De la reparación del individuo a la reconstrucción de la historia

Los vuelos de la muerte sintetizan la pulsión secreta detrás del inconsciente colectivo de una sociedad enferma. El dispositivo utilizado para la desaparición en masa de personas que escogió la última dictadura Argentina (76/83) es solo comparable con la cámara de gas de los nazis, en donde se aplicó la racionalidad industrial al servicio de un genocidio. Todo es mercancía, incluso la muerte y por lo tanto fue posible sistematizar su producción en masa. El mar en el final de la cadena logística de los vuelos, era la nada. Un abismo sin retorno. Luego del agotamiento de la tortura como mecanismo de aniquilación del individuo, el siguiente paso fue el intento de desaparecerlos por completo como si nunca hubiesen existido. Sin embargo, la devolución de la marea de algunos de los miles de los cuerpos arrojados, funcionó como un espejo de la conciencia, que dejo al descubierto el lado más atroz de este desvarío sin retorno.

Todavía son pocos los que tienen el coraje de mirar cara a cara esta realidad y la causa “Vuelos de la muerte” es una oportunidad única de reescribir la historia a favor de la verdad. Anteriormente en el tramo III de la causa ESMA (2015) por primera vez se pudo demostrar la existencia sistémica de estas estructuras de desaparición de personas dentro de la armada. En este juicio que se está llevando adelante y comenzó en octubre pasado, se intenta demostrar la existencia de los vuelos pero articulado a través del brazo del ejército en Campo de Mayo.

De acuerdo con la acusación de la fiscalía: "los vuelos ocurrieron con mayor frecuencia en los años 1976 y 1977 y podría afirmarse que hubo tres modus operandi: 1) las víctimas eran sedadas antes de ser subidas a las aeronaves y arrojadas con vida durante el vuelo; 2) las víctimas eran fusiladas o en algunos casos asesinadas a los golpes inmediatamente antes de ser subidas a las aeronaves; y 3) las víctimas llegaban al batallón, ya asesinadas y eran subidos sus cadáveres a las aeronaves, envueltas en bolsas de nylon, para ser arrojadas al agua durante los vuelos". (*1)

Reconstruir la psiquis para reconstruir la historia

El rol de Campo de Mayo como principal centro de detención y torturas clandestino junto a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) fue determinante dentro del dispositivo de exterminio. Pero al contrario de la armada donde hubo testigos, e incluso arrepentidos de la propia marina, que relataron en primera persona lo sucedido, la dificultad de la querella en este caso radica en poder conectar la aparición de un cuerpo en la costa del mar, con su paso previo por Campo de Mayo.

Aunque se estima en alrededor de 5.000 los detenidos que pasaron por Campo de Mayo, solo un porcentaje menor de personas lograron sobrevivir. Por tal motivo la aproximación a la verdad que se pueda llevar adelante, a través del extenuante esfuerzo de reconstrucción personal de las víctimas, es la única vía para desentramar el nudo de esta historia que necesita abrirse paso. Son solo cuatro los casos a disposición que juntos pueden llegar a lograr este cometido histórico, y demostrar, que los vuelos de la muerte, fue la metodología escogida por el ejército para llevar adelante un exterminio.

El 19 de octubre 2020, ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2, Adriana Arancibia dio su testimonio en el tribunal oral en lo criminal Federal N°2, en el segundo día de este juicio: “Estábamos por hacer las compras y tocan las puertas, ya va ya va… no esperaron, insisten y rompen la puerta. En pocos minutos entra un grupo de tareas militares, toman a mis padres y los golpean. La irrupción fue tan violenta que me quedo una fobia. A los 5 años en el jardín, la maestra de grande, siempre me ha contado que le hablaba durante toda la clase para que no cierre la puerta del baño, porque me desesperaba. Hoy no duermo del lado de la puerta y si lo hago tengo que hacer un esfuerzo consciente. En los documentos del orfanato (donde luego la llevaron) dice que yo le cuento al servicio médico que mi papa tenía problemas oculares. Pero en realidad no usaba anteojos, no tenía problemas. Yo estoy seguro que le golpearon los ojos entre otras partes y por eso me quedo esa frase registrada. El grupo de militares revuelve todo, los llevan maniatados, se llevan cosas. Siempre tuve la misma pesadilla de niña, todos los meses, por años, mi abuela no sabía qué hacer con mi fiebre y aparecía en mi mente un ovillo. Claramente así quedo eso dentro mío, como un gran lio. De ahí nso llevan a un orfanato en Morenos, nos llevan en ese instituto y nos tienen muchos meses privados de estar con mi familia. Mi mama en el momento en que se la llevan, le recuerda a mi hermano que era más grande (5 años) y siempre estuvo a mi cargo (3 años) le dice acordate tenés una abuela en Salta. Era la única abuela que teníamos viva, la mama de mi papa. Yo de mi hermano fui su garrapata, no me soltaba ni me podían sacar con nada de al lado de él. La gente del orfanato pone en sus escritos que mi hermano tenía un trastorno que inventaba cosas, la verdad es que estaba más cuerdo que nunca y contaba el relato con precisión. Yo era más chica y tenía esa negación, no podía decir nada, no controlaba los esfínteres, me hacía pis y caca. Se puede decir que fue la mano de Dios, que no nos separaron, teniendo el orfanato un pabellón de chicos y otro de chicas. A nosotros nos dejaron juntos”.

“Finalmente después de bastante tiempo publican un aviso en el diario que decía que buscaban familiares de niños abandonados. Mi abuela junto a mi tío toman un avión desde Salta y nos vienen a buscar. Cuando yo vi a mi tío Chichi, cuentan que lo primero que hice fue llamarlo papa y a partir de ese momento el tomo ese lugar. Yo lo hice como un mecanismo absolutamente de defensa porque aunque después me hablaban de mi papá. Para mí, mi papa era mi tío y mi abuela pasa a ser como mi mama hasta los 14 años cuando fallece. El mismo día que fallece, mi hermano me cuenta un poco más de la militancia de mis padres. Y allí empiezo a buscar, voy a organismos de DDHH, fui al orfanato, fui a buscar documentos. Hubo momentos de mi vida que me iba a una cabina (de teléfono) porque yo apenas como adolescente tenia para el pan de cada día e iba a una cabina y llamaba a 200 teléfonos y buscaba algún nombre que podía ser, para encontrar a mis padres. Tratar de encontrar algún dato era muy desgastante. Lo hice muchos años, hasta que hubo un momento donde decidí guardarme para seguir con la vida y honrar a mis padres de esa manera”.

“Yo tenía la esperanza de que estaba vivo pero todos me decían que tenía que dar mi muestra de sangre en el EAAF (equipo Argentino de antropología forense) en caso de que se encuentren los restos de mi padre. Un día me llaman (abril 2009), nos encontramos una tarde junto a mi esposo y mi hijo. Y me cuentan que cruzaron los datos (muestra de sangre y restos óseos) y entres ellos salto el dato de mi padre, milagrosamente, porque con una sola muestra de sangre no suele darse el 99.99%. Es muy poco común. Hasta que me entregaron los restos fue insoportable. Viví una de mis depresiones, digo una porque entendí con el tiempo que tuve más de una. Fue el peor momento de mi vida. Tan duro fue que me había arrepentido de haberlo encontrado porque no podía salir del pozo, no sentía el abrazo de nadie, no sentía nada, devastada, sola. Pedí que me ayudara más de una psicóloga. Tenía un dolor en la espalda que era como un cuchillo. Transpiraba, a mi familia la he vuelto loca, a algunos amigos también porque era tanta la desesperación del dolor que me agarraba. Era siempre un martes y era algo que me mataba física y mentalmente. Baje de peso aunque comí y quede más delgada que cuando tenía 15 años. Y fue muy difícil volver a pararme después de eso. Lo hice gracias a Dios primero, que aunque no lo entiendo en sus misterios, lo amo. Gracias a Él y a mucha gente amiga logre pararme. Pero en ese momento, les aseguro que me decía por qué busque a mi padre, ¿por qué? ¿Por qué?” (*2)

Los NN del cementerio de Gral. Lavalle

En 2004 se había recibido la información de restos NN en el cementerio de Gral. Lavalle de las Toninas (pcia. Buenos Aires). Se hablaba de cuerpos que habían sido traídos por el mar después de ser arrojados en los vuelos de la muerte. El EAAF (equipo Argentino de antropología forense) fue hasta allí y los encontró. Con una radiografía o algún registro óseo (dentadura por ejemplo) era posible cotejar los restos. Pero hasta años después con el avance de la tecnología, no fue posible cruzar muchos más datos y fueron pocos los identificados al principio. De todos modos los informes confirmaron que esa gente sufrió politraumatismos producidos por alto impacto. Cuando las personas caen desde altura, el mar es como una piedra.

En el caso de Roberto Ramón Arancibia (padre de Adriana) se comprueba que por el estado de putrefacción cuando fue hallado el cuerpo, que fue arrojado en diciembre del 77. Esto concuerda con el testimonio de otro detenido en clandestinidad, Juan Farías, quien le relato a su hijo que había sido careado con Arancibia cuando fue trasladado desde “El Vesubio” hasta campo de mayo. Es decir que lo tuvieron bajo tortura desde el momento en que irrumpen en su casa en mayo del 77´, hasta diciembre del mismo año. Su cuerpo tenía siete costillas como mínimo fragmentadas con callos. Esas heridas no eran propias del impacto del golpe del vuelo, sino que llevaban su tiempo y corresponden al periodo que sufrió estando en cautiverio.

Los cuerpos devueltos por el mar fueron pocos en comparación a la cantidad de desaparecidos. La identificación del cuerpo de Arancibia fue un milagro, debido a las pocas muestras que se tenían a disposición. El 7 de septiembre del 2009 le devuelven la identidad formalmente con una resolución judicial. No tampoco por casualidad, justo ese es el día de su cumpleaños.

En diciembre del 1977 Alfredo Astiz había delatado al grupo de familiares que trabajaba en la búsqueda de desaparecidos, en la iglesia de la Santa Cruz del barrio de San Cristóbal (Buenos Aires). Entre ellas se encontraba una de las dos monjas francesas desaparecidas, Alice Domon. En ese mismo año, apenas unos días más tarde, Azucena Villafor, fue secuestrada en la esquina de su casa también por un grupo armado clandestino de la armada. Fue llevada también a la ESMA y luego de pasar torturas, ambas fueron “trasladadas” presuntamente ya sin vida por los vuelos que iban saliendo desde la armada.

Del conjunto de cuerpos desenterrados en el cementerio de Gral. Lavalle, ocho pertenecían a mujeres y 10 a hombres. Alice Domon, Azucena Villafor y Roberto Arancibia estaban entre ellos. Y con ellos es posible desandar el entramado múltiple de esta historia desde varios puntos de vista y reconstruir muchos de sus aspectos más fundamentales. El caso de las monjas francesas rompió el cerco de impunidad construido durante décadas, alrededor de las leyes de punto final y obediencia debida. Gracias a la presión ejercida desde el exterior por el gobierno Francés y el juez español Baltasar Garzón, los juicios de lesa humanidad no quedaron en el olvido y se generaron elementos jurídicos que después fueron fundamentales en las demás causas cuando se abrieron. Ante la ausencia de una respuesta oficial por el paradero de su hijo, Azucena Villaflor propuso entonces a sus compañeras, reuniones en la plaza frente a la Casa Rosada y así fue como nacieron “Las Madres de plaza de Mayo”. Con el caso de Roberto Arancibia y la reconstrucción de los hechos llevada adelante por su hija, hoy estamos ante la posibilidad de que los vuelos de Campo de Mayo queden probados ante la justicia y con ese capítulo se complete parte de una historia que todavía se está reconstruyendo.

El mar no es ese abismo infinito pretendido por los dictadores. Los cuerpos devueltos por la marea de estas grandes personalidades de la resistencia, hacen posible que la verdad salga a la luz.

El mar es el espejo donde se refleja la conciencia del pueblo y de eso ya no caben dudas.

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Referencias

1 https://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/san-martin-comenzo-el-juicio-por-cuatro-victimas-de-vuelos-de-la-muerte-que-partian-desde-campo-de-mayo/
2 Extracto del testimonio de Adriana Arancibia del día 19 de Octubre 2020, ante el tribunal Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2)

*Foto de Portada: www.infonews.com/juicio/llega-el-los-vuelos-la-muerte-campo-mayo-n339358 / Fiat Aeritalia G-222 o "Herculito", que piloteaban Malacalza y Lance (imputados), entre otros.
*Foto 2: www.angentoriawordpress.com
*Foto 3: www.nuevatribuna.com
*Foto 4: memoria.telam.com.ar /lesa-humanidad/202010/campo-de-mayo--vuelos-de-la-muerte--testimonios-que-construyen-una-nueva--pica-de-los-vencidos_n8904 /Adriana Arancibia (con las fotos de sus padres desaparecidos, Ramón Arancibia y María Eugenia Zago)
*Foto 5: nacionalypopular.com/2009/03/07/mujeres-son-las-nuestras-azucena-villaflor-madre-heroina-y-martir/ Azucena Villaflor
*Foto 6: lauraelisaarena.blogspot.com/2015/07/las-monjas-francesas.html /Alice Domon (monja francesa)