A ellos los he visto personalmente. He estado en Palermo con ellos. Los conozco en su profundidad y en su coraje.  Digo más, con mi colega Bongiovanni mantenemos una amistad de tres décadas y estamos codo a codo en las diarias lides de la vida y en el deber de informar, formando parte de una Antimafia libre. Y digo más aún: con el togado del Consejo Superior de la Magistratura, Di Matteo,  si bien no me une la amistad cotidiana, me une una profunda valoración de su persona, de su trabajo y de su entrega, lo que me hace sentirlo prácticamente igual, es decir como un amigo, que está presente y al que debo seguir y apoyar.

Ellos están en esta lucha. En esta resistencia. En este compromiso. En esta trinchera, que es la trinchera de los italianos y de los sudamericanos. Que también es mi trinchera, y estoy seguro que también  es la trinchera de nuestros lectores. 

Con ellos comparto su quehacer, con un solo cometido: (loable, por cierto) trabajar en forma mancomunada por la difusión de la verdad y por la justicia, como actores operativos para construir una sociedad, que allende el Atlántico y en este lado del Atlántico, está literalmente contaminada por el sistema mafioso, por la corrupción (extendida e instalada) en los sitiales más sagrados de una democracia que ya ha perdido fortaleza y terreno, dejando abiertos los pórticos para que la dictadura mafiosa se regodee comprándolo todo y a todos.   

Quienes hacemos Antimafia vivimos el despertar diario, de una realidad de resistencia que se contrasta a cara descubierta con la criminalidad organizada, y lo hacemos independientes, sin miedos y sin fronteras. Como Giorgio Bongiovanni y Nino Di Matteo lo hacen. Y hay muchos que están junto a ellos, allá y acá. Los unos como operadores de justicia. Los otros como baluartes de asociaciones libres de una Antimafia in crescendo. Los unos como periodistas. Los otros como jóvenes que a través del arte (me refiero al Movimiento Our Voice) construyen caminos de esperanza, para un mundo mejor, libre de desigualdades, y de mafias.

En los últimos días,  por enésima vez se encontraron los operadores de la Antimafia italiana. Esta vez fue en Catania, para presentar el libro del magistrado Sebastiano Ardita: “Cosa Nostra S.p.A”.  Se encontraron: Nicola Grateri (Fiscal jefe de Catanzaro), Nicola Morra (presidente de la Comisión Antimafia del Senado italiano), Nino Di Matteo (togado del CSM), y el periodista Saverio Lodato a través de un video, siendo el hilo conductor de una velada histórica el periodista Salvo La Rosa. Una velada en la que dos actores del Movimiento Our Voice, dando lectura a párrafos del texto de Ardita, fueron el toque artístico ideal e innovador de la jornada. 

Giorgio Bongiovanni dio apertura a la presentación del libro de Ardita  (libro que se sumó a la extensa nómina de indicadores y reductos de nuestra resistencia) en términos muy claros: “es un libro que recomiendo a todos, especialmente a los más jóvenes porque es el espejo de la mafia de hoy en Catania y Sicilia. Pero el libro, sobre todo representa la imagen general de la situación actual del crimen organizado en Italia. Y no es casualidad que Nino Di Matteo, Nicola Grateri y Sebastiano Ardita hablen de eso aquí. Estos personajes presentan su propio punto de vista, cada uno según sus propias investigaciones”.

Las palabras de los ponentes retumbaron en el ámbito elegido. La sensibilidad de cada uno de los oradores dibujó una vez más el sentido de una lucha, compartida. Se hicieron añicos los acartonamientos de las hipocresías institucionales  en una tierra carcomida por Cosa Nostra. Se refrescaron las ideas de una resistencia adormilada, para abrir horizontes y esperanzas. Se abrazaron los sentimientos de una antimafia viva y fuerte. Se abrazaron las figuras representativas de la Antimafia italiana, en su tierra natal. Se encontraron codo a codo nuestro director y el togado del CSM. Se materializaron las ideas para tiempos futuros y para continuar trabajando.

La bofetada fue dada con mano firme. Y desde todos los rincones de la bota italiana, con las disculpas de quienes se sumergen en la indiferencia (o porque están tomados por el miedo) las voces de los justos se hicieron sentir. 

En definitiva, todos dimos un paso más. Y lo más importante: sin miedos, ni fronteras e independientes, como ellos.

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*Foto de Portada: Jacopo Bonfili,de Antimafia Duemila