En el marco de la visita de Laura Richardson, generala del Comando Sur
Uruguay tiene memoria, y es por este motivo que rápidamente distintos actores sociales y políticos expresaron su repudio ante la visita de la generala de cuatro estrellas Laura Richardson, comandante del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos, que llegó al país el pasado lunes, siendo recibida por las principales autoridades de gobierno entre las que se destacan el ministro de Defensa Javier García y la candidata a presidenta Carolina Cosse.
La convocatoria de repudio a esta presencia tuvo lugar frente a la Torre Ejecutiva, sede del gobierno central del Uruguay. Los manifestantes de distintas edades se presentaron a dejar en claro el rechazo contra las políticas imperialistas del gobierno de los Estados Unidos, en particular a la instalación de bases militares en el territorio. Enarbolando banderas palestinas, los activistas, recordaron el actual genocidio en Gaza, cometido por el Estado de Israel y apoyado activamente por el gobierno estadounidense. Un genocidio que se suma a una interminable lista de intervenciones militares, por motivos de “seguridad nacional”, que han devastado naciones enteras en todo el mundo.
La propia generala llegó a lo más alto de la jerarquía militar luego de una extensa carrera que incluyó una activa participación en las invasiones a Irak y Afganistán, donde el ejército estadounidense cometió innumerables crímenes de guerra y de lesa humanidad que fueron expuestos -en parte- por el periodista Julian Assange, quien aún permanece detenido en una cárcel de máxima seguridad en Gran Bretaña esperando su extradición a los Estados Unidos, lo que sería técnicamente una condena a muerte. Pese a estos oscuros e innegables antecedentes la generala afirma que su visita es “humanitaria”.
Según la generala -que considera al Cono Sur un patio trasero del país-, la visita responde a intereses bilaterales en materia de Defensa y de ayuda humanitaria. En conferencia de prensa destacó que “Uruguay es líder en democracia. Uruguay también es líder en muchas otras cosas, no sólo en democracia, sino también en derechos humanos, derechos laborales, protección ambiental y operaciones de mantenimiento de la paz para los militares”.
Una realidad que contrasta bastante con la realidad teniendo en cuenta la parsimonia del gobierno uruguayo en esclarecer y condenar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la etapa militar de la dictadura. Crímenes que involucran directamente a los agentes de los Estados Unidos, como el caso de Dan Mitrione, el espía de la CIA que en los años 70 se dedicó enfáticamente a entrenar y organizar los escuadrones de la muerte que perseguían a estudiantes, obreros y activistas políticos. Un crimen que Richardson no recuerda, pero que la militancia uruguaya no olvida, ni perdona.
“Tenemos una relación muy fuerte con las Fuerzas Armadas de Uruguay y todos los servicios. Se basa en los derechos humanos, el Estado de derecho y el profesionalismo de las Fuerzas Armadas”, dijo casi hipócritamente Richardson.
Durante la conferencia tanto Richardson cómo García, tuvieron que salir a desmentir las acusaciones realizadas desde el PIT-CNT, sobre que la visita militar tiene como intención la instalación de una base militar yankee en suelo uruguayo. Una situación que estaría directamente vinculada al control del acuífero Guaraní, así como también a dominar un punto geoestratégico sobre el atlántico, a partir de resucitar un viejo proyecto para dragar el puerto de La Paloma, que permitiría el desembarco de la IV Flota de la Marina norteamericana.
Para Cosse fue solo una visita de “tenor oficial”
Richardson, en su último día en Montevideo, se reunió con la intendenta de la ciudad, y candidata para ocupar la Presidencia, Carolina Cosse. Pese a su raíz ideológica, Cosse aceptó el encuentro, e intentó bajarle la espuma al considerarlo solo de “tenor oficial”. Dijo en diálogo con la prensa que el motivo de la reunión fue para compartir las experiencias en materia de “manejo de datos y su gerenciamiento” .
Fotos: Antimafia Dos Mil