RESIDUOS RADIACTIVOS: OTRO ATENTADO DE ESTADO
Por Giorgio Bongiovanni – 7 de Noviembre de 2013
Hace algunos días publicamos en nuestra revista las declaraciones del mafioso arrepentido Carmine Schiavone realizadas en 1997 ante la Comisión de investigación parlamentaria bicameral sobre un ciclo de residuos. En ese entonces el colaborador de justicia ya había revelado que desde fines de los años noventa hasta nuestros días los clanes de la Camorra han venido descargando, solo en los 30 kilómetros del litoral de la bahía Domizia “34.000 toneladas de residuos especiales peligrosos, 160.000 de residuos especiales no peligrosos y otras 305.000 de basura sólida urbana”. Sólo la semana pasada se levantó el secreto de sumario que regía sobre el documento.

Hoy en día es lícito preguntarles a los miembros de dicha Comisión parlamentaria, empezando por su Presidente Massimo Scalia hasta llegar al último de los Diputados y de los Senadores, si son capaces de levantarse cada mañana con la conciencia tranquila. Quién sabe si dentro suyo escuchan esa voz, que en la profundidad de todo ser humano tendría que indicar el sentido de ética y justicia, que les dice “Asesinos”, “Vergüenza”, “Dais asco”.

¿Por qué tendrían que escucharla? Porque estos señores se han manchado (a pesar de que no existan elementos para poder iniciar acciones penales) con un delito que podría estar en curso.
Schiavone, refiriéndose al tráfico ilegal de residuos nocivos en los alrededores de Caserta, dijo: “En 1990 se convirtió en un business para el clan de los Casaleses. Sin embargo todo ese ir y venir ya venía ocurriendo desde antes. No creo que los habitantes de los alrededores se salven: a quienes viven en ciudades como Casapesenna, Casal di Principe, Castel Volturno y demás, les quedarán, quizás, veinte años de vida”. Eso significaría que el “delito” ya se ha perpetrado o que sigue en curso.

En los últimos años se han redactado informes, conocidos únicamente por los expertos, en los que se establecería un nexo entre el aumento de tumores y la presencia de descargas ilegales y de residuos por las calles de la región de la Campania.

En especial uno del 2008 que fue realizado por el Departamento de Ambiente y Prevención Primaria del ISS, en el que se han analizado los cluster (racimos) de tumores desarrollados en determinadas zonas del territorio de la Campania. La mayor concentración ha sido descubierta entre Caserta y Nápoles, en ese tramo horrorosamente envenenado que une las ciudades de Acerra, Aversa y Giugliano. Lugares en los que se han depositado y se siguen depositando residuos de todo tipo.

Estos elementos también han sido tomados en consideración por la Corte Europea de derechos del hombre que, ante un recurso presentado en 2012 por el abogado Errico Di Lorenzo en nombre de un grupo de residentes de Somma Vesuviana (Nápoles), reconoció al menos el “daño existencial”, considerando que no ha sido probado el daño para la salud. Sin embargo los casos de tumores cancerosos: en los pulmones, en el hígado, etc... han aumentado precisamente en la zona de Caserta.

Y es por ello que las revelaciones de Schiavone, realizadas en 1997, hoy parecen tan proféticas. Sin embargo, dichas revelaciones han sido hechas públicas sólo ahora. Y para este hecho no hay justificaciones. No importa nada si habían investigaciones en curso. El pasado 17 de Septiembre, por orden de los Fiscales Antimafia de Nápoles, Giovanni Conzo y Luigi Landolfi, y del Fiscal Adjunto Francesco Greco comenzaron las excavaciones en un terreno sobre la Avenida de circunvalación de Casal di Principe, a la altura de calle Sondrio, y se encontraron materiales ferrosos y barro de naturaleza industrial.

En estos días se ha conocido la noticia sobre el hecho que la Fiscalía de Lecce no investigará sobre las declaraciones de Schiavone, quien ha dicho que la Puglia es una de las Regiones en las que se descargaban los residuos tóxicos, mientras que la DDA (Dirección de Distrito Antimafia) de Bari abrirá una investigación cognoscitiva. Quizás sea mejor investigar además porque está en juego la vida de miles de personas.

Como mínimo es superficial decir, como lo ha hecho el Fiscal de Lecce, Cataldo Motta, que las palabras del arrepentido son “inatendibles” y “demasiado genéricas”. Es una cuestión de lógica. Si el colaborador de justicia no hubiera sido considerado atendible ni siquiera habría sido tomado en consideración por la Comisión parlamentaria antimafia porque de lo contrario tendríamos que pensar que hemos perdido tiempo frente a un falso arrepentido.

Pero más grave aún es el silencio que han mantenido los miembros de la Comisión, sin tener en cuenta la obligación ética y moral, dictando un secreto de sumario para el documento y dejándolo bajo llave en los cajones del olvido de la historia de Italia. La enésima prueba de que el nuestro es el País de los secretos y de los atentados de Estado.
http://www.antimafiaduemila.com/2013110746004/giorgio-bongiovanni/rifiuti-radioattivi-unaltra-strage-di-stato.html

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