El informe, que se basa en la información recabada por fuentes militares y diplomáticas en todo el mundo, tanto israelíes como extranjeras, que afirman que Irán había comenzado su infiltración de América Latina ya en 1982, cuando se forjaron vínculos con Cuba. A lo largo de los años Teherán abrió embajadas en México, Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Venezuela y Uruguay.
El expediente también menciona la participación de Irán en los ataques terroristas contra la Embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y la comunidad judía AMIA en el centro de la capital argentina en 1994.
Israel y el resto del mundo occidental está especialmente preocupado por los informes alegando que Venezuela suministra uranio a Irán para su programa nuclear y pemitió la creación de células terroristas de Hezbollah en el norte de Venezuela y en la Isla de Margarita, que también está bajo el control de Venezuela.
Funcionarios del ministerio explican que Ahmadinejad y el presidente venezolano, Hugo Chávez, comparten un interés común que es desafiar a los Estados Unidos.
El informe del ministerio sostiene además que Chávez contribuyó al fortalecimiento de los vínculos entre Teherán, con Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y se sospecha que el presidente boliviano, Evo Morales, proporciona uranio a Teherán.
Venezuela emitió permisos que permiten a los residentes iraníes a viajar libremente por todo el territorio de América del Sur.