pruebaESTA ES LA PRUEBA OCULAR DE QUE EL ESTADO NEGOCIA CON LOS DELINCUENTES
Que Renzi dimita
Por Giorgio Bongiovanni - 4 de Mayo de 2014
Cuánta indignación y repugnancia se siente observando al Estado italiano. El germen de la “negociación”, el pactar con los criminales, es algo cada vez más ínsito en nuestras instituciones y hoy ni siquiera se esconde sino que se pone en evidencia, lo vemos en directo a través de la cadena de televisión RAI, en la tarde de un sábado de Mayo. La imagen atónita del Presidente del Consejo Matteo Renzi que observa, sin mover ni siquiera un dedo, lo que está ocurriendo en el campo de fútbol, representa la indiscutible rendición de un Estado incapaz de intervenir y de poner orden.

delincuentes1El Comisario de Roma, Massimo Mazza, que hoy habló de los enfrentamientos en la Capital antes de la final de la Copa de Italia (con un balance de nueve heridos, tres por disparos de pistola, de los cuales uno está muy grave) declaró públicamente que “No hubo ninguna negociación con los ultras del Nápoles” y que “No se consideró en ningún momento el hecho de suspender el partido”. Pero las imágenes televisivas nos mostraron algo completamente diferente.
Toda Italia vio a un jugador (el capitán del Napoli) Marek Hamsik, y a un jefe de los ultras, Gennaro De Tommaso (foto), de sobrenombre “Genny 'a carogna” (que según parece es el hijo Ciro De Tommaso, considerado como un afiliado al clan mafioso camorrista de los Misso), tomar el lugar del mismo Comisario y del Ministerio del Interior, para decidir si el partido se jugaba o no.
Todo esto ocurría mientras una lluvia de bengalas y petardos cobraba vida en manos de la Curva del Nápoles atacando a la policía, a los stewards y a las fuerzas del orden. Incluso a un bombero que se encontraba en el campo resultó herido.
delincuentes2Es la Curva la que dicta las leyes ante el silencio sepulcral de las instituciones. Si, porque existen reglas, pero las decisiones, como ya ha ocurrido otras veces en nuestro País, quedan en manos de la violencia de los delincuentes.
¿Cómo es posible que un Presidente del Consejo no se de cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor? ¿Cómo es posible que no mueva ni un solo dedo ante la vergüenza de un País entero?
En lugar de enviar a diez mil hombres para detener este suplicio se decidió confiarle a un jugador de fútbol super pagado la tarea de negociar con un delincuente y de poner en escena una vergonzosa payasada con tal de permitir que el “show” pudiera continuar”.
Genny no se oculta y en su camiseta negra aparece otra frase vergonzosa: “Speziale libero” (Liberen a Speziale). Una clara dedicatoria al ultra del  Catania, Antonino Speziale, que está descontando la pena de ocho años de prisión por el homicidio involuntario del inspector Filippo Raciti, ocurrido el 2 de Febrero de 2007 durante el enfrentamiento que hubo en el estadio Angelo Massimino de Catania.
Tiene razón la viuda de Raciti, Marisa Grasso, cuando habla de “vergüenza por un Estado que no reacciona, que es impotente y que por lo tanto ha perdido”.
En un Estado normal la magistratura tendría que intervenir severamente abriendo una investigación por omisión de intervención de la autoridad.
delincuentes3Es el método que se ha utilizado el que provoca indignación y rabia. Si, porque una vez más, por más que se trate de hechos diferentes, el Estado negocia mostrando su rostro más débil. Es la prueba de quién es Renzi, un “monigote” en manos de los poderes fuertes. Y uno queda perplejo al leer las consideraciones del Presidente del Senado Pietro Grasso que, lanzando “anatemas” en contra del aliento violento, dijo que varias veces pensó en abandonar el estadio, pero luego no lo hizo, o de la Presidenta de la Comisión Antimafia Rosy Bindi, que mientras el delirio seguía su curso distribuía sonrisas en la tribuna. Es lo mismo que hicieron otras tantas autoridades presentes en el “Olímpico”. La Comisaría y la Prefectura de Roma hoy tienden a minimizar los hechos. El Ministerio del Interior incluso se “lava las manos” explicando que la decisión sobre si postergar o no el partido no era de su competencia. Pero una vez más, queda en evidencia la rendición de las instituciones frente a la criminalidad.
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