Por Giorgio Bongiovanni - 02 de febrero del 2018

Hemos leído mil quinientas páginas, todo de una vez. Ello nos llevó a poner bajo la lupa una solicitud de arresto, la que llevó a la detención del empresario Benedetto Bacchi y otros treinta entre arregladores, hombres de negocios y mafiosos. No es mera intuición, son pruebas técnicas y evidencias innegables las contenidas en la orden de redada que puso al "rey" de la mitad de las máquinas de casinos de Italia bajo arresto, y según la cual Bacchi es acusado de concurso externo en asociación mafiosa, calificado como un sujeto coludido con la Cosa Nostra de Palermo y estrechamente vinculado con el jefe de Partinico, Francesco Nania. Enormes giros de dinero, negocios y contactos que, desde Sicilia, se extendieron por todo el territorio nacional, pero también la conexión 'Ndrangheta-Cosa Nostra, que una vez más testifica cómo las organizaciones delictivas individuales son en realidad partes de una misma trama.

La investigación se rige por una multitud de seguimientos, declaraciones de colaboradores de la justicia e intercepciones telefónicas. Entre ellos, el registro de un diálogo en el que Bacchi quería involucrar al abogado Antonio Ingroia - ex fiscal de la investigación en el proceso de la tratativa Estado-mafia, designado por el acusado como su asesor legal - en una empresa que se ocupa de energías renovables. "Una cosa es que se presente uno con Antonio Ingroia, un ex magistrado antimafia, conocido en todo el mundo", explicó Bacchi, muy pendiente de su propia imagen.

Sin embargo, al final la operación no habría tenido éxito.

En cuanto a las declaraciones de los arrepentidos, aparece sobre todo el nombre de Vito Galatolo. En la orden, la jueza de las investigaciones preliminares Antonella Consiglio, refiriéndose a "la fiabilidad de la misma", dijo que "el sujeto parece subjetivamente creíble e intrínsecamente confiable ... Galatolo informó haber sido impulsado a colaborar con la justicia por el 'peso' del gravísimo atentado homicida ordenado para dañar al Dr. Antonino Di Matteo". "Tal decisión - dice también - parece lineal y coherente con las razones (indicadas) que lo habrían determinado y esto depone en el sentido de fiabilidad y credibilidad del colaborador". Este mismo colaborador, hoy contó cómo el empresario que se jactó de las relaciones de negocios con los capitanes de Cosa Nostra "tomó todo Palermo". Entre esos jefes estaba también Vincenzo Graziano, el hombre que materialmente debía ocuparse de recuperar los explosivos para asesinar al fiscal Nino Di Matteo. Son páginas de pactos, acuerdos y relaciones entre la mafia y el mundo de los negocios, que serán difíciles de desarmar en la corte judicial para defender a Bacchi y su red de contactos.