Los periodistas Giuseppe Lo Bianco y Sandra Rizza han entrevistado al vice presidente de la comisión parlamentaria antimafia Fabio Granata, al fiscal adjunto de Palermo Antonio Ingroia y al líder del movimiento “Un’altra storia” (Otra historia) Rita Borsellino (ahora candidata a las elecciones Europeas con el PD (Partido Democrático).
La cita es al aire libre, cerca del mar. A las 10 de la noche el aire es fresco. Pero es otra clase de frío el que te entra dentro. Antes de la entrevista se proyecta una “memoria por imágenes” de Falcone y Borsellino, un breve documento visual realizado por Ernesto Scevoli, sobre una idea de Sandra Rizza y Peppino Lo Bianco.
La música de Bach acompaña las imágenes sobrecogedoras de los atentados de Capaci y de Via D’Amelio. Imágenes de Paolo Borsellino, inéditas bajo algunos aspectos que se sobreponen, mientras habla en la Biblioteca Municipal después del atentando de Capaci. El video termina después con Falcone y Borsellino en el palacio de justicia que, a cámara lenta, se alejan mientras hablan entre ellos.
Se vuelven a encender las luces. Sandra Rizza toma la palabra recordando que “la segunda República ha nacido sobre los estragos”. Misterios y más misterios, la computadora de Giovanni Falcone violada y manipulada poco después de su asesinato, así como la desaparición de la agenda roja de Paolo Borsellino, pocos minutos después de la masacre.
Rita Borsellino es la primera en contestar a la pregunta sobre el estrago de Via D’Amelio. “Cuando me maten no habrá sido solo Cosa Nostra”, comienza diciendo citando la frase de su hermano, dando a entender lo que piensa sobre los ideólogos de ese asesinato. Después del estrago de Capaci “Paolo era depositario de una verdad que no tenía que salir a la luz” explica Rita introduciéndose en los meandros de esa perversa “tratativa” Estado-Mafia a la que se habría opuesto con todas sus fuerzas el mismo Paolo Borsellino.
La duda que le machaca en la cabeza a la líder de “Un’altra storia” es la de que “se quiera construir una verdad a medida”. Es por el mismo motivo que se pregunta “¿por qué Gaspare Spatuzza se decide a hablar solo después de 17 años?... “sin lograr dar una explicación objetiva.
Sandra Rizza vuelve a tomar el hilo del discurso a partir de la archivación del 2001 de Dell’Utri y Berlusconi indicados en esa época como posibles ideólogos externos en los estragos del ’92. Investigaciones que después se encallaron, “arrebatadas”. ¿Pero por que razón?
“Nosotros nos tendríamos que preguntar como es que nunca se ha descubierto la verdad sobre esos estragos –contesta Antonio Ingroia- después de ello debemos comprender si sea debido a la incapacidad de la magistratura, de la insuficiencia de los medios a disposición o de algo más”.
“Las verdades más difíciles que afrontar detrás de estos o de otros estragos -sigue diciendo el fiscal adjunto de Palermo- son verdades que llaman en causa no solo a las organizaciones criminales, sino también a elementos de nuestra sociedad “de gente bien”, elementos de las instituciones que han hecho negocios con la mafia”. “Las verdades difíciles no pueden ser individualizadas solo por la magistratura y las fuerzas del orden, es necesaria también una coparticipación de la sociedad civil, un empeño colectivo... ¡estas verdades pueden ser conquistadas solo si hay un pueblo que las quiere saber!”.
Para Ingroia es realmente denigrante que nunca haya sido instituída una comisión de investigación sobre los estragos del ’92 y del ’93.
El vicepresidente de la comisión antimafia Fabio Granata interviene afirmando que de todas formas “ninguna de las comisiones parlamentarias han resuelto mucho...” Un instante después, Granata se compromete públicamente en promover personalmente el proyecto de una comisión de investigación sobre los estragos. “La mafia necesita contactos con el poder –subraya- y los estragos del ’92 y del ’93 nacen del fin de un alineamiento de poder”.
Peppino Lo bianco vuelve a ocuparse de la agenda roja de Paolo Borsellino y pregunta a Antonio Ingroia el significado de su desaparición. El magistrado que ha trabajado por mucho tiempo al lado de Paolo Borsellino recuerda su estupor ante la noticia de que su “maestro” hubiese tenido una especie de diario personal y que hubiese sido robado de la escena del delito.
Ese mismo estupor que había tenido Paolo Borsellino al día siguiente de la publicación de los diarios de Giovanni Falcone en el Sole24Ore.
En ese entonces Borsellino había exclamado: “Tengo que saber a que se refería... detrás de cada palabra de Falcone puede hallarse la clave para comprender su atentado...”. El fiscal adjunto hace una pausa. “Esas palabras de Paolo Borsellino se me han quedado grabadas –dice lentamente Antonio Ingroia- y cuando supe de Borsellino y de su agenda desaparecida pensé que Paolo tenía la necesidad de escribir secretos y verdades. Por esto pienso que en esa agenda esté la clave también para el estrago de Via D’Amelio...”
Para Ingroia esa agenda puede contener “alguna verdad embarazosa”, pero sobretodo “es improbable que haya sido destruída” visto que es más lógico pensar que “esté en manos de alguien que la puede usar como arma de chantaje”.
“La verdad sobre los atentados da miedo –añade Ingroia mientras la gente escucha con mucha atención- y cuando a la magistratura se le impide continuar con ciertas investigaciones significa que esos determinados secretos no pueden ser desvelados”.
Sandra Rizza pregunta a Rita Borsellino cómo puede conciliar su rol dentro del PD, un partido en el que está también el vicepresidente del CSM (Consejo Superior de la Magistratura) Nicola Mancino, notorio por sus muchos “no recuerdo” relativos al encuentro del 1 de julio con Paolo Borsellino.
Rita Borsellino evita hacer polémicas y se limita a poner en evidencia con amargura la gravedad de ciertas “amnesias” de Mancino. Después prosigue su intervención lanzando su proyecto político en Europa estrechamente ligado a la institución de una especie de “observatorio” europeo sobre los estragos de mafia.
También para Antonio Ingroia es importante llevar a Europa una búsqueda de la verdad sobre los estragos en cuanto en Italia “vivimos una realidad al revés” donde hay “una mafia con la que un ex ministro ha dicho que era necesario convivir”.
El fiscal adjunto de Palermo afronta con lucidez la realidad de nuestro país: sentencias escandalosas que los medios de comunicación y los políticos han callado o tergiversado, ataques del premier a la magistratura y sobretodo la falta de una reacción civil por parte de la gente.
¿Dónde están los miles de personas que bajaban a la plaza para protestar contra “tangentopoli” (Investigación sobre corrupción de altos cargos en Italia en los años 90) o que atascaban los fax de las redacciones de los periódicos con sus protestas? Mirando atrás parece que han pasado siglos.
Para Ingroia asociaciones como Addiopizzo, LiberoFuturo y otras seguramente dan esperanza, pero son pequeños oasis en un desierto de indiferencia que avanza implacablemente.
A la pregunta de Peppino Lo Bianco sobre lo que haría si estuviese en la comisión antimafia Rita Borsellino responde segura que leería todas las actas referidas a los estragos del ’92 con la convinción de que a partir de la fase preparatoria de los atentados se podrían encontrar datos que profundizar para llegar a la verdad.
Lo Bianco cita una parte de la relación entre mafia-política extraída de un informe de Giovanni Pellegrino a la Comisión Estragos y pide a Ingroia su parecer sobre la función de las comisiones. El magistrado destaca que las comisiones de investigación en Italia tengan un propio valor pero que “el problema es que después falta dar el paso siguiente”.
La falta de esa atención pública fundamental para estimular un sistema político que ya de por si es sordo a los llamados de la sociedad, es el fondo del tema. La carencia de esa atención capaz de apuntar el dedo sobre las responsabilidades éticas y morales de quien gestiona el poder es cada vez más tangible.
Ingroia cita el ejemplo de una sentencia gravísima como aquella a cargo de Giulio Andreotti, absuelto de la acusación de “participación y asociación mafiosa”, pero con la mancha indeleble de la prescripción por el delito de concierto para delinquir por hechos antecedentes a los años ’80 (con una motivación de la Corte Suprema de Casación que sanciona la relación entre Cosa Nostra y Andreotti fruto de una “participación suya en el delito asociativo no en términos reductivos de la mera disponibilidad, sino en aquellos más amplios y jurídicamente significativos de una concreta colaboración”ndr). Una sentencia que, subraya con amargura el magistrado palermitano, consiente igualmente al mismo Andreotti de seguir siendo homenajeado en los estudios televisivos. Algo impensable para cualquier otro país “civil”.
Después Peppino Lo Bianco lee a Fabio Granata una declaración suya sobre Berlusconi hecha algunos años antes “Berlusconi no puede hacer por una hora el defensor del mozo de caballeriza Mangano (fallecido y condenado por mafia) y pretender guiar no digo el Estado sino tampoco la coalición”) y le pregunta cómo es que puede ahora aceptar que el mismo Berlusconi esté a la cabeza de su gobierno.
Granata encaja mal el golpe y explica que lo ha logrado “así como Rita Borsellino está en el mismo PD en el que está Nicola Mancino...”
Algunas personas del público protestan notoriamente, el vicepresidente de la comisión antimafia se corrige y ratifica que de todas formas confirma que se trataba de una afirmación “gravísima” y que “un hombre que hace política no podía decir eso”. Pero son palabras que en una noche de mayo hacen eco sin dar golpe.
El exponente de AN (ahora PDL-Popolo della Libertà) declara que si en Sicilia existe una especie de “movimiento de resistencia” contra la mafia se debe precísamente a Falcone y Borsellino y que “la lucha contra la mafia deber volver a ser una prioridad en la agenda política”. El público que había todavía le observa sin ni siquiera reaccionar. La verdad sobre los estragos “de Estado” está todavía lejos.

1 de junio 2009

 

Info libreria Kursaal Kalhesa http://www.kursaalkalhesa.it/default.asp?s=4