En cualquier caso las declaraciones de la señora Verónica Lario, si se leen con atención, tienen un valor y una importancia política de proporciones más bien devastadoras.
La señora Berlusconi dice que ha implorado a las personas que están más cerca de su marido que le ayuden, porque no esta bien, pero ha sido todo inútil…
Efectivamente nuestro premier (¡Ay de nosotros!) no solo ha frecuentado mafiosos, no solo ha blanqueado, con toda probabilidad, los miles de millones de Cosa Nostra, no solo ha sido indagado como ideólogo por los atentados del ’92-’93, no solo sus empresas, (lo confirman las sentencias), estaban en contacto con la mafia, no solo era miembro de la P2 de la que está fielmente desarrollando el plan subversivo de “Renacimiento Democrático”, no solo ha sostenido y apoyado las últimas locas guerras… hoy se presenta también como un psicopáta.
Es decir, su esposa, una mujer que en todos estos años se ha distinguido por discreción e inteligencia, además de defenderse a si misma y su propia dignidad, está avisando a los ciudadanos italianos, no a todos, que el marido es un potencial peligro, una persona que curar.
Estamos al final de la paradoja, pero se quedaría así si esto no hiciese presagiar escenarios inquietantes y potencialmente muy peligrosos. Este hombre, Silvio Berlusconi, en esta apariencia suya un poco de criminal y un poco de maníaco, se ha ido completamente por las ramas. Sus vanas promesas poco a poco se demostrará que no valen nada, lo cual pudiera provocar una insurreción, incluso de forma violenta, de una parte de la población. Un clima propicio para el retorno de la estrategia de la tensión, para poner a punto algún estrago que permita distraer la atención y canalizarla hacia otro sitio.
Una situación que podría provocar a alguna franja extremista la extravagante idea de recurrir a las armas con tal de resistir y contrastar las locuras del emperador. Un juego, muy, muy peligroso.
Apelamos por lo tanto al pueblo italiano: este individuo está arruinando Italia. Que salga de la vida política de nuestro país al que está arrastrando al precipicio.

Giorgio Bongiovanni
8 de mayo 2009

 

FIEBRE PORCINA
De Marco Travaglio

Apuntaros estas dos frases: “No puedo estar con un hombre que frecuenta menores de edad… porque la joven menor de edad la conocía antes de que cumpliese 18 años: ojalá fuese su hija…”. “He intentado ayudar a mi marido, he implorado a los que están cerca de él que hagan lo mismo, como se haría con una persona que no está bien. Ha sido todo inútil”. Las ha pronunciado la mujer, desde ayer ex, de nuestro presidente del Consejo y las han referido La Repubblica y La Stampa. Tenedlas en la memoria porque no oireis nunca que las citen en ningún noticiario o programa de las tv del régimen.
Dejemos de lado las de la empresa, donde quien debería de informar está asalariado por este personaje que va con las menores de edad y no está bien.
Veamos el “servicio público”: los noticiarios de la hora de comer, los primeros que salen al aire después de la exclusiva de los dos periódicos. El noticiario nacional Tg2 (siempre tan predispuesto a los cotilleos, también sobre la última “starlette” (actriz principiante): 5 segundos desde el estudio, menos que para el divorcio de Mel Gibson. El Tg1: 15 segundos desde el estudio, dejados a la dolida Susanna Petruni que esconde las frases-bomba de Veronica y consigue incluso concluir con una vieja frase del premier (que ayer estaba insólitamente taciturno): “La señora se ha dejado engañar por los periódicos de izquierdas”. Tg3: breve servicio de 50 segundos, ni siquiera una alusión a las menores de edad y al hombre enfermo, normal administracción y conclusión con el abogado Ghedini (que vuelve a la escena después de meses de cuarentena debido al “Lodo Alfano” (ley que garantiza inmunidad penal a los altos cargos del Estado), que toca el silencio sobre “un hecho privado”. Pero el hecho privado es el divorcio, así como las eventuales aventuras del maduro Caballero de Hardcore, abuelo de setenta y tres años con tres nietos (dentro de poco cuatro). Son en cambio hechos públicos, muy públicos, las declaraciones de la persona que conoce mejor que nadie a nuestro premier, y que le define “hombre que va con las menores de edad” y le compara con “una persona que no está bien”. Parece que es fiebre porcina.

Ahora imaginemos las mismas frases dichas por boca de la señora Obama, o Zapatero, o Brown y los comentarios de la Tv y de los periódicos de todo el mundo. No en los cotilleos: en las páginas políticas. No por nada Italia es de nuevo “semilibre” en la clasificiación de Freedom House. Lo que sucederá en las próximas semanas se puede preveer bien. Las páginas web del PDL (Popolo della Libertá, partido de Berlusconi) y las hojas de pedido del regimen ya han servido el aperitivo: “Il Giornale” con un ataque a la First Lady somnolienta”, que “perjudica al premier y al gobierno” y se convierte en “enemiga de la mayor parte de los italianos”; “Libero” (un periódico, un oximoron) con tres fotos de Verónica joven con el pecho desnudo. Próximamente en estas pantallas, algún viejo film… En pocas palabras la masacrarán, como ha sucedido en estos 15 años con cualquiera que se haya puesto en medio del camino del patrón de Italia: desde los fiscales de “Mani Pulite” (Manos limpias) a la Ariosto, desde Montanelli a Biagi, desde Santoro a Luttazzi, a todos los demás indeseables. Los siervos y los sicarios ya están pasando el aceite a las ametralladoras.