se mataPor Félix  Vera. Febrero de 2016

Los Insecticidas son sustancias químicas y la mayoría de las personas desconocen el gran peligro que representan a  la salud pública y al medio ambiente. Tanto a nivel urbano como rural, los insecticidas son utilizados en forma indiscriminada y sin las mínimas  precauciones exigidas. Y este uso indiscriminado perjudica al operario en la fabricación de las sustancias, y al consumidor final de los productos, que contienen residuos con venenos. Todo  el peligro que acarrea el uso de los plaguicidas está relacionado con la contaminación a diferentes niveles del suelo, agua, plantas, aire y  seres humanos, causando efectos negativos a corto, mediano y largo plazo.

El ser humano puede ser tan cruel que muchas veces no tiene en cuenta los medios para llegar a sus objetivos. Es así que  a la industria de los plaguicidas, que persigue fines puramente económicos, no le importa los daños que ocasiona con los venenos que fabrica. Día a día se  registran casos de envenenamiento. Un envenenamiento que causa cáncer de todo tipo y en consecuencia, la muerte de muchas personas, que ni siquiera son conscientes del peligro mortal de estos productos.

Estas sustancias provocan una intoxicación aguda. Afectan rápidamente al agricultor al momento de pulverizar, causándole mareos, vómitos, dolor de cabeza y hasta la muerte.  De esa forma cada año 4000 personas aproximadamente resultan intoxicadas por venenos que ya están prohibidos en los países desarrollados (Estados Unidos, Europa), pero que en los países en desarrollo, como en el Paraguay, todavía son vendidos y usados porque no existen leyes que prohíban su uso. Además, hay 250.000 casos de muertes por año debido a los venenos.

En el Paraguay la importación de agroquímicos en el año 2015 fue por valor de 327.753.685 dólares, según la Dirección Nacional de Aduanas, 11.170.585 dólares más que el 2014, sin tomar en cuenta los agroquímicos que entran en contrabando por las fronteras secas. El aumento de esta cifra de importación de insecticidas se debe al crecimiento de la superficie de cultivo de soja transgénicas y de  arroz. No solamente se contamina el suelo y el aire sino también los cauces hídricos como los humedales, arroyos y ríos matando los ecosistemas acuáticos.

De acuerdo a los datos obtenidos sobre el origen de estos productos importados, el 63.4%  proceden de  China, el 20.3% de  Argentina y el 8.1% del Brasil. Actualmente no existe  control de las importaciones de insecticidas o agroquímicos en Paraguay. A nivel regional persiste una preocupación hacia el control de productos fitosanitarios y fertilizantes agrícolas, que podrían tener efectos en la salud humana, dijo el ingeniero agrónomo Regis Méreles del Senave (Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal),

También el ingeniero Méreles comentó, que costó mucho al Senave establecer reglas claras para el registro de los productos químicos. En Argentina o Brasil se tarda entre tres y seis años para dar vía libre al uso de un producto, Acá en Paraguay se otorga autorización para el uso a partir de 30 días, sin ningún estudio de los efectos secundarios que pudiera tener tanto para la salud humana, para el ambiente y animales. Significa todo este panorama que hace falta mayor fuerza de control de parte de las instituciones como el Senave y el MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería).          

*Foto de  portada: noticias.masverdedigital.com