Han pasado treinta años desde aquel 16 de septiembre y, mientras tanto, el escritor Lodato ha llenado páginas y páginas con otros hechos trágicos, muertes, masacres y verdades ocultas hasta la edición de "Cuarenta años de mafia", libro publicado en 2012. Cambian los hechos, algunos nombres, pero el guion es único, un patrón que se viene repitiendo desde hace más de cincuenta años y que busca sofocar los intentos de cambio, obligando a todo un país engañado durante más de medio siglo a quedarse quieto.

Ese dedo alzado del que hablaba Falcone, esa condena definitiva que recayó en él y en su amigo y colega Borsellino, llegó después de agotadores intentos de sabotear, denigrar o desanimar a quienes estaban convencidos de que la mafia debía ser acorralada junto con aquellos que pactaban con ella. La escandalosa factura a pagar, recordada por Lodato en su momento, presentada por el Estado a Falcone y Borsellino por su estancia en la cárcel de Asinara, donde habían sido enviados por el Estado "para redactar, en tiempo récord, su escrito de acusación del Maxi Proceso en el verano de 1985, cuando en el término de una semana la mafia comenzó a atacar, matando al comisario Cassarà, Zucchetto y Montana". Así como el aislamiento del general dalla Chiesa "quien luego de un par de meses de su llegada a Palermo se da cuenta de que se ha lanzado en paracaídas, solo, y en una zona de guerra y pidió poderes especiales que el Estado se negó a darle".

Con motivo de la presentación de su libro, el escritor también subrayó los intentos de desviar la atención y las investigaciones con cartas anónimas en temas centrales como el fallido atentado al juez Falcone. Finalmente, no podemos olvidar las polémicas en el interior del CSM tras la entrevista concedida por Borsellino a los periíodicos L'Unità y La Repubblica, donde el magistrado señaló que el compromiso del Estado en la lucha contra la mafia había llegado a un nivel muy bajo. "En cualquier país civilizado -enfatizó Lodato- una denuncia que provenía de un magistrado de primera línea se habría tenido en cuenta de inmediato, en cambio se abrió una discusión muy larga y agotadora dentro del Consejo Superior de la Magistratura que condujo, casualmente, al desmantelamiento de la oficina de instrucción de Palermo".

Treinta años después de aquella histórica presentación, que aún hoy se puede escuchar en Radio Radicale (y que invitamos a escuchar), Saverio Lodato sigue siendo un testigo acreditado de aquella época, tanto que inmediatamente recogió las palabras del juez sobre esas "mentes refinadísimas" después del fallido ataque en Addaura, pero también de la actualidad en un paralelismo que vuelve, aunque con nuevos protagonistas.

Ayer las críticas y los obstáculos se dirigieron contra Falcone y Borsellino. Hoy van contra magistrados como Nino Di Matteo, Sebastiano Ardita, Giuseppe Lombardo, Roberto Scarpinato, Nicola Gratteri, Luca Tescaroli y otros que han aceptado la herencia.

En particular sobre Di Matteo, Lodato hizo una comparación adecuada a la historia de Giovanni Falcone.

Por lo demás, es un hecho que de sabotajes e infamias contra hombres y mujeres comprometidos en primera fila en la lucha contra la mafia se podrían llenar libros y libros hasta nuestros días. Basta pensar, por citar sólo a los más notables acontecimientos, en las peripecias que vivió en primera persona el fiscal Nino Di Matteo junto a sus colegas de la fiscalía de Palermo durante todo el proceso llamado Tratativa Estado-mafia.

Esta repetición de guiones sería deprimente si no fuera porque, al igual que emerge un poder malsano que se renueva a lo largo de los años, también existen hombres y mujeres que no se ajustan a ese sistema perverso y que lo hacen girar cíclicamente. Individuos justos que lo obligan a descubrirse y que recuerdan a quienes están adormecidos que existe una alternativa a la podredumbre de la corrupción.

Si, como dijo Falcone hace 30 años, cuando aún se cuestionaba la existencia de la mafia en los tribunales, sucedió que "por primera vez hay una respuesta unánime de unos pocos funcionarios estatales gracias a la cual resulta que para la mafia Sicilia ya no es el patio de su casa, que en la tierra de origen la mafia ya no puede sentirse tan segura como en el pasado", hoy podemos decir que, cuando se pensaba que el Estado nunca podría juzgarse a sí mismo, el 20 de abril de 2018 se llegó a una sentencia histórica (en primera instancia) que pone por escrito que la Tratativa entre la mafia y el Estado existió. Por el contrario, se sancionó que los acusados de la mafia, Bagarella y Cinà, algunos carabineros (Mori, De Donno y Subranni), y el ex senador de Forza Italia Marcello Dell’Utri son culpables de amenazar o agredir al cuerpo político del Estado. Un fallo que costó polémica, crítica y aislamiento contra los jueces que tramitaron todo el proceso pero que llevaron hechos y consideraciones inequívocos y claros ante el Tribunal Penal de Palermo. Ahora se aguarda la sentencia de segunda instancia, pero más allá de las conclusiones judiciales que se alcancen, queda la consistencia histórica de los hechos surgidos en toda la investigación y en el debate.

Otro paso importante en la búsqueda de la verdad de esos años es la sentencia del juicio denominado "'Ndrangheta Stragista" dictada el pasado 24 de julio. Los jueces del Tribunal Penal de Reggio Calabria decidieron que los asesinatos ocurridos entre diciembre de 1993 y febrero de 1994 en Calabria a manos de la 'Ndrangheta deben incluirse en el contexto de la estrategia de ataques al Estado llevada a cabo por Cosa Nostra para obligar al mismo a pactar con la mafia.

Pactos a los que se refiere el último y célebre libro de Saverio Lodato, El Pacto Sucio, escrito junto con Nino Di Matteo (ahora miembro del CSM) que ofrece al lector la clave para comprender el complejo sistema criminal que lleva más de 50 años intentando mantener inmóvil al país, garantizando apoyos, fugitivos y silencios. Silencios que suenan fuerte, entre otras cosas, con la interminable lista de víctimas que han caído bajo los golpes de la mafia. Hombres y mujeres que han sacrificado su existencia para abrir una grieta en ese denso estado de resignación, apatía y alienación que estanca y extingue el deseo de verdad, ese impulso que no retrocede, sino que avanza siempre hacia adelante.

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*Foto original de Portada: © Paolo Bassani/Shobha

*Fotos restantes: Antimafia Duemila