Julio Castro, maestro y periodista uruguayo, fue secuestrado por policías y militares en el cruce de la Avenida Rivera y la calle Francisco Llambí de Montevideo, el 1ero de agosto de 1977, en plena dictadura. Fue uno de los hechos criminales cometidos por la represión que más indignación generó en su época y hoy, principalmente cuando sus restos fueron hallados el 21 de octubre del pasado año 2011. Los represores de la época, luego de secuestrarlo, lo mantuvieron cautivo en una casona de la Avenida Millán de la capital uruguaya donde fue interrogado y sometido a torturas, para finalmente ser asesinado de un tiro en la cabeza. Oportunamente con el cometido de ocultar la verdad, la represión llegó a decir que Julio Castro había salido del país sin avisar a sus familiares. Julio Castro, por aquellos días, era muy reconocido no solo por su labor docente en Montevideo y en el Interior del país, sino además por su compromiso con las luchas sociales y la lucha contra la dictadura, desde su sitial de periodista en el semanario Marcha. Julio Castro, a todo nivel, era una persona que se ganó el reconocimiento de educadores, periodistas y militantes de los partidos de izquierda y aún tradicionales, particularmente por su capacidad profesional y por su calidad humana. Pero todas estas virtudes no fueron contempladas por los asesinos del terrorismo de Estado. En contrario, la dictadura lo consideró un enemigo del régimen, al punto que cuando su esposa -en la desesperación de su búsqueda y temerosa de su integridad física (puesto que era un hombre de más de 70 años y de salud frágil)- le envió una carta personal pidiendo ayuda al Gral Gregorio Álvarez (militar de alto rango que estaba en la cúpula de la dictadura y que había sido alumno suyo en la escuela Sanguinetti de Montevideo) éste nunca tuvo la consideración de responder , ni tampoco de accionar, ni para dar con su paradero, ni para salvarle su vida. Hoy por hoy, el crimen permanece impune.

brillo en cautiverioour voice 2

En el texto teatral de Christian Almendras se resumen escenas de su cautiverio y se bosquejan dialogados de su cautiverio, visibilizándose la fuerte personalidad y las ideas del maestro Julio Castro. La ideas que le dieron fortaleza ante sus torturadores y ante sus asesinos. Las ideas que lo destacaron para la eternidad, como un ser humano en constante brillo, no solo para quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y tratar con él, sino para quienes enceguecidos de despotismo y de poder lo mantuvieron en cautiverio. Un cautiverio que Julio Castro supo asumir con el brillo de su personalidad y de su fuerte perfil de luchador social. Cada parlamento de “Brillo en cautiverio” apuntó a dar información al espectador sobre el crimen en sí y sobre el terror en el que se vivía en aquellos años, y sobre el perfil del represor. Y también apuntó a recordar al espectador, no solo la figura del maestro y periodista Castro, sino fundamentalmente a homenajearlo, con el único cometido de homenajear a todos los detenidos desparecidos del Uruguay y de América Latina, en los terroríficos días del Plan Cóndor, impuesto criminalmente desde los Estados Unidos.

julio castro

Más de cuarenta años después de haber sido secuestrado y asesinado Julio Castro los jóvenes del Movimiento Our Voice tuvieron el privilegio de representar esta obra testimonial con ánimo de transmitir a las nuevas generaciones los hechos criminales de la dictadura uruguaya, para de esa forma preservar la memoria y para denunciar al mundo de hoy (al Uruguay de hoy) que el tema de las violaciones a los DDHH en dictadura es un tema vigente. Es un tema pendiente. Y que no debe ser ignorado, por la sencilla razón que los asesinos y los torturadores de muchos uruguayos, como Julio Castro, siguen amparados bajo la cultura de la impunidad, vigente hoy por hoy en la sociedad uruguaya. Sociedad en la que todavía caminan por calles y plazas: policías, militares y políticos, que directa o indirectamente tienen sus manos tintas de sangre de uruguayos y uruguayas que valerosamente se opusieron a la dictadura militar, perdiendo su vida, como detenidos desaparecidos, siendo sus restos enterrados en predios de unidades del Ejército uruguayo, en territorio nacional.

Los estudiantes del liceo Juan Zorrilla fueron espectadores absortos de una obra de denuncia, que en esta oportunidad fue dirigida por uno de sus actores: Diego Grachot, quien precisamente encarnó al maestro Julio Castro, siendo los restantes actores protagónicos: Juan Manuel Ferreira, Giorgio Almendras y Anubis Leal; destacándose asimismo, en el recurso plástico elegido, la joven Alina Leal.

A una brillante interpretación se sumó un brillante trabajo en equipo de los integrantes de Our Voice, en los días de ensayo y en la puesta en escena; destacándose además el maquillaje y el vestuario, como así también la oportuna presencia en sala, precisamente del autor de la obra: Christian Almendras, junto a integrantes de la redacción de Antimafia Dos Mil. Después, sobrevino un debate temático, en el que muchos estudiantes se manifestaron en positivo, respecto a la obra y al mensaje que ella en sí misma quiso transmitir.

Finalmente y siempre en el marco del “Café Literario”, lapso después, los jóvenes estudiantes presentes tuvieron la oportunidad de ver a otros artistas, estando también entre ellos dos jóvenes más, del Movimiento Our Voice: Juan Manuel y Sofia, que aportaron una canción, guitarra en mano.

Cabe reconocer y destacar, desde nuestra redacción de Montevideo, como aporte fundamental y de alto tenor constructivo para con los jóvenes del Liceo Zorrilla, la expresa disponibilidad de la bibliotecaria del Instituto, Isabel Cocorell y de la directora del mismo Profesora Rita Bernadelli, para dar forma al “Café Literario” como expresión de educación y de libertad en democracia. Expresión además de la celebración por los 90 años del liceo Zorrilla. Liceo, que en los tiempos previos a la dictadura y durante ell, fue escenario (en no pocas oportunidades) de ataques de grupos parapoliciales que a balazos, cachiporras y cadenas atentaron a los estudiantes, a los profesores y a las autoridades presentes, dentro mismo de las instalaciones, materializando así el terrorismo de Estado de aquellos días.

brillo en cautiverio our voice 3

Cuarenta años después de esos desgraciados hechos, gracias a la directora de la Biblioteca, y la directora del Instituto Juan Zorrilla de San Martín, y a su cuerpo docente, una vez más, los jóvenes de un centro de estudios del Montevideo de hoy, tuvieron la oportunidad de no estar al margen de las realidades nacionales, las que se pueden perfectamente transmitir a través de las diferentes expresiones del arte. Y el Movimiento Our Voice tuvo la oportunidad de no estar ausente, en una actividad cultural y educativa, por excelencia, y en democracia, que es lo más importante.

Una actividad en la que se impartieron valores de justicia y se promocionó la verdad, y se preservó la memoria.

Como una manera de derribar la cultura de la impunidad. La que desafortunadamente sigue siendo una protagonista desagradable de nuestra sociedad.

-----------

*Fotos de Carolina Seijas de Our Voice

*Foto del maestro Julio Castro, extraída de http://elmuertoquehabla.blogspot.com/