protestasPor Jean Georges Almendras-19 de diciembre de 2017

“Los más pobres son nuestra prioridad” “La Iglesia llamó al diálogo” “Ustedes se burlan de los pobres” ”Un gobierno anticristiano” ”Me duelen los jubilados”

Estos fueron los recientes títulos de los diarios argentinos (que no forman parte del sistema de poder) sobre los conflictos sociales de la Argentina de hoy. Títulos de diarios que traslucen la presencia de la iglesia católica. En particular, de los sacerdotes que se comprometen con los conflictos sociales de nuestros días. Que se comprometen en la tarea de revertirlos. De buscarles solución. Una búsqueda que también lleva a la denuncia. A la protesta. A la lucha.

En la Argentina se viven días en los cuales las injusticias sociales y las pérdidas humanas son la carta de presentación de un gobierno autoritario, que no dudó en manipular a la opinión pública para demonizar a los pueblos originarios (con el costo de comunidades mapuches perseguidas implacablemente; con el costo de detenciones de líderes como el Lonko Facundo Jones Huala; con el costo de mapuches humillados y heridos; y con el costo de vidas, como las de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel) y que sin titubeos, a la hora de gobernar, se defeca, literalmente, en un estado de derecho que reclama a voces ser respetado y no ser conculcado (y me excuso por la expresión, pero es la única que se me ocurre para graficar la situación). Una situación de atropello a la democracia.

En la Argentina se viven días, de protestas sociales. Protestas sociales que a muchos les parecen crímenes. O más aún: pecados, y hasta delitos.

En la Argentina, se viven días de burlas a los sectores empobrecidos. Se viven días en los cuales, los jubilados y las jubiladas siguen siendo la carne de cañón de medidas de gobierno, insensibles y mortíferas. Medidas que son receta del FMI. Medidas que hablan de progreso y de inversiones para el futuro. ¿Inversiones para el futuro, a costa de recortes y de quitas, a sectores de la sociedad de sueldos magros? ¿Progreso se llama a eso? Yo lo llamaría crimen. Yo lo llamaría robo. Yo lo llamaría violencia. Violencia social. Violencia criminal.

¿Los gobernantes y los legisladores del oficialismo no oyen los reclamos de las viejas y de los viejos de la Argentina moderna, que antes fueron los jóvenes de otros tiempos? ¿No los oyen? ¿O los oyen, pero se hacen los sordos?

¿El gobernante Mauricio Macri, su vicepresidenta y la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y su séquito de lacayos que los circundan estrechamente, y que también tienen nombre y apellido, perdieron la sensibilidad?¿ Los políticos de Cambiemos, los reaccionarios de un sistema conservador y financista, padecen de autismo?

Ni padecen de autismo. Ni perdieron la sensibilidad. Sencillamente están sobrados de desvergüenza y de cinismo. Son indiferentes a los conflictos sociales. Son individualistas y no llevan su investidura de gobernantes o de representantes del pueblo, con decencia.

Y algunos, que no son pocos, se persignan cada domingo en las iglesias y se dicen cristianos. Pero no tienen la menor idea de lo que es ser cristiano. No tienen ni la más remota idea. O si la tienen, esa idea la acomodan a su impronta y a su discurso. A su conveniencia. A su esquema.

En la Argentina se viven días de confrontaciones y de luchas. Se viven días en los cuales, aquellos cristianos que se dicen tales, no lo son. Pero felizmente también se viven días en los cuales, hay cristianos que no defraudan a los sectores sociales más vulnerables.

Son los sacerdotes que sienten los evangelios en el alma.

¿Sacerdotes tercermundistas? ¿Sacerdotes que ponen en práctica los postulados de la Teología de la Liberación? ¿Religiosos del 2017, con el pensamiento de los años sesenta y setenta, otra vez entre nosotros?¿Otra vez cargando la cruz de los pobres , de los desposeídos, de los perseguidos, de los pisoteados?

Otra vez, felizmente. En su gran mayoría, no son propiamente los sacerdotes tercermundistas pero son los sacerdotes del Tercer Milenio. Algunos de ellos son los sacerdotes, que forman el Grupo de Curas en Opción por los Pobres.

Sacerdotes que hablan con sus acciones. Con sus obras. Con su militancia en las calles. Entre los pobres. Entre los necesitados. Con la sensibilidad del hombre de fe. Denunciando. Reclamando. Protestando. Luchando.

Sacerdotes que además de obrar, recientemente hablaron sobre una Argentina padeciendo injusticias sociales. Pero hablaron sin hipocresías. Hablaron desde el corazón, desde el alma. Hablaron francamente. Lanzando sus palabras a los protagonistas del poder. Hablaron con sabiduría, con astucia y con las merecidas palabras que nacen de su amor al Cristo, y a las enseñanzas del Cristo.

Uno de estos sacerdotes es Eduardo de la Serna. Teólogo y coordinador del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres. Escribió una carta abierta a los funcionarios oficialistas que se dicen cristianos. Una carta que se divulgó a los medios de comunicación. Una carta dirigida al poder. Y que le llegó al poder.

“Ser cristiano no es lo mismo que “proclamarse” tal” “No se trata de lo que “decimos” sino de cómo vivimos. El genocida Rafael Videla decía ser cristiano, e incluso participaba de los sacramentos, y recitaba el Credo. El mismo que solemos proclamar periódicamente. Pero nuestra fe no era la misma. No creo en un Dios que reclame sangre, que quiera muertos en el altar de la Patria. Debo decir que soy ateo de ese Dios”

“El gobierno al que ustedes pertenecen ha hecho todo lo contrario; ha puesto en práctica aquello de “hijos y entenados”. Hijos son aquellos para los que ustedes gobiernan, y entenados son aquellos –la inmensa mayoría debemos reconocerlo- que quedan fuera, sobrantes, excluidos, desechables. Heridos al borde del camino, como grafica Jesús en una parábola. Con la mentirosa excusa de la “pesada herencia” siguen golpeando impunemente los bolsillos, la salud, las esperanzas y alegrías de la mayoría. El ejemplo de los jubilados, que no es el único, es un buen gráfico de la insensibilidad ante al dolor”

“La voluntad del Padre de Jesús y “Padre Nuestro” es que todos tengan “el pan nuestro de cada día”, algo que falta cada vez más en las mesas, mientras en otras pocas rebalsan el sushi y el champán. Usted se proclama cristiano. Incluso es probable que haya jurado “sobre los Santos Evangelios” y exclamado “que Dios se lo demande” si así no lo hiciere. El Evangelio no es un libro de dogmas, sino una “Buena Noticia” que pretende dirigirse especialmente a quienes desde el dolor están habituados a malas noticias: los ciegos verán, los leprosos serán limpiados, y los pobres tendrán la alegría de ver que su situación cambia. Y esto, no por un mágico derrame, o una supuesta mano invisible, sino porque los que se reconocen sus hermanos comparten con ellos “el pan”. No recuerdo en mi memoria un gobierno democrático más anticristiano que este”

“Aquí, entonces, la razón de mi carta: ustedes se proclaman cristianos, y no se me ocurren más que dos posibilidades sencillas. O empiezan a buscar realizar la voluntad de Dios, para la cual del pobre ha de estar en el centro, o abjuran de la fe que dicen profesar y -por lo menos- nos alivian a los que nos proclamamos cristianos, tener que explicar una y mil veces que cristiano no es el que dice serlo sino aquel, aquella, que su vida da testimonio de serlo”

Otro de estos sacerdotes comprometidos, es Francisco “Paco” Olveira. Párroco de la Isla Maciel, también integrante del Grupo de Curas en Opción por los Pobres. En diciembre de 2016 (un año atrás) le escribió una carta a Gabriela Michetti, vicepresidenta de la República Argentina. Ahora, le escribió otra carta, que fue la segunda.

“Al cumplirse un año de gestión “Cambiemos” le escribí una carta abierta en la que le decía que en los barrios “había subido todo, menos la alegría”, en vistas de los resultados de este segundo año pensaba no volver a perder el tiempo ya que si lo que a ustedes se les ocurre para llegar a la tan mentada “pobreza cero” no es otra cosa que bajarle al sector más pobre de nuestra población lo que debían recibir por la Asignación Universal por Hijo –mientras a las grandes empresas les reducen los aportes patronales y el impuesto a las ganancias- no tenemos mucho para hablar. Directamente ustedes se burlan de los pobres”

“Esas madres que difícilmente pueden darle ya de comer a sus hijos, no tendrán más remedio que mandarlos a nuestros ya abarrotados comedores. Y eso duele. Es la famosa teoría del derrame neoliberal que, como dice el Papa Francisco “nunca se ha confirmado en los hechos e implica una burda confianza en la “bondad” de quienes detentan el poder económico. Mientras tanto los excluidos siguen esperando (Evangelii Gaudium 54)”

“Pero acá estoy escribiéndole ya no de la pobreza que mata a pasos lentos, a guisos de arroz o fideos sin carne, sino sobre sus desafortunadas y peligrosas afirmaciones sobre los “enfrentamientos” en el Sur de nuestra Patria. Usted se dice cristiana y el pasado 8 de diciembre, día de la Virgen Inmaculada, nos compartió incluso una foto acaramelada de ella. Qué pena que se olvidó de sus dichos: “Dios derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes, a los pobres llena de bienes y a los ricos despide con las manos vacías (Lucas1, 52-53)”

“Esa María tuvo un hijo llamado Jesús que los cristianos creemos renace en Navidad y sabe, no le veo buen futuro, me parece que podría repetirse la historia y si bien ya no morir en una cruz que es un invento antiguo pasado de moda, quizás si de un tiro que entre por una nalga y le salga un poquito más arriba del pecho. Eso si llega a grande, porque siempre hay Herodes que buscan matarlos de chiquitos, cómo ahora que aumentó la mortalidad infantil. Es que el Hijo de la María, que nace ahora como siempre en Villas y asentamientos nunca en tierras de Benettones y Lewis, de grandecito se enfrentó a la Ley –aunque a usted no le guste-. A él le enseñaron que la Ley del “mismito dios” prohibía curar en sábado porque era su día Santo y Jesús dijo ¿Qué Dios es ese?, el mío no es y curó en Sábado. También le enseñaron que la ley prohibía tocar a los leprosos o te volvías también impuro como ellos. Donde lee usted leproso puede traducir por mapuches, villeros, madres de AUH y ¿sabe que hizo Jesús? se saltó la Ley, los abrazó y se dio el milagro que el leproso se curó (algo así como que el hermano mapuche recuperó sus tierras)“

“Ustedes nos llenaron la cabeza en tiempos electorales con la palabra diálogo, “escuchando al otro para ver con que nos podemos enriquecer” decía el presidente. Calculo que el diálogo ha de darse con el que piensa distinto y también con el que reclama. Como decíamos los curas en la opción por los pobres “El estado tiene todos los medios y herramientas para ser artesano de la Paz. No lo está siendo. Y ya demasiada sangre ha recorrido por los suelos de esta Patria (7.12.17 Comunicado a la opinión pública)”

“Ojalá no haga falta una tercera carta porque hayan cambiado el rumbo, ojalá sobre todo no se nos acabe el tiempo para escribirla de ser necesaria, porque tenga claro que frente al avasallamiento de los derechos de nuestro Pueblo y a pesar de que quieran criminalizar la protesta habrá que seguir saliendo a las calles, a los montes, a los ríos, y en esa lucha a muchos nos alentará en el corazón las palabras de un tal Jesús, ese judío marginal nacido en Belén de Judea para alegría del Pueblo –nunca de los poderosos- que nos sigue diciendo “felices los que son perseguidos por prácticar la justicia porque a ellos les pertenece el Reino. (Mt 5,10)”

Oscar Ojea, otro de estos sacerdotes, pero Obispo de San Isidro, encabezando la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, hizo un nuevo llamado al diálogo porque “en estos días las familias argentinas han sido conmovidas por una creciente violencia política, que no solo se ha registrado en las calles, sino que ha llegado incluso al interior del Congreso impidiendo su normal funcionamiento”

Los obispos que secundaron a Ojea en su declaración, Mario Poli, de Buenos Aires; Marcelo Colombo, de La Rioja y Carlos Malfa, de Chascomús, coincidieron en destacar que “para responder a las muchas urgencias y angustias de nuestros hermanos más frágiles, especialmente los jubilados, y para construir una sociedad justa y equitativa, no existen dos caminos, el diálogo o la violencia, solamente hay uno, el diálogo. Únicamente a través del respeto por las instituciones democráticas, que garantizan un diálogo al servicio del bien común, será posible superar las dificultades que agobian a nuestro pueblo”

El Obispo de La Rioja, en particular (al ser entrevistado por Pagina 12) dijo en tono enérgico: ”Hay que extremar todos los recursos para no perjudicar a los sectores menos favorecidos. Es importante exigir la defensa de la dignidad de los más pobres en la discusión de leyes que la cercenen o afecten gravemente, especialmente los proyectos de reformas que afectan a jubilados y trabajadores. Los sectores más pobres, más vulnerables son nuestra prioridad”

Otro sacerdote, Sergio Buenavuena, pero Obispo de San Francisco, Córdoba, ha dicho:”No me ha gustado, desde el vamos, la reforma previsional. Mucho menos sabiendo que, entre sus fines plantea un ahorro (por decir un eufemismo) para bajar el insoportable déficit. Ésta es la hora de la política como arte de lo posible. Esto no puede entenderse como atajos y componendas para que saquen tajada los que tienen una buena porción de la torta, porque en ese caso lo que se estaría impulsando es la corrupción de la política tan admirablemente ejercida por tanto pícaros que oscurecen nuestra historia ciudadana”

Otro sacerdote argentino, Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, hace pocos días ha dicho en Italia: “Me duelen los jubilados” Esta expresión suya ha sido publicada en el diario La Stampa, en un artículo del periodista Andrés Beltramo Álvarez, en el marco de un comentario que hace sobre un encuentro privado que mantuvo con el legislador Gustavo Vera, a quien el Papa Francisco también le habría dicho “un pueblo que no cuida a sus abuelos no tiene futuro”

La periodista y escritora argentina Marta Diana (hoy fallecida) en su excelente libro “Buscando el reino. La opción por los pobres de los argentinos que siguieron al Concilio Vaticano II” (editado en el 2013) recabó, entre otras, la opinión del sacerdote Benjamín Stochetti, quien en su juventud formo parte del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM). Al ser consultado por Marta Diana, el sacerdote tenía 76 años. Y dijo:

“Fue Jesús quien mejor definió las causas de los males sociales y de la injusticia:”Jesús los llamó y les dijo:”Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos”(San Marcos 10, 42-44)”

“Si lo que se dicen cristianos practicaran las enseñanzas de Jesús, dejarían de lado el poder, que para mí es la peor de las pasiones. Aclaro que me refiero a todo poder: civil, militar y religioso, porque, ¿qué poder tuvo Jesús, sino sólo el de la verdad y el amor jugado hasta la muerte?”

Otro cristiano. Otro sacerdote. Otro valeroso ejemplo, propiamente tercermundista, muy, pero muy vigente para los tiempos de tanto lodazal gubernamental, de la Argentina de hoy.

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*Foto de Portada: www.politicajudicial.com