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Brasil entre la Pandemia y el Golpe Militar
Por Lucas Gabriel Martins – 5 de junio de 2020

Desde del inicio de la pandemia, el cargo de ministro de salud es un campo minado, sea con relación al distanciamiento social o con el uso de la hidroxicloroquina para el combate del virus en pacientes con síntomas leves de la enfermedad, pero los dos médicos que ocuparon el cargo, perdieron la pulseada contra el Presidente Jair Bolsonaro quien quiere su omnipresencia en el poder.
Con la silla del ministro de salud desocupada hace más de 20 días, las muertes por el Covid-19 en Brasil, ya sobrepasaron los 1300 muertos el último miércoles 3 de junio, cuando Eduardo Pazuello, un militar en actividad, que antes de dirigirse a Brasilia, comandaba la 12° Región Militar de la Amazonia en Manaus, asumió oficialmente el comando del ministerio de salud del gobierno de Bolsonaro, sin siquiera tener ninguna afinidad con el área de la salud y sus cuestiones técnicas. Eduardo como un buen ministro, es un gran paracaidista.
Brasil camina hacia la mayor crisis pandémica y económica de su historia generada por el Covid-19 y por la negligencia del Presidente Jair Bolsonaro, que inumerables veces minimizó el peligro del virus, el éxito del distanciamiento social y la cuarentena obligatoria, como si todo esto no fuera suficiente, el tan soñado golpe militar de Bolsonaro, está a las puertas de Brasil. Él puede no lograrlo, pero ahora, todo su empeño en la presidencia es en intentar consolidarlo, como ya viene demostrando hace un tiempo, marcando presencia en las reuniones y manifestaciones antidemocráticas en los últimos días.
En 2018 el pueblo brasileño pensó que elegía a Jair “Mesías” Bolsonaro para la Presidencia, pero en realidad estaban eligiendo además de Bolsonaro, a sus otros 3 hijos, Eduardo, Flavio y Carlos, una especie de clan que actualmente gobierna el país. Fueron varias las advertencias durante su campaña electoral, pero nadie las quiso escuchar. Todos sabíamos que Bolsonaro era abiertamente a favor de la dictadura, de la tortura, era racista y homofóbico, pero esto no importaba, lo único que importaba era que el “Mesías” salvara al pueblo brasileño de la corrupción con su “nueva política”. Un enorme engaño.
Actualmente sabemos que Bolsonaro de anticorrupción y nueva política no tiene nada, ya que su intención de interferir en las investigaciones de la Policía Federal para defender a sus hijos de un enorme esquema de lavado de dinero y de acusación por la financiación del llamado “grupo del odio”, un grupo creado para la distribución de las fakenews en todo el país, quedaron claras y comprobadas por el ex – ministro de justicia Sergio Moro, después de su salida, como he escrito en un artículo anterior.
Bolsonaro en un año y medio en la presidencia no hizo más que intentar cerrar el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal, con discursos y ataques sistemáticos a los poderes del Estado Democrático, al presidente de la Cámara de diputados Rodrigo Maia , además de afirmar que no toleraría más ninguna decisión en contra del poder ejecutivo, afirmando diversas veces que las fuerzas armadas lo apoyaban, pero que luego fue desmentido por el propio comandante del ejército, el General Edson Leal Pujol que ahora también corre el riesgo de ser sustituido.
Para evitar su destitución, Bolsonaro ha transformado el Palacio de Alvorada (Residencia oficial del Presidente) en un ambiente de negocios. Ahora distribuye cargos y dinero para políticos condenados en el escando del Mensalão y de la operación Lava Jato, ambas son una red de corrupción y sobornos, hace negociaciones con el llamado “Centrão”, un conjunto de partidos políticos que no poseen una orientación ideológica y que tienen como objetivo, asegurar un cierto acercamiento al poder ejecutivo de modo que sea garante de sus ventajas y privilegios, algo completamente criticado por Bolsonaro antes de su elección, pero que ahora repite las mismas negociaciones de siempre.
El ex-prisionero y ex-diputado, Roberto Jefferson, quien apareció en un video con un fusil en la mano, pidiendo que Bolsonaro remueva a los 11 ministros del STF (Supremo Tribunal Federal) y ponga a políticos bolsonaristas para que ocupen estos cargos, además de sugerir un golpe en contra del STF, la más alta instancia del poder judicial, ahora es su nuevo porta voz.
LUCAS1Además de publicar un video con una frase atribuida al dictador fascista Mussolini. “Mejor vivir un día como un león que cien años como un cordero”, Bolsonaro nuevamente estuvo presente en una manifestación antidemocrática y esta vez, a la Kin Jong-Un, apareció montado en un caballo entre sus partidarios que nuevamente pedían el cierre del Congreso Nacional y el STF.
El último domingo, millares de personas y grupos antifascistas de las hinchadas de distintos equipos de futbol, se organizaron para protestar en las calles de San Pablo en contra de la escalada autoritaria de Bolsonaro y nuevas manifestaciones están convocadas por líderes de diversos segmentos sociales (para el próximo domingo 7 de junio) pero esto podría ser la excusa perfecta para que infiltrados generen el caos, justificando que las fuerzas armadas decreten el estado de queda, un escenario perfecto para Bolsonaro.LUCS2El pasadolunes 2, el diputado estadual de San Pablo, Douglas García, perteneciente al antiguo partido de Bolsonaro (PSL), divulgo en sus redes sociales, un pedido para que sus seguidores le envíen datos de los manifestantes y pertenecientes a los movimientos antifascistas que estuvieron reunidos en distintas partes, con la intención de presentar una lista con estos datos a la Procuraduría de la república, acusándolos de un grupo terrorista, los valores se invirtieron.
Al mismo tiempo que el país tiene que luchar en contra del Covid -19, también tiene que luchar en contra de una enorme escalada fascista que parece haber llegado a otro nivel en pleno año 2020.
Ahora el golpe está más que anunciado.
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Foto de Portada:www.folha.uol.com.br
Foto 2: www.noticias.uol.com.br
Foto 3:www.cronica.com.ar