juezasesinado¿Quiénes son los asesinos del juez?

Por Giorgio Bongiovanni - 18 de mayo del 2017

Queda un sabor amargo en la boca por la elección de no participar de Saverio Lodato, escritor, pero también amigo personal de Giovanni Falcone, en las ceremonias del 25º aniversario de la masacre de Capaci, en el que murió junto con la jueza Francesca Morvillo y los agentes de la escolta Antonio Montinaro, Rocco Dicillo y Vito Schifani.

Lo de Lodato es una protesta y una denuncia, dirigida a Maria Falcone como presidente de la Fundación dedicada a la memoria de su hermano, nacida del desconcierto y la amargura de quien ha vivido los años en que Falcone estaba en Palermo (y luego en Roma). Un mensaje dirigido también a las instituciones, a este gobierno y a los que vendrán, de modo que, en lugar de las pasarelas de cada 23 de mayo, se haga todo lo posible para encontrar a los autores intelectuales (todavía sin rostro, pero cuya presencia fue claramente establecida en las sentencias) que se encuentran detrás de la masacre de Capaci.

ANTIMAFIADuemila, como todos los años, hará su propia contribución para recordar a Giovanni Falcone con la conferencia anual de la Facultad de Derecho. Entendemos profundamente el origen de la ausencia de Lodato que, como periodista, era un observador atento de los años de la masacre perpetrada por Cosa Nostra en Palermo y de los esfuerzos heroicos de un puñado de jueces y de agentes del orden que la mafia quería verdaderamente derrotar, al precio de vivir un abrumador clima de aislamiento. Por otro lado, según el fallo del Tribunal de Casación (reportado en "L'assedio" de Giovanni Bianconi), "no hay duda de que Giovanni Falcone fue sometido a un linchamiento infame -prolongado en el tiempo, procedente de muchos sectores, gravemente insultante en sus términos, en el modo y en la forma- dirigido a cortar para siempre, con acusaciones viles y despreciables, la reputación y el decoro profesional del valiente magistrado. No hay dudas de que Giovanni Falcone -sin duda el más capaz magistrado italiano- fue objeto de turbios juegos de poder utilizados por los que instrumentan la partidocracia, de mezquinos sentimientos de envidia y celos (incluso dentro de la misma institución), todo para evitar que tuviera la posición de prestigio que le correspondía, pero a la vez la misma se le concede por ser el más merecedor y porque el interés general superior requería que el crimen organizado fuera enfrentado por  quien era, sin duda, el más talentoso y el más preparado, y el que ofrecía las mejores garantías -incluso de absoluta independencia y valor- para combatir, de manera eficiente y en profundidad, a la asociación criminal".

Hoy, otros jueces están experimentando el mismo clima de aislamiento que sufrieron en su momento Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Uno de ello es Nino Di Matteo, el fiscal de Palermo sobre el cual -lo repetimos una vez más- se cierne la sentencia de muerte de Totò Riina y un proyecto de atentado todavía pendiente. Sobre los peligros que corre el magistrado más custodiado de Italia hay un silencio absoluto, a excepción de "A very sicilian justice", el documental producido por Al-Jazeera en colaboración con la BBC, narrado por la voz de Helen Mirren, ganadora del prestigioso premio Oscar. Si este año el documental apareciere en las pantallas de la televisión italiana -o incluso si la Fundación Falcone, lo proyectase en directo el 23 de mayo desde el aula bunker de Palermo- sería una señal de que nuestros representantes institucionales, finalmente, reconocen que el muro de silencio orquestado para Falcone y Borsellino, tanto dentro como fuera de las instituciones, todavía existe hoy. Y que es necesario eliminarlo de una vez por todas.

In foto: Giovanni Falcone insieme alla moglie Francesca Morvillo

(© Umberto Pizzi/Giacomino Foto)