Julian Assange es un periodista e informático australiano, que se hizo mundialmente conocido por publicar cables diplomáticos e información confidencial de gobiernos como el de Estados Unidos. El hecho que más trascendió y que marcó a fuego a la opinión pública con la difusión del material sensible salió a la luz en 2010 cuando el portal WikiLeaks publicó un video, "Collateral murders", donde soldados del ejército de Estados Unidos durante la invasión a Irak disparaban a civiles entre los que figuraba un periodista de Reuters con su cámara -que "confundieron con un arma"-.

Después de diez años de publicado ese primer material, Assange es acusado por Estados Unidos por conspirar contra su gobierno, supuestamente por "presionar" a su fuente, Chelsea Manning, para sustraer la información confidencial.

El próximo 4 de enero del año, dentro de unos pocos días, se va a definir en Gran Bretaña, en donde ahora Assange está cumpliendo condena en una cárcel de máxima seguridad, si va a ser extraditado o no a Estados Unidos para ser juzgado con la posible condena de hasta 175 años de prisión.

Basándonos en el hecho de que un periodista podría ser condenado por ejercer su profesión, nos interesó conocer la posición de la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU) con respecto a estas acusaciones en contra de Julian Assange. Su presidente, el periodista Fabián Cardozo, fue muy diligente a nuestra inquietud y fue además muy preciso en sus apreciaciones, subrayando que sus dichos no representan a la Asociación de la cual es su máxima autoridad. La entrevista significó para Antimafia Dos Mil, conocer profundamente a un periodista con años en la profesión y con las ideas muy claras respecto al caso Assange, y sobre la libertad de expresión en el Uruguay y en América Latina.

“Lo primero que te aclaro es que APU en realidad no discutió el tema. Si me preguntás por la posición de APU tendríamos que plantearlo formalmente, por más que digamos, yo puedo ser vocero de APU, mi posición es una posición personal, yo no creo que en el Consejo Directivo haya otra pero corresponde decir que no es la posición institucional porque nunca lo discutimos. Nosotros tenemos esta semana reunión, yo puedo plantearlo. Mi posición obviamente es de rechazo a la prisión de Assange y de total apoyo a su trabajo como periodista investigador. Él ha cumplido un papel muy importante en mostrar verdad dónde muchas veces hay oscuridad, en echar luz en hechos que son complejos. Por lo tanto, lo que vaya a pasar este 4 de enero de alguna manera, sin dudas, es como una prueba de fuego para la libertad de prensa a nivel internacional. Tenemos claro que en todas las cosas que han pasado se han violado muchas normativas, se han violado los procesos formales de extradición, se ha violado el estado de derecho en la forma en la cual estuvo detenido Assange. Lo que vaya a pasar el 4 de enero es una prueba de fuego y ahí veremos qué tan firme puede reaccionar la comunidad internacional ante esta situación. Es un hecho muy importante”.

-Hasta este momento en la comunidad internacional han habido voces bastante diversas. Ha habido gente de la propia justicia, del pool de Baltasar Garzón, por citarte alguna, o Amnistía Internacional, incluso la ONU y parte de la Comunidad Europea también lo ha apoyado, pero no hubo una presión directa a Estados Unidos, ni siquiera de los grandes medios de comunicación. ¿Por qué pensás que puede pasar esto?

“Porque como Assange en realidad lo que hizo fue molestar al poder internacional, obviamente en el poder internacional también está el poder mediático, entonces como Assange lo que hizo fue incomodar al poder internacional, y a una super potencia, y a los grandes medios de comunicación, obviamente cuando eso pasa el poder reacciona corporativamente. Por eso es importante que los medios alternativos y los periodistas realmente independientes reaccionen para cuestionar está situación”.

-Justamente Assange forma parte de esa prensa independiente, de ese periodismo independiente, que a veces se pone en tela de juicio. Hablando puntualmente de él, se ha puesto en juicio su labor periodística dentro de Estados Unidos inclusive, que es una de los argumentos que tiene la defensa a favor de Assange, de recalcar que él ha trabajado como periodista y por eso se lo está señalando (hasta) de forma inconstitucional, porque bien sabemos que en la Constitución de Estados Unidos, así como pasa en otras Constituciones, hay una defensa a la libertad de expresión y por lo tanto a la libertad de prensa. ¿Qué opinión tenés respecto de la injerencia de este país, de Estados Unidos, en la prensa independiente, a partir de este hecho?

“Claramente hay presión corporativa y todo lo que significa la súper potencia de los Estados Unidos. Si vos revisás internet hoy, vas a encontrar que del tema Assange, realmente sobre lo que pasa con Assange, lo vas a encontrar en medios alternativos contrahegemónicos. Vas a encontrar información en TeleSUR, en Sputnik, en RT. Sin embargo en las grandes cadenas de noticias, especialmente las de Estados Unidos o la propia BBC, o el tema está censurado o el tema está deformado, no como debe ser. Lo tratan prácticamente como a un delincuente. Obviamente el poder mediático está atrás de todo esto”.

-¿En Latinoamérica es lo mismo? ¿Por qué deja a un lado el tema o le da tan poca trascendencia? ¿Por las mismas razones quizás?

“Y sobre todo también por desconocimiento. Y eso ahí hay que hacer un proceso de autocrítica de los periodistas. Hay dos autocríticas que hay que hacer; primero, el poco conocimiento del tema internacional, no solamente de Assange. En Uruguay encontrar un periodista que pueda hacer un seguimiento y que tenga información de contexto sobre la agenda del mundo es complejo. Tiene que ver con cuestiones de formación, con cuestiones que hay que manejar cincuenta temas al mismo tiempo y es muy difícil especializarse. A partir de ahí, imaginate lo difícil que es interpretar un tema de la complejidad que tiene el proceso contra Assange. O sea que hay también cuestiones de acceso y sobre todo de estudio en profundidad de los temas”.

-Y también de tener una visión un poco más abarcativa de la realidad, porque lo que pase en países como Estados Unidos con la prensa, después va a repercutir en los que siempre recibimos todo con "delay"... Hay como una falta de visión también. Vos comentabas que en Uruguay hay poca formación al respecto. ¿Cómo evalúas el compromiso del periodismo uruguayo con el tema y con la libertad de prensa?

“En Uruguay tenemos un buen escenario para la libertad de prensa, hoy no tenemos grandes amenazas, eso hay que decirlo. Otra cosa es que tengamos mejor o peor periodismo, pero no tenemos grandes amenazas a la libertad de prensa. Aquí no hay persecución a periodistas por pensar distinto, no hay problemas de violencia o amenazas a periodistas; cuando hay son casos aislados. Eso no significa que no debamos tener una mirada global y atender lo que pasa en otros países, por ejemplo lo que pasa con Assange, pero más acá en América Latina hay persecución a periodistas, hay asesinato a periodistas en Colombia, México, son países donde hay que tomarlo en cuenta. Somos una isla producto de nuestra situación cultural y de que somos pocos. Acá por suerte contamos con los dedos de una mano cuestiones que tengan que ver con censura, con amenazas a la libertad de expresión, y por suerte no contamos nunca con hechos de violencia. Somos una isla en ese sentido”.

-Quizás tampoco hubo el suficiente compromiso de parte de los periodistas para meterse en temas engorrosos que sí pudieran poner en peligro su integridad.

“Ahi está el tema de la autocensura. Muchas veces los periodistas se autocensuran antes para no meterse en temas escabrosos temiendo no solamente que puedan tener acciones de violencia, que sería espantoso, sino porque puedan perder su trabajo también. Porque cuando a veces se mete el dedo en la llaga, se complica. Entonces hay autocensura también”.

-¿Es como una falta de ir a lo profundo de lo que implica la profesión?

“Exacto”.

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*Foto de portada: www.radiouruguay.com