¿Pero por qué de este lado del Océano Atlántico deberíamos preocuparnos o estar informados de lo que está pasando en Italia? Quizás está implícito en las palabras de la joven fundadora del movimiento Our Voice, que hoy por hoy tiene miles de seguidores en todo el mundo, y que se hizo presente en las cercanías de la sede judicial. Sonia Bongiovanni pide a gritos, en la plaza, que no dejemos solos a estos hombres justos, estos magistrados que lo arriesgan todo, no un día, en un juicio, sino todos los días, cada vez que salen a la calle, cada vez que investigan, que preguntan, que buscan pruebas y testimonios, que acusan. Como ella dice son amenazados de muerte todos los días.

Estos magistrados no son hombres que buscan hacerse famosos, o públicos, o salir en las noticias, o que buscan propagar ideas políticas. No son hombres que odian, o que no tienen familia, y por eso se dedican a estos procesos, que revelan la peligrosa infiltración de estas organizaciones criminales en todos los órganos del estado, y hoy por hoy, en la economía mundial, facturando billones de dólares al año. Al contrario, hay que tener mucha convicción y mucho amor y confianza en el ser humano, para arriesgarlo todo, todos los días, en pos de una justicia, que sea verdadera e igualitaria para todos los hombres, habitantes del planeta.

Cuando estos hombres acusan, no sólo buscan justicia para las víctimas directas de la mafia, sino que también lo hacen para que exista un sistema judicial que garantice los derechos de todos los ciudadanos, para que las democracias puedan llegar a existir, y no solo aparentar que existen, para que una sociedad libre pueda algún día surgir.

Por eso el reclamo de cientos de jóvenes del movimiento Our Voice, de integrantes de la revista Antimafia Dos Mil, allí en los alrededores del juicio, pidiendo a los habitantes del lugar y a todos que nos animemos a descorrer las cortinas, a salir de nuestras casas, y a apoyar en alguna forma a estos hombres valientes, que no deben quedar solos en ninguna parte del mundo, pero también para decir que no queremos vivir siempre oprimidos, escondidos o con miedo de estos poderes escondidos, que se infiltran también en nuestras vidas, en nuestras familias, en la seguridad de nuestras calles y en la salud de nuestros jóvenes.

Por esto también debemos preocuparnos e estar informados aquí en Uruguay, porque las redes de organizaciones criminales son mundiales, así como las redes del narcotráfico, porque cada vez más vemos crecer la población de jóvenes afectados por el consumo de drogas, víctimas que muchas veces se convierten en victimarios, y que a su vez son perseguidos como criminales. Cientos de jóvenes duermen en las calles, producto de este fenómeno. No debemos olvidarnos que Rocco Morabito, recientemente fugado de una cárcel uruguaya, pertenece al grupo de 'Ndrangheta. No es el único integrante de estos grupos denunciados allá en Italia, que vive o vivió aquí en nuestro país.

Debemos educar a nuestros niños y jóvenes, explicando estas verdades, para que puedan crecer con conciencia, y discernimiento, sabiendo alejarse de estos poderes mafiosos ocultos, así como reconocer a hombres y mujeres con altos valores de justicia, que luchan para formar una sociedad diferente.

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*Foto de Portada: Paolo Bassani/Our Voice.