Martes 16 Abril 2024

capaci2017Elementos encontrados en guantes de látex

Por Giorgio Bongiovanni y Aaron Pettinari - 13 de noviembre del 2017

El 23 de mayo de 1992, en los lugares de la masacre de Capaci, no sólo estaba la mafia. La hipótesis puede ser cualquier cosa menos una "quimera". Huellas genéticas atribuíbles a una persona de sexo femenino se encontrarían en algunos de los restos recuperados por la policía científica (una bolsa de papel, una linterna, un tubo de marca Arexons y guantes de látex), cerca del lugar donde se produjo el "atentado" que llevó a la muerte a Giovanni Falcone, su esposa Francesca Morvillo y los agentes de la escolta Vito Schifani, Antonio Montinaro y Rocco Dicillo. La indiscreción fue reportada esta mañana por el periódico La Repubblica, en un artículo firmado por el colega Salvo Palazzolo.

Ya durante la investigación que condujo al proceso "Capaci bis" se descubrió que había al menos una huella, la del índice de la mano derecha de Salvatore Biondo, uno de los jefes condenados por la matanza.

La fiscalía de Caltanissetta, que sigue con las tareas investigativas sobre los sujetos externos involucrados en las masacres, llevó a cabo nuevas investigaciones. Así se descubrió que en los dos guantes de látex, llamados "Reperto 4 A" y "Reperto 4 B", almacenados en un armario blindado dentro de dos bolsas cerradas y con el sello "Gabinete Regional de la Policía Científica de Palermo", había rastros de ADN. El análisis fue llevado a cabo por uno de los principales expertos en el tema, Nicoletta Resta, profesora asociada de Genética Médica en la Universidad de Bari, que trabajó en paralelo con la Policía Científica de Roma.

Los resultados son claros y las impresiones muestran que, junto con Biondo, había alguien más. En el informe presentado a los magistrados, Resta explica: "Los resultados muestran claramente un perfil mixto derivado de al menos tres individuos diferentes, pero el componente atribuible a una o más mujeres está más representado".

Entonces ¿quién estaba allí con los jefes? El dictamen refiere a los actos del proceso bis por la masacre de Capaci y el abogado de Caltanissetta, Amedeo Bertone, que conduce las investigaciones junto con Lia Sava, Gabriele Paci y el fiscal Stefano Luciani, ha realizado más consultas. En cuanto al ADN masculino extraído en el "Reperto 4 A", no pertenecería a ninguno de los mafiosos condenados a cadena perpetua y, aparentemente, ni siquiera a Giovanni Aiello, el ex policía fallecido en agosto pasado y sospechoso de ser un asesino del Estado. Las investigaciones científicas también excluirían que el ADN pueda pertenecer a una amiga suya, una tal Virginia. Ambos fueron investigados por la fiscalía de Catania por algunos asesinatos, pero la causa habría sido archivada por falta de pruebas de las declaraciones de algunos colaboradores de la justicia.

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22 de mayo del 2015, Palermo. La escritora Stefania Limiti en el evento "Ibridi connubi", organizado por ANTIMAFIADuemila en el Conservatorio “V. Bellini” (© Emanuele Di Stefano)

Misterio femenino

No es la primera vez que se considera la hipótesis de una presencia femenina en el momento de las masacres. Varios testigos vieron a una mujer misteriosa en 1993, en Via Fauro y Via Palestro. De esto se habla, según "La República", también en un informe del secretario general del Cesis, (Comité Ejecutivo de los Servicios de Información y Seguridad de Italia, ndt) Giuseppe Tavormina, al entonces ministro del Interior Nicola Mancino (protocolo número 2119.18.3/ 453/4 del 6 de agosto de 1993) . En el documento se observa que entre los "resultados surgidos en el grupo de trabajo integrado por varias fuerzas" están los del identikit.

En la Via Palestro, los testigos "informaron sobre una mujer rubia de más de 25 años y un hombre de más de 30 años. Según un testigo, la mujer usaba una peluca". Luego se hace referencia a "un hombre de pelo largo y una mujer rubia, señalados por dos testigos unos minutos antes de la llegada de los guardias de la ciudad y los bomberos, en un Fiat Uno gris, en el mismo lugar donde el auto estaba posicionado para el atentado".

De una mujer también hablan algunos colaboradores de la justicia como por ejemplo Consolato Villani, y en los últimos meses periodistas como Stefania Limiti (autora del libro “La strategia dell'inganno”, haciendo referencia al “misterio de la mujer rubia”.

La presencia de sujetos ajenos a las organizaciones mafiosas detrás de las masacres también fue sugerida por el ex fiscal de la Dirección Nacional Antimafia Gianfranco Donadio, quien había realizado varios "actos de impulso" para la fiscalía de Caltanissetta, por otras investigaciones.

Entre las hipótesis avanzadas, también está la de la existencia de un "segundo lugar", en apoyo de la organización de Cosa Nostra, pero con un origen diferente al de la mafia. Una tesis que la Corte de Apelaciones presidida por Antonio Balsamo, en las motivaciones de la sentencia del proceso Capaci bis había descartado. La Corte, sin embargo, no excluyó que "ámbitos externos a Cosa Nostra pudieran encontrarse, en un período histórico dado, en una situación de convergencia de intereses con la organización mafiosa, compartiendo sus proyectos y alentando sus acciones".

Entre las preguntas y los "mandantes externos"

Son tantas las preguntas que siguen sin respuesta en las masacres de 1992 y 1993. En el 2013, Totò Riina informó a su compañero de cárcel, Alberto Lorusso, que les había dicho a sus socios que si hubiera circulado dentro de Cosa Nostra toda la verdad sobre la masacre habría sido el final de la organización mafiosa. ¿De qué verdad hablaba el Jefe de Jefes? ¿Quizás se refirió a esos contactos con "sujetos importantes" que repetidamente le dijo al colaborador de justicia Totò Cancemi? Cuando lo entrevistamos con ANTIMAFIA Duemila dijo claramente que Riina había sido "llevado de la mano para hacer las masacres".

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Lo cierto es que los nuevos elementos permiten vislumbrar el trabajo de otras manos además de las de la mafia. Esto significa que ciertas teorías no eran tan "delirantes" o "locas". La fiscalía nisena, por lo tanto, no puede detenerse en la búsqueda de la verdad y debe centrarse en los participantes externos. A veinticinco años de distancia es hora de avanzar aún más, para darle una cara a dichos mandantes externos que son los que han querido las masacres e incluso las han ordenado.