Domingo 19 Mayo 2024
santiPor Jean Georges Almendras-25 de setiembre de 2017

“No quiero meterle presión al juez (refiriéndose al juez Gustavo Lleral). Hay que dejarlo trabajar, que tenga su tiempo. Si Otranto tuvo sus 52 días y no hizo nada, paremos a otra etapa. Veámosle el lado positivo, de que se pueda avanzar y tenga buena predisposición para todo. Nosotros estuvimos a disposición, pero Otranto no nos tuvo en cuenta” fueron las palabras de Sergio Maldonado durante una entrevista con radio 10.

“Tengo todas las esperanzas porque sigo creyendo en la Justicia. Me genera mucha bronca que se haya perdido tiempo por el mal accionar por parte de la ministra y de ahí para abajo. No sé con qué cara sigue estando en un puesto para el que no está capacitada” agregó.

“¿ Cómo se retracta de todo lo que dijo?. No solo tendría que renunciar, sino que habría que investigar por su accionar. Cuando la ministra le da una sobreprotección a los gendarmes y los resguarda, en vez de exponerlos e investigar, ahí se cerró todo. Empezaron todos a entorpecer y ocultar información. Ese era el tiempo clave”

En su intervención radial el hermano de Santiago llegó a afirmar que el Gobierno encubrió en un ciento por ciento a las a los funcionarios responsables y participantes del operativo en la comunidad de Pu Lof en Cushamen.

Y concluyó diciendo que “el Estado tuvo parte de encubrimiento al no investigar enseguida a la Gendarmería. No les interesa Santiago. No hizo nada Macri. En ningún momento”

A los más de cincuenta días de los hechos ocurridos en la Pu Lof, en el departamento de Cushamen, allá en la provincia de Chubut, el caso de desaparición forzada del joven de Santiago Maldonado ha transitado por diferentes senderos. Senderos donde la represión, como parte de la cultura de la intolerancia y de la persecución, respecto a los pueblos originarios, parece formar parte del esquema político del gobierno de Mauricio Macri.

Y cuando Sergio Maldonado, como ciudadano argentino, reclama del presidente de los argentinos, la mínima sensibilidad y compromiso con todo lo que rodeó y rodea a la vida de su hermano Santiago, no se trata de un reclamo sin fundamente, sin sentido. Se trata de un reclamo legítimo por donde se lo mire. Un reclamo que no pude ser, ni negado , ni rebatido –por una cuestión de ética y moral- por ningún tecnicismo legal, ni por ninguna oratoria política y mucho menos por la dialéctica del sistema político, que hoy por hoy se torna particularmente escandaloso y agresivo.

Un hombre del pueblo argentino, como Sergio, ha perdido a su hermano en circunstancias en extremo comprometidas para el gobierno argentino. Un gobierno que perseguía a integrantes de una comunidad mapuche. Un gobierno que ya desde hace tiempo, admitió y cedió espacio a las persecuciones y a los atropellos. Un gobierno que podría perfectamente ser denunciado como ideólogo de una desaparición forzada y (de hecho) de un delito de lesa humanidad.

Una sociedad. La sociedad argentina. Que ha perdido a uno de sus hijos.¿ Acaso no tiene sobrados los motivos para protestar, reclamar, exigir y movilizarnos por esta desaparición forzada y por otras, de estos tiempos de democracia y de los tiempos de dictadura?

La desaparición forzada de Santiago Maldonado no ni más ni menos que la punta de un iceberg putrefacto e inmenso, que está instalado en el sistema político argentino, favoreciendo impunidades. Un iceberg que debemos destruir.

Estamos literalmente saturados. Literalmente hartos. Y el hartazgo, lejos de amodorrarnos nos debe despertar. Nos debe unir sin individualismos..

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*Foto de Portada: www.seprin.com