mafiososcobardes500MAFIOSOS COBARDES, DESLEALES Y ASESINOS
El mito de la mafia se tiene que desvanecer (Parte I)
Por Giorgio Bongiovanni - 19 de Agosto de 2014
El episodio ocurrido en Canolo (Reggio Calabria), en el que un colega nuestro y además activista anti-‘Ndrangheta, Giuseppe Trimarchi, fue agredido e intimidado, aparentemente tiene una importancia relativa y podría tratarse simplemente de una acción arrogante de un “malandrín” en contra de un joven durante una fiesta popular. En realidad el hecho podría ocultar la clásica arrogancia y toma de posición de sujetos pertenecientes a la criminalidad organizada en contra de activistas o periodistas que van en contra de sus intereses.
Aprovecho la ocasión para expresar de una vez por todas un concepto basado en hechos que todos conocen: la mafia es cobarde, los hombres mafiosos son asesinos y gallinas, individuos que tienen miedo.
Los mafiosos, como es sabido, tienen una jerarquía militar, por ejemplo cosa Nostra se divide en soldados, en capo-decinas, jefes de familia y jefes de mandamentos (territorios mafiosos) que forman parte de la así llamada Cúpula, hasta llegar a Totò Riina, jefe de todos los jefes. Y bien, todos ellos, sin excepción de ningún grado, son una manada de cobardes y de gallinas. Incluso el mismo Leoluca Bagarella, considerado un mito entre los killers de Cosa Nostra por ser el autor de cientos de homicidios, entra en esta categoría. Estos sujetos casi nunca han enfrentado a sus víctimas armados al igual que ellas demostrando el valor de enfrentarlas cara a cara, como en un verdadero duelo. Basta con pensar en que para asesinar a un solo hombre, por lo general los mafiosos preparan un grupo de fuego compuesto por al menos cinco killers.
Con el término duelo me refiero, como cuentan la cultura y la historia, a un modo de enfrentamiento entre dos enemigos que al final, cuando ya no pueden tolerarse entre ellos llegan al desafío directo. Un método violento de enfrentamiento que lleva a la muerte del adversario, pero sin lugar a dudas más noble y correcto que los métodos utilizados por la mafia para eliminar a sus enemigos. Gana el más fuerte, siendo el mismo más rápido con la pistola o con la espada. En cambio es diferente en el caso de los homicidios mafiosos, los killers matan a traición, por la espalda, sin ni siquiera darle a la víctima la posibilidad de defenderse. Como ocurrió por ejemplo en los atentados del ’92, o en el asesinato del General Carlo Alberto dalla Chiesa, ambas ejecuciones fueron realizadas a traición. El boss mafioso Nino Madonia necesitó hacer una emboscada para matar con disparos de kalashnikov al General y a Su mujer Emanuela Setti Carraro, fallecida junto a él, mientras recorrían la calle Isidoro Carini, seguidos por el agente de escolta Domenico Russo. Matar por la espalda con esta acción cobarde era la única forma porque jamás habría tenido el valor de enfrentar al General cara a cara. Así como Aldo Ercolano que le disparó en la nuca por detrás, con cinco balas al periodista Pippo Fava, mientras se dirigía a buscar a su nieta al teatro, y luego escapó sin que Fava tuviera el tiempo de darse cuenta de quién le había disparado.
Todas las mafias, desde Cosa Nostra, pasando por la ‘Ndrangheta, la Camorra, hasta la Sacra Corona Unita, e incluso hasta las más grandes organizaciones criminales internacionales de Latinoamérica, como Los Zetas (los narcos mejicanos, n.d.r.) tienen como común denominador el hecho de matar a traición, con cobardía. Por lo tanto me dirijo a vosotros, jóvenes de toda Italia y del mundo: Manteneos siempre alejados de esta gente. No solo porque son mafiosos y criminales, sino también porque son gente sin honor, sin alma y sobre todo, no es cierto que son valientes. De su lado cuentan con un alto sentido de la criminalidad, eso es cierto. Es  cierto que son sanguinarios, pero no son leales, ni sinceros, no son más que cobardes y gallinas, y para usar una frase histórica de Leonardo Sciascia “No son más que unos charlatanes”.
Foto: El arresto de Leoluca Bagarella © Letizia Battaglia