ahedPor Jean Georges Almendras-29 de diciembre de 2017

La prensa libre del mundo, de la joven palestina Ahed Tamimi, de 16 años, dice que es el rostro de la resistencia palestina. Simultáneamente, las imágenes de las confrontaciones que ella protagonizó hoy por hoy y cinco años antes, siendo apenas una niña que revoleaba amenazante su puño derecho ante un soldado israelí recorren el mundo. Imágenes que muestran con una nitidez elocuente, a los uniformados israelíes sembrando el terror entre los niños palestinos. Imágenes, que también con una nitidez elocuente, nos recuerdan los rostros de terror de los niños judíos cuando eran abordados y amenazados por los soldados alemanes en los guetos o en las ciudades ocupadas por las tropas de Hitler.

Imágenes de hace ya más de setenta años que inevitablemente debemos compararlas con la imágenes de los tiempos que corren, porque son la evidencia más dramática de que ciertas situaciones se están repitiendo. Y lo que es más grave aún, es que los que ayer padecían los sufrimientos, víctimas de un genocidio, hoy los ocasionan, en territorio palestino (sorprendentemente y tristemente) con riguroso sentimiento genocida (como si nada se hubiese aprendido de aquellos días del horror nazi).

Y las víctimas no son otras que los niños palestinos; y las víctimas no son otras que las comunidades humanas que forman parte del pueblo palestino, de la franja de Gaza y de Cisjordania. Un pueblo, cuyas tierras vienen siendo constantemente saqueadas por el gobierno del Israel de hoy (¿los nuevos “nazis” de la región?). Un pueblo que está siendo literalmente borrado de la faz de la tierra. A la vista de una comunidad internacional que juega a la diplomacia y que en definitiva no se la juega íntegramente para poner freno al saqueo y al genocidio gradual que se viene cometiendo, impunemente, y con la complicidad de algunos socios de la región, siendo el más influyente, el estadounidense.

Ahed Tamimi, en el año 2012, en las calles de su tierra palestina, increpó a gritos a los soldados (de las tropas de ocupación) y en varias oportunidades les mostró su puño infantil, a escasos centímetros de sus rostros. Escena que se hicieron virales casi de inmediato. Escenas de resistencia que la catapultaron al mundo. Al mundo (hipócrita o no) que no tuvo más remedio que digerirlas y divulgarlas. Escenas de una resistencia legítima y visceral.

Habrá quienes están indignados y sublevados por la forma en que la soldadesca israelí, irrumpe y avasalla en las tierras palestinas, obligando literalmente a los niños a responder sus provocaciones y sus atropellos; a responder con la firmeza de la inocencia; esa inocencia en resistencia diaria, porque a diario esos niños desde hace años vienen siendo testigos de agresiones y de muertes.

Y habrá quienes procuraran poner paños tibios sobre los atropellos israelíes, Buscando ubicarse en el término medio de una confrontación maliciosa, prisionera de numerosos intereses que prácticamente obligaron a Palestina, a vivir asediada, pero no creemos que doblegada.

Y a tal punto no está doblegada, que Israel ya no sabe justificar o explicar, toda la secuela de muertos que ha dejado este conflicto: antes de los bombardeos, durante y después. Y mientras yo escribía; y ahora mismo, cuando usted lee.

Hoy, los soldados israelíes tienen carta libre para reprimir y balear. Libre plomo para acabar con niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres, ancianos y ancianas, y hasta discapacitados palestinos, como Ibrahim Abu Turaya, recientemente abatido junto a otros compatriotas cuando ejercían su derecho a protestar, en contra de la decisión de Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Toda una provocación estadounidense, tomando en cuenta que el pueblo Palestino considera la Jerusalén Este como su capital.

Ahed Tamimi, que recientemente ha osado increpar a soldados israelíes armados hasta los dientes (tal como lo hiciera a la edad de 12 años), llegando a abofetear y a dar un puntapié a uno de ellos, ha sido detenida hace poco en horas de la noche, y la corte militar de Israel ha decidido extender su detención por cuatro días más. Una decisión que activó al instante una campaña internacional en pro de su liberación.

La fuerte decisión de increpar, abofetear y dar un puntapié a un soldado sobreviene luego de que los soldados habrían disparado a su primo Mohammad de 15 años de edad, según lo relatado por su padre. También arrestaron a la madre y a la joven prima de Ahed.

El ministro de Educación y principal socio de la coalición de gobierno de Netanyahu, Naftali Benet fue lapidario en sus expresiones, porque hizo público un deseo extremo, cargado de un odio indescriptible: “deberían acabar sus vidas en prisión” (así se consigna en el diario israelí Haaretz) refiriéndose a las detenidas, entre ellas Ahed.

A todo esto, fuentes del ejército israelí confirmaron a los medios de comunicación que sobre la joven Ahed Tamimi pesa una acusación grave: haber agredido a un soldado.

Nada menos que a un soldado del “intocable” ejército de Israel.

Un soldado que vive en el 2017 pero que nos recuerda a un soldado nazi; a un soldado nazi imponiéndose cruelmente sobre un adolescente judío, de aquellos años de guerra y holocausto. ¿Tiempos diferentes pero situaciones iguales? Muy iguales. El ayer, vestido de esvásticas, y el hoy, vestido de estrellas de David. Toda una blasfemia sin límites.

Un ayer y un hoy, Inadmisibles. Paralelismos inadmisibles. Uniformes diferentes pero comportamientos gemelos. Uniformes diferentes, autoritarismos gemelos. Autoritarismos e ínfulas genocidas. Repudiables. Inadmisibles. Insisto, inadmisibles: pero que están allí, aterrorizando a niños y niñas; aterrorizando a familias enteras; aterrorizándonos también a nosotros, hasta rabiar. Hasta rabiarnos como Ahed.

“Ella quiere (por Ahed Tamimi) que nos vean como luchadores, no como víctimas. Ella dice que hace lo que cualquier niño palestino hace, solo que ella es filmada” ha dicho el padre de Ahed a los periodistas.

“Si la ocupación en Palestina continúa entonces quisiera ser abogada para defender a mis familiares si son detenidos, pero si mi país finalmente queda libre de la ocupación entonces me encantaría ser futbolista” ha dicho Ahed Tamimi.

Ahed Tamimi forma parte de una familia que desde que ella tiene uso de razón lucha contra la ocupación israelí. Vive en Nabi Saleh, a 20 kilómetros de Ramallah, en la Cisjordania ocupada. Allí, precisamente, son frecuentes las escaramuzas con los colonos judíos y en consecuencia con los soldados israelíes allí apostados. Los primeros, literalmente ocupando cada día más territorio, y los segundos, literalmente reprimiendo cada día con más intensidad.

Una represión que en las últimas semanas (desde que Jerusalén es candidata a ser capital) ya se cobró la muerte de una decena de palestinos y dejó más de 3.400 heridos. Una represión que tiene en la mira a los jóvenes. Y una estadística brutal lo ratifica: el 95% de los presos que han sido detenidos en las últimas tres semanas son jóvenes.

Los asentamientos de colonos en Cisjordania son considerados ilegales, por los organismos internacionales, pero igualmente el gobierno de Israel ha seguido incrementando el presupuesto para apoyar la ocupación, anunciando además, la construcción de nuevos asentamientos (se destinaron más de 11 millones de dólares para gastos de seguridad).

Ahed Tamimi, es delgada, y tiene el cabello rubio enrulado. Sus ojos son penetrantes, como sus palabras de protesta; esas palabras arrojadas una y mil veces al rostro de los soldados de las fuerzas israelíes de ocupación.

Ahed Tamimi, hace que me sienta en la obligación de traer a este escrito una respuesta que diera Ilia Papper en una entrevista que oportunamente se publicó en Rebelión.

“Creo que veremos desobediencia civil no solo en Jerusalén sino en toda Palestina, lo que incluye a los palestinos que viven dentro de Israel. La propia sociedad civil no aceptará para siempre este tipo de realidad. No sé qué medios utilizará. Podemos ver qué ocurre cuando no se tiene una estrategia clara desde arriba: los individuos deciden hacer su propia guerra de liberación. El caso de Jerusalén fue, en efecto, impresionante, nadie creía que una resistencia popular pudiera obligar a los israelíes a retirar las medidas de seguridad que habían impuesto a Haram al-Sharif [Explanada de las Mezquitas (3)]. Creo que este puede ser el modelo, una resistencia popular para el futuro que no está en todas partes sino en partes diferentes .La resistencia popular continúa todo el tiempo en Palestina. Los medios de comunicación no informan sobre ello. Pero la gente se manifiesta todos los días contra el apartheid, la gente se manifiesta contra la expropiación de la tierra, se pone en huelga de hambre porque tienen presos políticos. Continúa la resistencia palestina desde abajo. La resistencia palestina desde arriba está en suspenso”

Ahed Tamimi, forma parte de nuestro tiempo. Es protagonista de nuestro tiempo. Su resistencia audaz, y su lucha tenaz, son merecedoras de nuestro respeto. Son un canto a la resistencia y a la lucha que llevaba adelante el héroe, mártir y activista de la paz Vittorio Arrigoni.

Ahed Tamimi es un canto a la libertad. Es un canto a la libertad y a la resistencia que lo hacemos nuestro.

A la libertad de un pueblo pisoteado, avasallado, pero no doblegado.

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*Foto de Portada: www.nydailynews.com