El Papa ha lanzado su mensaje más duro y contundente contra la suciedad de la Iglesia y, de paso, ha condenado implícitamente a quienes acusan a los medios de amplificar el escándalo. El mensaje ha sorprendido por su claridad. El Papa ha afirmado que "el mal ataca también desde dentro" y ha hecho una relectura del Tercer Secreto de Fátima, según la cual, "además de la misión de sufrimiento del Papa", que en primera instancia se puede "relacionar con el atentado a Juan Pablo II (a manos de Alí Agca en 1981)", "lo importante es que el mensaje, la respuesta de Fátima, no se refiere a situaciones particulares, sino que es una respuesta fundamental; es decir: conversión permanente, penitencia, oración y las virtudes cardinales: fe, esperanza y caridad".
"El mal ataca también desde dentro"
Las novedades de ese mensaje, de esa profecía, ha afirmado Ratzinger, es que "no solo de fuera vienen los ataques al Papa y a la Iglesia, sino que los sufrimientos de la Iglesia vienen justo del interior de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia". "Eso lo hemos visto siempre, pero ahora lo vemos de una manera realmente aterradora: la mayor persecución a la Iglesia no viene de los enemigos de fuera, sino que nace del pecado de la Iglesia. Y la Iglesia tiene por tanto profunda necesidad de reaprender la penitencia, aceptar la purificación, aprender el perdón pero también la necesidad de (ofrecer) justicia. El perdón no sustituye a la justicia".
"El mal", ha añadido, "ataca también desde dentro; pero siempre las fuerzas del bien están presentes, y finalmente el Señor es más fuerte que el mal, y la Virgen es para nosotros la garantía. La bondad de Dios es siempre la última respuesta de la historia". El Papa ha subrayado además que "las cuestiones éticas y espirituales no son del dominio privado", política que hasta ahora había llevado al Vaticano a tratar de lavar en casa sus trapos sucios y a ser acusado de ocultamiento.
Según el vaticanista Filippo di Giacomo, el mensaje "supone la condena más radical pronunciada nunca por el Papa sobre la línea de actuación de su antecesor, Karol Wojytila; se trata de un ejemplo de honestidad intelectual que incluye un agradecimiento implícito a los medios de comunicación que han informado sobre los abusos por ayudarle a determinar la verdad y a hacer limpieza en la curia, que achaca los ataques externos a la mentalidad del 68 y al relativismo moral".