"Era el verano de 1988 -recordó Ingroia, quien en ese momento estaba muy cerca del juez asesinado en Viad'Amelio- Paolo Borsellino, fiscal en Marsala, sabe que Falcone es prisionero de la forma burocrática en la que se lleva adelante la lucha contra la mafia en Palermo desde que se prefirió a Antonino Meliantes que al propio Falcone como jefe de la oficina de instrucción y, por lo tanto, del pool antimafia. Se reunió con dos periodistas y denunció la caída de tensión en la lucha contra la mafia por parte del Estado. Se produjo un alboroto. A Borsellino lo acusaron de haber presentado la queja en un lugar no institucional, corriendo el riesgo de que se le aplicaran procedimientos disciplinarios, mientras Meli permanecía en su lugar y todo terminó en una pompa de jabón". "Hoy, Nino Di Matteo es acusado de lo mismo por haber intervenido en una transmisión televisiva en lugar de acudir a una sede institucional, y se vuelve a perder de vista el tema real, es decir, la caída en la lucha contra la mafia con la liberación de casi 400 mafiosos debido a una circular emitida por el Departamento Ministerial para el que se eligió a alguien con menos idoneidad que él" expresó el abogado.

"Di Matteo acusado de usar sedes impropias y el ministro que lo descartó permanece en su lugar –siguió diciendo el ex magistrado que llevó adelante la acusación junto con Di Matteo en el proceso de la Tratativa Estado-mafia–. ¿Ha cambiado algo a casi 30 años del sacrificio de Borsellino y Falcone? Muy amargamente tenemos que admitir que no".

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*Foto de Portada: © Shobha