Desde su puesto en las FFAA y mediante sus desmanes discursivos fue apareciendo frente a la sociedad como una persona ajena a la política y a los políticos que intentaba aportar soluciones a los problemas de la sociedad. El 30 de junio confirmó con su votación que para ese sector de la población, minoritario pero significativo e intenso, Manini es un referente.

Ayer nos enteramos que Germán Dorrego, líder territorial de Cabildo Abierto en la Zona Oeste de Montevideo fue miembro de distintos grupos de ideología neonazi.

Uno de esos grupos es la agrupación ‘Purificación’ que ingresó al partido. Esta noticia sobre Dorrego se suma a la foto del líder de Cabildo Abierto el pasado 24 de julio con jóvenes con remeras neonazis y anticomunistas. Inmediatamente el candidato a vicepresidente, Guillermo Domenech declaró que ‘no sabían nada” del historial skinhead de Dorrego. Justamente Domenech junto a Manini han sido las dos personas que más insistentemente intentaron quitar toda sospecha de derechismo sobre Cabildo Abierto. El 5 de julio en su ‘columna partidaria’ en el Diario La Mañana, el Escribano Domenech decía: ‘Muchas veces nos han preguntado si nuestro partido es de izquierda o derecha, sí es liberal o marxista, o sí es una expresión política de la institución militar, pretendiendo encuadrar al partido en un casillero en el que resulte fácil esquematizarlo. Invariablemente, hemos respondido que Cabildo Abierto no encuadra en ninguno de los estereotipos que se manejan en el análisis político.’. Eran tiempos donde todavía no estaba definido el programa de Cabildo Abierto (con sus medidas para la seguridad) y había espacio para una demagogia que tocara la frontera de la base social del MPP y las tradiciones ‘terceristas’ en la izquierda.

El ex General quiere parecerse a Gestido más que a Hitler y reivindica a Methol Ferré (aquí el punto de encuentro con Mujica y el MPP) en su ‘patriagrandismo’ y el pensamiento nacional y tiene un relato contra “los centros de poder mundial”. Pero que se choca con la contradicción de ser el nieto del fundador del ‘riverismo’ en las filas del Partido Colorado y de expresar en los hechos nuevamente a esa corriente política. En ese sentido es entendible la incorporación de la lista histórica del ‘pachequismo’ (la 123) o la vuelta a la política de Daniel García Pintos.

Es más, si observamos cada una de las encuestas después del anuncio de la pre-candidatura de Manini por Cabildo Abierto, veremos que no solamente toma simpatías del ala ‘riverista’ colorada, sino también del ala más dura del ‘herrerismo’ que no ven en Lacalle Pou un defensor de sus tradiciones.

Esta vez Manini se esconde en la figura de un Artigas castrado de todo contenido revolucionario y más parecido al ícono vacío y elemento de la “unidad nacional” rescatado por el período del ‘militarismo’ de finales del Siglo XIX.

La potencia de un candidato no solamente está en lo que dice, sino en lo que expresa como fenómeno en la sociedad. Y Manini expresa muchas cosas. Expresa a un sector de la sociedad que ve con muy buenos ojos a las FFAA y al aparato de seguridad. Expresa la clara impunidad de los militares. Expresa una imagen de caudillo militar que a un sector de la población le agrada y que apuesta por una ‘mano firme’ que conduzca los destinos del país. Expresa un sentimiento de ‘antipolítica’ del que también quisieron ser parte Novick y Sartori. Y expresa la oportunidad para la organización de un sector de la extrema derecha fascista y neonazi, que ven en un partido con un importante centro de gravedad en lo militar la posibilidad de intervenir en política de forma legal y organizada. Sectores que no se sentían representados por las candidaturas presidenciales de los partidos fundacionales y que ven en Manini y Cabildo Abierto una posibilidad de canalización de su odio. Aunque Manini tenga un discurso para intentar mostrar otra cosa, lo que también expresa es todo esto.

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(*) Gentileza de Damián Recoba y de La Izquierda Diario

*Foto de Portada: La Izquierda Diario-MontevideoPortal