fot-154.2014.3EL PACTO CON EL DIABLO
El Estado-Mafia y la Mafia-Estado
Por Saverio Lodato - 9 de Marzo de 2014
Ahora si que todo queda claro. Ahora si que se ha dilucidado el misterio. Totò Riina ha actuado y actúa por encargo del Estado-Mafia. Y prestándose al juego, sigue haciendo lo que siempre ha hecho: cuidar los intereses de la empresa a la cual representa desde siempre y a la que más quiere; esta empresa se llama: Mafia-Estado. Lo que no quita que, desde hace algún tiempo, Riina hable repitiendo la partitura de los Grandes Sugeridores.

Se vuelve a prestar a uno de esos pequeños servicios sucios que solo alguien como él, con su indiscutible capacidad criminal, puede hacer sin que nadie lo note demasiado. Contando además con la ventaja de ofrecer la posibilidad, a la pompa mediática de convertirse ella misma en la ensordecedora portavoz de la voz del boss mafioso, con la excusa, aparentemente irreprensible, de que sus amenazas de muerte no tienen que ser menospreciadas. Nos estamos refiriendo a las amenazas de muerte en contra del Fiscal Nino Di Matteo.
Permítasenos recordar que desde el primer momento (con un artículo del 13 de Enero de 2014) ya habíamos planteado no pocas dudas sobre el hecho de que esta insólita declaración de Riina en la cárcel de Opera, fuera harina de su costal. Lo que – obviamente – no reducía en absoluto su siniestro alcance (como escribimos en aquel entonces).
De hecho eran muchas las cosas que hacían ruido y que no cuadraban. ¿Qué interés tenía Riina, en frío, en tomar la palabra en contra de Di Matteo, después de 20 años de su casi total silencio? ¿Y esas rarísimas veces en las que se había dejado escapar “declaraciones” en alguna aula de la corte, ¿no lo había hecho al máximo para lamentarse del papel de “pararrayos” que todos le atribuían, dando por entendido que él, sí había llevado a cabo los atentados, pero conocía otras zampitas y zampas (o que habían llevado a Cosa Nostra a esa situación? ¿Por qué tomárselas con esta investigación sobre la negociación que, es evidente, apunta precisamente a descubrir eventuales zampitas y zampas? Y ¿acaso no sonaba raro que en esa surreal conversación carcelaria, Riina, por un impulso, que se podría decir era políticamente correcto, hubiese sentido incluso de echar una mano al Jefe del Estado, manifestándose contrario a que él tenga que ser llamado a declarar ante la Corte de Palermo que está llevando a cabo el proceso judicial sobre la negociación?
2) Ahora concentrémonos en los altavoces de los medios masivos de comunicación. La noticia, con oleadas recurrentes, ha sido servida a la opinión pública casi una media docena de veces. Primero en forma de primicias escritas de las actas en las que estaban transcritas dichas declaraciones realizadas desde la cárcel. Luego en forma de transcripción integral de dichas actas. Luego como imágenes en las que se veía a Riina a tú por tú con otro individuo de la “Sacra Corona Unita”, que nadie (¡ah las zampitas, ah las zampas!) del departamento carcelario había considerado que fuera contraindicado ponérsele al lado en la hora de aire.
Finalmente, luego de trailers cada vez más prolongados, pudo entrar a las casas de millones de italianos la película completa: imágenes, voces y sonidos. Hacía años que determinados periódicos y determinados noticieros no dedicaban artículos de fondo ni una apertura al argumento mafia. En fin, durante semanas y semanas parecía que Riina estuviera hablando continuamente, casi como poseído por el demonio de la verborragia, él, que en cambio es la proverbial encarnación del tótem del silencio. Pero no era así. Esto era el fruto de un guion mediático bien pensado – tampoco tenemos conocimiento de que se haya elevado alguna voz aislada para que en determinado momento se decidiera desenchufar el enchufe – que contribuía a agigantar hasta el infinito un mensaje que había sido lanzado una sola vez. Lo repetimos: una sola vez, habló el pobre “Don” Totò.
3) En estas mismas páginas hace algunos días (el 7 de Marzo) Salvatore Borsellino puso bajo los reflectores el hilo conductor que une las amenazas de Riina con lo que está ocurriendo en estos días en el proceso de Palermo. No habríamos podido escribir algo mejor. Por lo tanto el artículo de Borsellino está aquí a disposición de quienes aún no lo hayan leído. Nos limitamos a sintetizar: los abogados defensores de los tres acusados (Mario Mori, Giuseppe De Donno y Antonio Subranni*) han solicitado que el proceso sea trasladado del tribunal de Palermo. Pero no – y ésta es la novedad con respecto a casos análogos del pasado – por recusación de la corte o legítima suspición. Sino que ha sido solicitado por razones de “orden público”. En otras palabras, las amenazas de muerte de Riina en contra de Di Matteo corren el riesgo de involucrar en un eventual proyecto homicida y terrorista a toda la ciudadanía. Entonces sería mejor - escriben los defensores antes mencionados – trasladar el juicio a un distrito “indoloro”. No ha sido señalado cual.
4) En todo este asunto, el Jefe de Estado, Giorgio Napolitano, ha hecho sentir puntualmente su presencia. Primero que nada con el cadáver aún tibio del pobre Loris D’Ambrosio*, cuando puso en relación su repentino fallecimiento, sin tantas vueltas, precisamente con las escuchas telefónicas realizadas por la Fiscalía de Palermo que lo encastraron mientras conversaba con el indagado Mancino Nicola*. La presencia del Jefe de Estado en este terreno es bastante grave, bastante discutible. Que se intercala además con discursos rimbombantes y silencios igualmente ruidosos. En el primer caso nos referimos a la telenovela de las llamadas telefónicas entre Mancino y D’Ambrosio*, así como entre Mancino y Napolitano*. Estas últimas en realidad fueron destruídas precisamente porque Napolitano presentó una solicitud a tal efecto ante la Corte Suprema (solicitud que fue aceptada). En el segundo caso nos referimos a las declaraciones de Vittorio Sgarbi durante la transmisión radial “La Zanzara”, cuando el crítico de arte puso en boca de Napolitano frases vulgares e injuriosas en contra de la dignidad de Antonio Ingroia, quien inicialmente era el titular de las investigaciones sobre la negociación Estado-Mafia. Napolitano – estos son los silencios a los cuales nos referimos – no ha sentido el deber moral, institucional y político, de decir al menos una palabra que sonara a una toma de distancia de la versión de Vittorio Sgarbi. Silencio, dejádnoslo decir, desconcertante. Para Napolitano, se podría pensar, con tal de hablar mal de esta investigación sobre la negociación, todo suma. Incluso Sgarbi.
5) Hace algunos días (el 4 de Marzo) en la librería “Feltrinelli” de Palermo, se presentó el libro “Vent’anni contro” (Veinte años en contra), escrito por Gian Carlo Caselli y Antonio Ingroia, editado por el periodista Maurizio De Luca. No es la primera vez que ambos autores escriben a doble firma un libro sobre la mafia. Pero es la primera vez que lo escriben juntos en carácter de ex magistrados, ya que ambos han dejado de llevar la toga. Caselli se ha jubilado anticipadamente, mientras que Ingroia ha abandonado la magistratura. Según nuestro juicio absolutamente personal, en medio de muchos, este es el mejor libro que han escrito juntos. Ya no es un libro en curso de obra. Contiene un amargo y definitivo balance. Y definitivo para ambos. El Hado ha querido (¿el Hado?) que ambos, más allá de haber recorrido caminos profesionales diferentes, de edades diferentes, por causas que ahora sería muy largo explicar, han tenido que atravesar, cuando estaban en servicio, la misma persecución mediática. Caselli porque investigaba sobre mafia y política (ejemplares han sido, a tal propósito, sus siete años marcados por el proceso en contra de Andreotti). Ingroia porque investigaba sobre mafia y Estado (y que fue destruido mediáticamente, por ello, casi igual que Caselli). ¿Hay un nexo entre sus vidas paralelas y la de Nino Di Matteo? Podríamos decir que si.
6) A estos escenarios, la política italiana no pretende prestarles ningún tipo de importancia. Ante la pregunta de un periodista que en Agosto pasado le preguntó a Matteo Renzi qué pensaba sobre el atentado de Via dei Georgofili, él respondió molesto que lo mejor era que se dirigiera a su secretaria (artículo de Giorgio Bongiovanni, publicado también en estas páginas el 14 de Febrero de 2014). El magistrado Nicola Gratteri, quien se pensaba de cierto que habría sido ministro de la justicia en el nuevo gobierno, fue sacrificado al final de una conversación que duró dos horas y media entre el Primer Ministro Renzi y el Jefe de Estado (lo más gracioso de los hechos es que siguen teniendo la cabeza dura). Italia ya no es un País para magistrados. De hecho no vemos que provenga de algún lado la intención de encarrilar por buen camino las cuestiones que estamos afrontando. Por otro lado no podríamos esperarnos gran cosa por parte de Silvio Berlusconi o de Angelino Alfano (pero la lista de los nombres de hombres políticos podría ser infinita y de todos los sectores políticos), que fueron los artífices de los gobiernos que se dieron la palabra de orden que no hubiera podido ser más clara: “Con la mafia tenemos que convivir”.
Pero concentrándonos en las antípodas de las dos alineaciones que hoy militan juntos a la insignia del “Gobierno del largo entendimiento” – nos referimos, en este caso, a los inspiradores de la “lista Tsipras” para las próximas elecciones europeas -, al menos habríamos esperado una candidatura fuerte en el contexto de la emergencia-mafia. Por ahora, esta candidatura no se ve.
Ningún impedimento para que la laguna, demasiado molesta si llegara a ser definitiva, pueda ser llenada en el futuro próximo. Sería, aunque tímida, una señal que representaría una esperanza para aquellos ciudadanos (que no son pocos) a los que las mafias de todo tipo les caen mal. Haciendo una conclusión de este punto: el argumento ha sido eliminado de las agendas políticas de todo color y matiz. Preguntémonos porqué.
7) He tenido la ocasión de decirlo en la presentación del libro antes mencionado “Vent’anni contro”, de Caselli e Ingroia. Y quizás sería importante dejarlo por escrito. Tenemos que refutar una leyenda. En Italia jamás ha existido un partido con dos contrincantes: por un lado la mafia y por el otro la antimafia. Este ha sido, durante décadas, un espejo para las alondras. El partido siempre ha contado con tres contrincantes. Un partido arreglado. Por un lado la Mafia que contaba con el Estado a sus espaldas y por el otro el Estado que contaba con la Mafia a sus espaldas. Luego estaba el tercero inoportuno: el conjunto de magistrados, policías, carabinieri, periodistas, hombres políticos, empresarios, ciudadanos comunes, los que en algunos casos, actuaban como equipo, arriesgando su vida para oponerse precisamente a la Mafia-Estado y al Estado-Mafia. La infinita carnicería que ha eliminado a los mejores hombres de ese generoso y desesperado intento forma parte de la historia para demostrarlo.
8) El partido con tres contrincantes se sigue jugando hoy en día. Es el único hilo que une los hechos del pasado, incluso de un pasado muy remoto, a un presente que de lo contrario sería incomprensible.
9) Este periódico on-line (ANTIMAFIADuemila) se ha convertido en el único baluarte disponible para todos aquellos que, coherentemente, obstinadamente, inconscientemente, pretenden aún decir su opinión sobre el hecho de que en Italia, al tradicional equilibrio de poderes legislativo, ejecutivo y judicial, de los que hablara Montesquieu, hace tiempo que se le ha agregado un cuarto – la Mafia – que con los otros tres vive en perfecta sintonía.
10) La tripartición de los poderes de Montesquieu, con la “corrección” de la presencia de la Mafia-Estado y del Estado-Mafia: esta es la verdadera “anomalía italiana”. Seguiremos viendo cosas interesantes a propósito del juicio de Palermo sobre la negociación. Precisamente porque ese proceso contiene simbólicamente, en sí mismo, todos los ingredientes de la “anomalía italiana”. Quizás puede ser que no es una casualidad que el Jefe de Estado haya lanzado vistosas señales de nerviosismo a lo largo de estos últimos dos años.
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http://www.antimafiaduemila.com/saverio-lodato/il-patto-con-il-diavolo.html
* Artículo relacionado:
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/27/actualidad/1369654786_406146.html
Foto original © Ass. Culturale immaginARTE

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