fot-1-162.2014.4DI MATTEO: HE AQUÍ QUIÉNES LO QUIEREN MATAR Y PORQUÉ
En la mira también están otros magistrados de Palermo, Trapani y Caltanissetta
Por Giorgio Bongiovanni - 27 de Marzo de 2014
Pietro Tagliavia, hombre de honor de Brancaccio (Palermo); Cosimo Vernengo, boss de Santa Maria di Gesù; Vito Galatolo, hijo del jefe del territorio mafioso de Acquasanta; Girolamo Biondino, hermano del brazo derecho de Totò Riina, Salvatore; Tommaso Lo Presti, jefe del territorio mafioso de Porta Nuova; Nunzio Milano, boss de Porta Nuova; Giuseppe Guttadauro, jefe del territorio mafioso de Brancaccio. Estos son algunos de los nombres presentes en la lista de los hombres de la mafia que han sido excarcelados recientemente, y sobre quienes se concentra la atención de las Fiscalías.

¿Cuál de estos boss podría estar listo para hacerse cargo de la condena a muerte que Totò Riina, desde la cárcel de Opera de Milán, ha lanzado en contra del Fiscal Antonino Di Matteo, mientras hablaba con el jefe mafioso de la Sacra Corona Unita, Alberto Lorusso?
¿Cuál de estos hombres tiene la posibilidad de organizar un atentado en contra de los magistrados del pool antimafia, o de otros colegas de Palermo, Caltanissetta o Trapani?
¿Cuál de estos boss que hoy circulan libremente, junto a Matteo Messina Denaro tiene la potencia de fuego como para armarse con bazookas o de disparar un misil tierra-aire que se pueda lanzar desde una de las colinas de Palermo, apuntando al edificio en el que vive el Juez Di Matteo, así como intentaron (fracasando gracias a Dios) de matar al entonces Procurador en jefe de Palermo Gian Carlo Caselli, en 1995?
¿Qué es lo que le podría impedir a los mafiosos atacar el coche del magistrado con un control remoto mientras viaja con su escolta sin el dispositivo de protección bomb jammer?
¿Cosa Nostra, la organización criminal más poderosa de Italia junto a la 'Ndrangheta, y tristemente, la más famosa del mundo, tiene esta capacidad militar a su disposición? ¿Realmente le interesa ejecutar la orden-invitación del Jefe de todos los jefes, Salvatore Riina? La respuesta, teóricamente, es si. Pero en la práctica la mafia no tiene ningún interés estratégico real para ejecutar la orden de Riina.
Claro que de todos modos podrían darse determinadas circunstancias que no tienen que tomarse a la ligera. Empezemos por una aseveración y es que ninguno de estos jefes mafiosos que han salido en libertad son hombres de la “Cúpula”.
Excepto el de Matteo Messina Denaro ninguno es un nombre “de los que cuentan” que haya participado a las reuniones de la Comisión provincial o regional de Cosa Nostra. Sin embargo tanto los viejos boss como los jóvenes rampantes podrían responder al pedido de Riina, decidiendo “dar el salto” y “erguirse” como los nuevos líderes en Sicilia. Para gente como Settimo Mineo, Salvatore Gioeli, Nunzio Milano, Rosario Inzerillo, Emanuele Lipari, Gaetano Badagliacca, Tommaso Lo Presti, Girolamo Biondino, Vito Galatolo, Nicolò Salto, Pietro Vernengo, Cosimo Vernengo, Francesco Francoforti, Giuseppe Guttadauro, Giuseppe Giuliano, Pietro Tagliavia, Giovanni Asciutto, Nicola Ribisi y Carmelo Vellini, y muchos otros hijos o nietos de boss mafiosos, o de nuevos jefes completamente desconocidos, perpetrar un atentado sería una extraordinaria demostración de poder.
Un ataque “delirante” que llevaría, en un abrir y cerrar de ojos, al autor del mismo hasta el centro del corazón de Riina, respondiendo a sus directivas terroristas, y al mismo tiempo escalaría hasta la cima de la nueva Cosa Nostra, dejando de lado incluso al súper prófugo Matteo Messina Denaro.  
Sin embargo un “golpe” de esas características haría correr riesgos muy altos a los mafiosos que sentirían, si llegara a ocurrir un nuevo atentado, inmediatamente el soplido en la nuca de los magistrados y del Estado que podría dar con ellos, capturándolos, procesándolos y condenándolos a vivir en cadena perpetua.
Por dicho motivo, asesinar a Di Matteo, o a cualquier otro magistrado de los que trabajan en la trinchera de las Fiscalías que corren riesgo en Italia, no sería algo conveniente. Por dicho motivo la mafia prefiere, salvo algún arreglo de cuentas interno, dedicarse a sus asuntos, a traficar droga, a realizar extorsiones, o a convencer a algún político complaciente que pueda garantizarle su supervivencia. Y sobre todo, cobrar las letras que el Estado le ha firmado durante la negociación por los atentados de 1992 y 1993. Sin embargo los peligros para Di Matteo, para los magistrados del pool que está investigando sobre la negociación, para los que están investigando sobre los atentados de 1992 y 1993, y sobre la captura de los prófugos; siguen siendo muy altos.
Y si no es la mafia la que tiene interés en perpetrar un atentado entonces hay que apuntar “más allá”, fuera de la mafia o mejor dicho, a la “mafia-Estado”.
Giovanni Falcone, en la época del fallido atentado en Addaura, había hablado de “mentes muy refinadas” implicadas en el proyecto de muerte. Hoy, como entonces “mentes muy refinadas” podrían tener todo el interés de organizar un nuevo atentado. La coartada ya está lista y la ha dado el mismo Salvatore Riina: “Hagamos esta cosa, hagámoslo a lo grande”. El “pararrayos” perfecto. Porque si por un lado hay un Estado que protege a Di Matteo y a los magistrados de Palermo, Caltanissetta y Trapani, dándoles poder para investigar y realizar arrestos de miembros de la mafia y de conniventes con la misma, para procesar a los boss imputados y a sus cómplices de alto nivel; por el otro hay un Estado “desviado” muy poderoso. Un “Estado-mafia” compuesto incluso por figuras pertenecientes al mundo político, al mundo de la magistratura, de la economía, de las fuerzas militares, de los servicios secretos, de las logias desviadas que podría tener todo el interés de desestabilizar nuevamente el país volviendo a matar en forma impresionante, valiéndose quizás de la ambición de viejos y nuevos jefes mafiosos.
El Procurador de Palermo Francesco Messineo, al referirse a la condena a muerte lanzada por Riina en contra de Di Matteo, habló de “llamado a las armas”. Nosotros también estamos de acuerdo, a pesar de que hay que entender profundamente quién responderá al mismo. Cosa Nostra, aparentemente, estaría “respondiendo que no le interesa”, pero el Estado desviado, el mismo sobre el cual están tratando de hacer un poco de luz tres Fiscalías de Italia (Palermo, Caltanissetta y Florencia), podría tener argumentos bien diferentes que plantear.
Más que el proceso sobre la negociación en si mismo pueden ser precisamente estas nuevas investigaciones las que “quiten el sueño” no solo a los sujetos imputados en dicho juicio (con la presentación de nuevas pruebas en su contra), sino también a personajes desconocidos que tienen sus rostros cubiertos y aún irreprensibles.  
Más allá de todo esto, existe un perverso enredo de la poderosa finanza “negra”, criminal, con la “blanca”, del Estado. Las organizaciones mafiosas disponen de enormes cantidades de capital líquido. Tan solo la ‘Ndrangheta, según un estudio del instituto Demoskopika, maneja alrededor de 53.000 millones de euros al año, un ejército de aproximadamente 60.000 miembros y casi 400 ‘ndrine (familias de la ‘Ndrangheta) que actúan en 30 países, pero en total son 150.000 millones de euros, redondeados por defecto, la cantidad de dinero que “facturan” cada año las mafias. Un flujo constante de dinero que para los intereses financieros de ambos (el Estado y la mafia) es fundamental que siga circulando sin interrupciones. Por lo tanto las anomalías de este sistema, como el Fiscal Di Matteo, serían las que hay que detener antes de que el proceso sobre la negociación Estado-mafia vaya más allá y que salgan a la luz pactos y secretos inconfesables.
Y es por ello que la hipótesis “Estado-desviado” vuelve a tomar fuerza.
¿Cuál es el motivo por el cual no puede ser algo verosímil que los “servicios desviados” puedan perpetrar un atentado en contra de los Fiscales de Palermo y Caltanissetta con tal de proteger a otros infieles funcionarios del Estado?
¿Es algo verosímil que algunos miembros de Cosa Nostra pueden ser usados como peones en un eventual atentado?
Además es algo que ya ha ocurrido en el pasado. El mafioso arrepentido Salvatore Cancemi, ya fallecido, me contó una vez (y sobre todo lo declaró en los juicios  por los atentados del ’92 y ’93) que para perpetrar los atentados Riina fue “llevado de la mano”, mientras que más recientemente otro mafioso arrepentido, Gaspare Spatuzza, habló de figuras que para él eran desconocidas, probablemente ajenas a Cosa Nostra, que se encontraban presentes en la preparación del atentado de Via D'Amelio. Es por ello que, nuevamente, podríamos llegar a tener que asistir a un nuevo atentado con el Estado-mafia que mueve los hilos, manchándose una vez más las manos con sangre, utilizando como siempre a sicarios y a boss mafiosos.
Foto © Castolo Giannini
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