El 25 de marzo del 2000 nacía así esta nueva realidad editorial, fruto de años de estudio e investigación del fenómeno mafioso. El impulso interior que animaba y anima a este grupo de amigos y colegas iba más allá de todo razonamiento lógico en lo que se refiere a posibilidades y medios para realizar una iniciativa de este tipo. El aspecto espiritual que ha caracterizado nuestra decisión nos ha fortificado en los  momentos más duros que vendrían luego. Se estaba frente a una elección. Un deber moral. Y tenia que hacerse.
La primera editorial se titulaba “No es utopía”. Encerraba en si la esencia de la decisión de hacer lo que nos correspondía. Pero sobre todo sintetizaba la futura línea editorial del periódico: la denuncia y la memoria. La denuncia de las connivencias de la política, de la alta finanza, de sectores de las instituciones con Cosa Nostra. Pero también la memoria de todo lo que representó y representa la mafia con sus conexiones criminales desde hace más de 200 años. Y de quienes han combatido contra la mafia en todos estos años, llegando hasta el extremo sacrificio.
Desde el primer número aclaramos que nuestra intención era y es, la de contribuir a llegar a la verdad sobre los atentados de los años '92/'93. Sólo arrojando luz sobre los “mandantes externos” a Cosa Nostra en los llamados “atentados de Estado”, podremos resurgir de las cenizas de una Segunda República, fundada sobre la sangre de Falcone y Borsellino. Y solamente llegando a estas verdades incómodas podremos auspiciar una verdadera democracia libre de la opresión mafiosa.
¿Una utopía?
No para nosotros. Y tampoco para todos aquellos que siguen creyendo que más allá de la barbarización de la raza humana, es posible vislumbrar un renacimiento. Para los creyentes el único camino de salvación está representado por el Cristo y por la promesa de su retorno. Para los no creyentes la posibilidad de que una parte de la civilización pueda resurgir, de todos modos, desde el fondo al cual se ha precipitado, no es nunca utópica.
Científicos e investigadores definen a nuestro planeta “en el colapso”, cada vez más privado de sus energías vitales, a causa del abuso de sus habitantes, pero “la utopía” de lograr invertir esta escalada se abre camino con mucho esfuerzo en esa parte de la humanidad que no tiene intención de rendirse a lo peor.
Más allá de las teorías que por siglos han dividido al hombre, son siempre los hechos los que califican la integridad de un ser humano. El ejemplo de hombres y mujeres que en esta batalla en contra de la mafia han sacrificado su propia vida; conscientes de los riesgos que corrían, queda como uno de nuestros puntos de referencia. Y es también por un deber moral hacia ellos, que continuaremos con nuestro trabajo.
Estos primeros 10 años de ANTIMAFIADuemila han estado marcados por victorias extraordinarias de las fuerzas del orden y de la magistratura en el aspecto del arresto de prófugos peligrosísimos. Años de importantes sentencias de condena para aquellos políticos conniventes con Cosa Nostra. Pero también años de vergonzosas absoluciones cargadas de elementos infamantes para el político de turno. Absoluciones instrumentalizadas a propósito por muchos medios de comunicación. Los mismos que están sometidos a un Presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, sobre quien pesa la piedra de una contigüidad suya al ala terrorista de Cosa Nostra, a través de su brazo derecho, el Senador Marcello Dell'Utri, ya condenado en 1º grado a 9 años por concurso externo en asociación mafiosa.
Un Premier que en sus delirios de omnipotencia ha emitido una infinidad de leyes ad personam para escapar de la justicia. Que se ha tirado de cabeza en contra de los magistrados haciendo retroceder  las agujas del reloj hasta hace 18 años. Frente a este estrago de la democracia y de la justicia ya no podemos permitirnos de permanecer inermes.
En virtud de un sistema de información que, salvo raras excepciones, es el peor cómplice de una parte consistente de la sociedad indiferente y culpable, por lo tanto no queda más que continuar.
Continuar luchando y resistiendo, así como desde hace años Salvatore Borsellino grita.
Continuar apoyando a aquellos magistrados que más allá de los vergonzosos ataques que reciben se obstinan en buscar la verdad para rendir justicia a quienes han muerto en nombre de una “negociación” entre Estado y mafia.
Continuar apoyando el reclamo de justicia de todos los familiares de las víctimas de las mafias.
Continuar cada uno con el propio compromiso para mejorar esta sociedad y para devolverle un futuro a las nuevas generaciones.
Por nuestra parte continuaremos haciendo nuestro trabajo a través del periódico impreso y a través del cotidiano on line de nuestra página de internet.
Seguiremos con la misma e idéntica determinación, seriedad y pasión de hace 10 años. Pero con una mayor conciencia y conocimiento de nuestro trabajo y de su función en el contexto de un reclamo de verdad y justicia que le pertenece a toda sociedad en vías de desarrollo.
Nuestro más profundo agradecimiento a todos aquellos que desde el primer momento han creído en nosotros y a todos los lectores que nos apoyan con su entusiasmo. Las dificultades que hemos afrontado y que afrontamos día a día no nos han detenido y no nos detendrán.
En tiempos oscuros como en los que vivimos, el rol de la información libre será cada vez más fundamental para relatar los hechos, para desenmascarar la mentira, para decir siempre y por encima de todo la verdad. Cueste lo que cueste.Y ésto es lo que haremos.

Giorgio Bongiovanni
Director de AntimafiaDuemila
25 de marzo de 2010