Viernes 19 Abril 2024

memoria

Cómo vivimos este 19 de Julio
Por Giorgio Bongiovanni - 21 de julio de 2015
Es extraño el clima que se respiró este año en Palermo en ocasión del aniversario del atentado de  Via D’Amelio. Sobre los eventos conmemorativos, que contaron con la participación de muchos ciudadanos honestos, procedentes de diferentes partes de Italia, que quisieron estar presentes en estos cuatro días, para recordar al Juez Paolo Borsellino y a sus cinco agentes de escolta (Agostino Catalano, Emanuela Loi, Vincenzo Li Muli, Walter Eddie Cosina, Claudio Traina) cayó como un ciclón el caso “Tutino-Crocetta*” y esa interceptación de su conversación telefónica, ya sea falsa o verdadera, acompañada por las querellas entre el semanario “L'Espresso” y la Fiscalía de Palermo, fue lo que acaparó la atención mediática nacional.

Saverio Lodato escribió un comentario muy claro en nuestro periódico  “Crocetta vattene e vattene subito” (Crocetta, vete y vete inmediatamente) y lo compartimos ampliamente por lo tanto es inútil volver sobre el mismo.
Más allá de la existencia de dicha escucha telefónica, hay palabras, pronunciadas o no, que justamente provocaron una profunda indignación. La sentida ponencia de Manfredi Borsellino en el salón de actos del Palacio de Justicia, en ocasión del evento organizado por la Asociación Nacional de Magistrados, representa indudablemente un himno a la dignidad por parte de una familia que ha pagado un precio muy caro. Su discurso conmovió a todos, al igual que su abrazo con el Presidente de la República, Sergio Mattarella, quien es además un familiar de una víctima de la mafia, que en parte vuelve a dar  el sentido de lo que es una verdadera institución que honra a sus mártires. La misma emoción que se sintió además en Via D’Amelio, en la tarde del 18 de Julio, cuando Rita y Salvatore Borsellino recibieron ese mismo abrazo de parte del Presidente.
Los cuatro días de eventos, organizados por el “Movimento delle Agende Rosse” (Movimiento las Agendas Rojas) con el apoyo del SIAP (Sindicado italiano de los miembros de Policía), “Scorta Civica” (Escolta Cívica de Palermo), el Centro de Estudios Paolo Borsellino, el “Laboratorio Zen Insieme” y el “Agesci”, fueron todo lo contrario a un desfile antimafioso.

Tanto en la inauguración de la “Casa di Paolo”, como en el momento vivido en el Cuartel Longaro, pasando por el grito en Via D'Amelio de Salvatore Borsellino el 19 de Julio y las cartas escritas precisamente para recordar a los cinco agentes de escolta, se encuentra toda la pasión civil de una Italia honesta que no quiere olvidar.
Por nuestra parte intentamos hacer nuestro aporte con el congreso titulado “Il patto. Dal doppio Stato al sistema criminale integrato” (El pacto. Del doble Estado al sistema criminal integrado), debatiendo sobre el significado del atentado de Via D’Amelio y sobre los ideólogos que tienen su rostro cubierto, llamémoslos invisibles; gracias a la participación de invitados como Giuseppe Lombardo, quien envió una carta, Antonino Di Matteo, con un video de siete minutos, y a la presencia de Antonio Ingroia, Saverio Lodato y de la escritora Anna Vinci.
Sí, también se habló de la actualidad, pero es algo evidente que fue el único momento de reflexión sobre algunos temas que muy a menudo terminan quedando en el olvido. Es éste precisamente el lado triste de estos cuatro días, al igual que, una vez más, no se puede dejar de notar la ausencia de la ciudad de Palermo. Los palermitanos no estuvieron en Via D’Amelio y no es suficiente la justificación de que era un día de mucho calor, o de que la invitación había sido lanzada no por los hijos de Borsellino, sino por esos medios de información que tergiversaron las palabras, para no participar en las conmemoraciones definidas como “desfiles”.
Esa Via D’Amelio que no estuvo repleta a las 16:58 hs. dejó un profundo sentido de amargura que en parte fue endulzada por la presencia de muchos niños y chicos, símbolo de una resistencia que podrá involucrar cada vez más a las jóvenes generaciones.
Pero el 19 de Julio de 2015 también quedó incompleto por otro motivo. Precisamente la polémica sobre las interceptaciones telefónicas de Rosario Crocetta distrajeron de manera muy grave  con buena o mala fe, a la opinión pública, de un problema que, según nuestra opinión, tiene una gravedad mayor que la de la terrible situación que involucra al Gobernador de la Región de Sicilia, así como también de la defensa de los magistrados que aún están con vida y que, hoy más que nunca, la siguen poniendo en riesgo.
Una carencia que no viene de los ciudadanos honestos, sino precisamente de las Instituciones. Escuchamos a los Ministros Alfano y Orlando, así como al jefe de la Policía, Pansa, hablar de los grandes éxitos en la lucha contra las mafias, contra una Cosa Nostra que ya ha quedado debilitada, anunciar una próxima captura del súper prófugo Matteo Messina Dinero.
Al recordar a Paolo Borsellino ninguno de estos miembros del Gobierno quiso dedicar una sola palabra respecto a la condena a muerte que lanzó el Jefe de todos los jefes, Totò Riina, desde la cárcel Opera de Milán en contra del Fiscal Nino Di Matteo. Ninguno habló del proyecto de muerte planeado por Matteo Messina Denaro, el actual jefe de la mafia, por pedido de otros sujetos ajenos a la mafia. Ningún miembro de las Instituciones quiso dedicar una sola palabra sobre el juicio sobre la negociación Estado-mafia, que se está celebrando en Palermo, y que está precisamente a cargo de Di Matteo (junto a Vittorio Teresi, Francesco Del Bene y Roberto Tartaglia). Un juicio sobre el que, desde hace tiempo, ha descendido un silencio sepulcral por parte de los organismos de información.
Durante las conmemoraciones oficiales realizadas en el Palacio de Justicia se hizo una pequeña referencia a los agujeros negros, a la búsqueda de la verdad sobre los ideólogos del atentado contra Borsellino, aunque, según nuestra opinión, con poco énfasis únicamente por parte del Fiscal Roberto Scarpinato. Por lo demás, absoluto silencio. El mismo silencio que el Jefe de Estado quiso mantener. Claro está, que gestos como el abrazo a Manfredi Borsellino son importantes y asumen un gran valor simbólico pero habría sido aún más fuerte su mensaje si hubiera tomado la palabra afirmando de una vez por todas que el Estado está presente y que protegerá con decisión, cueste lo que cueste, a sus magistrados condenados por la mafia.
Una toma de posición que, hasta el día de hoy, no ha llegado.  
Todo esto suscita en nosotros algunas preguntas que queremos compartir con nuestros lectores. ¿Por qué existe este  absoluto silencio sobre estos temas? ¿Por cuál motivo existe este tabú? ¿Es posible que no se tenga que hablar de todo eso? ¿Acaso no habría sido correcto afrontar estos argumentos a nivel Institucional precisamente en un día como el 19 de Julio? ¿Por qué este aislamiento total con respecto a Di Matteo y a otros magistrados? ¿Por qué hay tanta reticencia?
Está claro. Nos damos cuenta, de que quienes hacen estas preguntas somos nosotros, los herejes de siempre. Pero todavía nadie ha dado una respuesta. Algo que nos preocupa y que aumenta la sospecha de un Estado que, una vez más, no quiere proteger a sus servidores.
Foto originale © Shobha
* http://www.abc.es/internacional/20150717/abci-medico-presidente-sicilia-borsellino-201507162045.html