"Creo que el peligro tiene diferentes caras – dijo Di Matteo – una es la de reclutar personas que están acostumbradas a vivir al margen de la legalidad. La otra es que las mafias soplen en el fuego del descontento para alimentar un clima de odio hacia las instituciones". La última, sin embargo, "la más importante", es la que concierne al comercio y a las pequeñas y medianas empresas, las primeras afectadas por la crisis económica: "Las mafias que tienen una gran cantidad de liquidez y dinero cubierto de sangre tratarán de tomar el control de estas actividades– explicó el magistrado –tal vez lo harán insinuándose gradualmente en forma de ayuda, préstamos y luego expropiando efectivamente a los propietarios de esas empresas comerciales, entre otras cosas".
Por lo tanto, enfatizó Di Matteo, ante el gobierno y todas las instituciones, incluso las europeas, surge un desafío: "Darse prisa para ayudar financieramente a los muchos empresarios y comerciantes que, si no se los ayuda en este momento, se arriesgan, más o menos conscientemente, a rendirse a la economía de la mafia".
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