura? ¿Con tanta facilidad dejaremos que los verdugos de Santiago Maldonado sigan circulando libremente por este planeta como si nada hubiese pasado?

En la localidad bonaerense de 25 de mayo –la ciudad natal de Santiago Maldonado- se realizó el velatorio de sus restos. Un homenaje. Un homenaje merecido. Un homenaje íntimo.

Habremos de homenajear –a Santiago Maldonado y a la comunidad mapuche- de una sola forma: denunciando constantemente la malicia con la que se planificaron las persecuciones a los mapuches; la malicia con la que se sucedieron los hechos; la malicia con la que se llevó adelante la represión del 1ero de agosto, con los resultados conocidos (de desaparición forzada seguida de muerte); la malicia con la que se llevaron adelante las investigaciones; y la malicia con la que se fueron desarrollando todos y cada uno de los pasos relativos a las pericias y estudios forenses, luego de hallarse el cuerpo del artesano.

¿Dónde? ¿Cómo? Y ¿Cuándo murió “ahogado” Santiago Maldonado? Las respuestas a éstas preguntas, el Estado sigue sin responderlas. Todos nosotros junto a la familia Maldonado habremos de comprometernos a luchar para que los responsables sean sometidos a la Justicia.

Que no quede en palabras ese compromiso.

*Foto de Portada: www.laizquierdadiario.com