Martes 16 Abril 2024
Por Alejandro Díaz-26 de enero de 2021

Esta breve y poderosa afirmación se repite como un mantra desde fines de los 90, y lo que fue un grito de justicia se convirtió en un símbolo de la resistencia del periodismo.

José Luis Cabezas -reportero gráfico de la revista Noticias, del grupo Perfil, fue asesinado el 25 de enero de 1997, en pleno auge del menemismo- tenía 36 años. Su cuerpo calcinado, fue encontrado dentro de su vehículo en el paraje "Los Manantiales" a las afueras de la localidad balnearia de Pinamar. Tenía las manos esposadas por la espalda y dos tiros en la cabeza, propio de los sicariatos. Y además había sido torturado.

Por el crimen fueron condenados a prisión perpetua el policía de la "bonaerense" Gustavo Prellezo, autor material del hecho y los miembros de la banda "Los Horneros": Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retenga. También fue condenado Gregorio Ríos, jefe de seguridad de Alfredo Yabrán, el hasta entonces "anónimo" empresario con fuertes vínculos con el menemismo, cuyo rostro Jose Luis había había hecho público unos meses atrás. Ese registro gráfico fue la sentencia de muerte del fotógrafo.

Yabran controlaba el correo OCA y la empresa Edcadessa que maneja los depósitos fiscales, así como también empresas de logística y las controladoras de los servicios de rampa en los aeropuertos. Todo el circuito empresarial ideal de aquellos que trafican lo ilegal.

Durante la sesión de una comisión de investigación en el Congreso de la Nación, de la época, el "Chicagoboy", Domingo Felipe Cavallo, entonces ministro de economía, acusó a Yabran de ser "el jefe de las mafias en la Argentina". Entre fantasmas se pisan la sotana.

Años más tarde Yabran aparecería muerto con un tiro de escopeta, en un aparente suicidio. Yabran fue acorralado por la prensa y desposeído de sus empresas que serían absorbidas por el Grupo Exxel, no sin antes tener la "bendición" de Franco Macri, como lo cuenta él mismo en su biografía.

Cabezas abrió una ranura en la coraza del poder, y pese al esfuerzo de periodistas y activistas, el sistema institucional no se animó a entrar. El poder, aunque perdió una cabeza siguió trabajando con las otras. No nos olvidamos tampoco de ellas.

Pero hoy nos ocupamos (y homenajeamos) a José Luis Cabezas, al artífice de una tarea que lo enalteció como hombre del periodismo, y que lo inmortalizó como un símbolo de la lucha por la verdad y la libertad de prensa.

Creemos que su muerte no ha sido en vano, porque el periodismo libre sigue en lucha contra el poder corrompido y criminal, de acá y de allá.

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*Foto de portada: Agencia EFE