MONJAS CANONIZADAS EN ITALIA; RECONOCIDAS POR DEFENDER A LOS POBRES
En la plaza de San Pedro se elevó a la gloria de los altares a dos monjas latinoamericanas, las religiosas Laura Montoya, colombiana y María Guadalupe García Zavala, mexicana, como así también a unos 800 mártires italianos que se negaron a convertirse al Islan.
El Papa Francisco, en su homilía, enfatizó que sería muy importante seguir el ejemplo de las dos religiosas las cuales dedicaron sus vidas a los pobres, a los enfermos, a los marginados y a los indígenas.
La solemne ceremonia  permitió divulgar la misión de las religiosas y conocer el martirio de los italianos los cuales fueron cruelmente decapitados por los musulmanes al negase a abjurar de su fe, en el siglo XV.
El sumo pontífice dijo en latín que las religiosas fueron dos ejemplos de caridad ya que se oponían al “aburguesamiento del corazón que nos paraliza”.
Más adelante  Francisco, refiriéndose a la religiosa colombiana, agregó:”fue la madre espiritual de los indígenas” y en tal sentido al santo padre resaltó y elogió la muy eficiente pedagogía que aplicó la religiosa, como así también  el respeto que tenía por la cultura indígena y el “no haberse contrapuesto a ella” tal como era corriente al inicio del siglo XX, especialmente cuando la población indígena era despreciada y discriminada.
“Madre Laura nos deja un legado muy oportuno, la reconciliación y su permanente interés por la justicia social” dijo Francisco durante la oración dominical para finalmente referirse a la religiosa mexicana,
“Guadalupe García Zavala, hoy Santa, renunciando a una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús, enseñaba a amar la pobreza, para poder amar a los pobres y a los enfermos””La Madre Lupita se arrodillaba en el suelo del hospital ante los enfermos y los abandonados para serviles con ternura y compasión” continuó el Papa.